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un jugador es capaz de desarrollar por él mismo una tarea, es que ha entendido y dispone de sus propios recursos para actuar en esas situaciones (espacio-temporales) y de ejecución (motora). El jugador aplicará aquel recurso que tenga más mecanizado y considere más eficaz, aunque su obligación es generar variables de recursos para aplicar cada una en función de las características del contrario.

      El jugador deberá saber analizar y diferenciar la ejecución y su resultado, ya que a veces el golpe que realiza es perfecto, pero el resultado no es el esperado. En situaciones como ésta, el jugador debe autoconfigurarse y evaluar ambos por separado.

      En estas situaciones, los jugadores que carecen de estos conocimientos cognitivos y no saben evaluarse consideran que lo están haciendo mal, y se desmotivan, su pensamiento es negativo, sus golpes son inseguros y acaban desconcertados. En cambio, otros, en situaciones similares, observan que no lo están haciendo bien, se autoanalizan, siguen trabajando buscando ese feedback que haga ver los errores y poder evaluarlos, pero no buscan el resultado, sino automatizar las ejecuciones que les llevarán a esos resultados.

      Es importante saber transmitir al jugador que sepa distinguir entre la tarea y el resultado, conocer los gestos técnicos propios y sus ejecuciones. El pensamiento tiene que ser positivo y constructivo, NUNCA negativo.

      Al comienzo de cada temporada, el jugador debe trabajar para mejorar e incorporar más elementos a su mecánica de golpes, situaciones o posiciones corporales, que le haga pensar y elaborar nuevos programas motores sobre situaciones hipotéticas de juego. En la práctica se parte de situaciones irreales desconocidas para el jugador, que experimente reacciones nuevas, que tenga que pensar su reacción en función del elemento ajeno, y una vez controladas dichas situaciones, se irán transfiriendo a otras reales de juego, de una manera simple o compleja. Un ejemplo podría ser:

       Ejercicio (simple)

      El tenista, antes de golpear la bola, tiene que llevar las rodillas al pecho.

       Ejercicio (complejo)

      El jugador tiene delante un cono.

      Si la bola del contrario va a fondo de pista, antes de iniciar cualquier movimiento tiene que llevar las rodillas al pecho, para acto seguido ir a devolver la bola.

      Si el rival le tira la bola a media pista, tendrá que saltar el cono e ir a devolver la bola.

      Estas situaciones entrenables del entorno, aunque no son del juego real, son nuevas, sobreañadidas, que permiten elaborar nuevos programas motores sobre situaciones que desconoce el jugador. Con estos programas y experiencias motores, se están estimulando tantos sistemas como los que participan en la acción. Ello hace que el jugador tenga que pensar, lograr las estrategias de pensamiento a través de las tareas motrices, para que cuando aparezcan situaciones desconocidas en el juego real (competición) tenga más posibilidades de resolverlas, ya que estos programas le permiten elaborar nuevos patrones.

      La elaboración de programas motores en tareas desconocidas y ejecutadas significa la autoestructuración, o sea, resolver acciones motrices sobre programas motores que son nuevas para el jugador, aunque no reales de juego (táctica).

      Las habilidades técnicas del jugador de tenis y sus capacidades físicas se unifican e interrelacionan, posibilitando la mejora de la adquisición de los gestos técnicos, que a su vez ponen de manifiesto la condición física del jugador.

      En los entrenamientos físicos en pista, la planificación se hará en función del volumen e intensidad que se tenga programado, diferenciando dos maneras de preparación, una con estímulos físicos específicos y la otra con estímulos técnicos.

      Los estímulos físicos están enfocados al trabajo de la condición mediante ejercicios tácticos en pista, pudiendo trabajar desde la resistencia hasta la velocidad de reacción, el equilibrio en situaciones forzadas y la coordinación, siendo estos factores esenciales en la etapa de competición.

      Los estímulos técnicos se aplicarán en una forma jugada, de forma que los desplazamientos y movimientos específicos se reproduzcan parcial o globalmente en una estructura de juego, buscando la automatización de los gestos. La duración, intensidad y organización de la sesión implican al jugador para que mejore una o varias cualidades físicas.

      En el momento en que un niño con condiciones para el tenis inicia un programa deportivo con la finalidad de conseguir niveles de rendimiento lo más alto posible, debería planificarse un plan a largo plazo.

      En los períodos iniciales del crecimiento y del desarrollo deportivo es necesario guiar los programas de entrenamiento de los jóvenes tanto a nivel general como específico. Se elaborarán planes personales, en los que se planificarán el desarrollo general y el desarrollo específico, donde el aprendizaje deberá ser fluido.

      No debemos olvidar que todos los niños que nos llegan son diferentes, unos maduran más precozmente y otros lo hacen más tarde. Los primeros mostrarán grandes mejoras, pero a menudo otros que no destacan en edades tempranas lo pueden hacer más tardíamente, y a medio-largo plazo podrían ser incluso superior a los que consideramos más dotados. Esto no quiere decir que nos hayamos equivocado, sino que por norma general son más disciplinados, constantes y trabajadores, y estos niños con el tiempo suelen lograr sus objetivos.

      No debemos precipitarnos en la selección de futuros jugadores, sino que debemos dejar que cada niño crezca deportivamente a su propio ritmo mientras se vayan desarrollando puntualmente los programas de entrenamientos confeccionados a largo plazo. El tiempo y el esfuerzo pondrá a cada uno en su sitio, sin desmerecer a los que tienen condiciones, ya que la mayoría de las veces éstos, al ser superiores física y técnicamente, se dejan ir porque sus objetivos a corto-medio plazo están superados, y empiezan a competir en categorías muy superiores sin tener suficientemente automatizados sus gestos, y lo hacen contra jugadores con experiencia, poderío físico y más recursos.

      La finalidad del calentamiento es conseguir un aumento de la temperatura corporal y estimular la actividad del sistema nervioso, el cual coordina los sistemas orgánicos reduciendo el tiempo de reacción motriz y mejora la coordinación, facilitando un mejor rendimiento motor, a la vez que previene la aparición de molestias musculares o posibles lesiones.

      Debemos considerar dos tipos de calentamiento, el general y el específico o de competición. El primero de ellos se realiza previo al entrenamiento, de una forma global, empezando con estiramientos de elasticidad, para seguir con la carrera aeróbica, en sus distintas formas (frontal, lateral, atrás, etc.), coordinando con movimientos de brazos, para finalizar con unas progresiones a lo largo de la pista. A continuación se pasa a calentar las partes del cuerpo que no entraron suficientemente en acción, como son abdominales, lumbares, etc., y se finaliza potenciando el tren superior y reforzando las articulaciones y grupos musculares que más van a intervenir en la sesión.

      El calentamiento específico es el que se efectúa principalmente antes de cualquier competición, o entrenos específicos de controles técnico-tácticos, ya que aparte de prepararse mentalmente implica el incremento de la capacidad de trabajo, mediante movimientos y gestos específicos. Se tendrá en cuenta que la velocidad que se emplee deberá ser inferior a la del entrenamiento, y en lo específico serán similares o idénticos a los del partido.

      En primer lugar, preparará el organismo para poder realizar esfuerzos súbmáximosmáximos, elevar el ritmo cardíaco, preparar fisiológicamente el organismo, aparte del aparato locomotor, y elevar la temperatura corporal. Otro objetivo es la prevención de posibles lesiones o molestias musculares, y por último, prepararse mentalmente para

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