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«Algunos de mis amigos, indios como yo / practican / el muy sagrado encogimiento de hombros indígena. / “Calma / nos están dando mantas / infectadas de viruela”. Pero es que son los Trumps / su perversa incompetencia / y su delirante arrogancia / nos están atacando / con viruela-del-alma.»

      [17] Para Michael McConnell (1997: 195-196), es probable que esta epidemia de viruela tuviera otras fuentes de contagio, además de las mantas contaminadas. Lo cierto es que la epidemia de viruela dejaría inmensas bajas entre los grupos indígenas, facilitando la conquista inglesa de los territorios de América del Norte (Wright, 1992; Kelton, 2015).

      [18] El «método» es muy antiguo, y no sólo sirvió para eliminar «razas execrables», aunque a veces es difícil determinar si se utiliza deliberadamente o no. Tucídides habla de la peste de Atenas durante la Guerra del Peloponeso (431-404 a.C.), probablemente la primera epidemia de viruela de la que hay registro. La peste fue devastadora para los atenienses, pero intimidó tanto a los espartanos que se abstuvieron de invadir Atenas (Fenn, 2000: 1573).

      [19] Véase Cook, 1998.

      [20] Los botocudos (o xoclengues), del grupo lingüístico Macro-Jê, se estructuraron en grupos nómadas de tradición guerrera, que habitaban la región de la Mata Atlántica. Numerosos en la época de las primeras incursiones de los colonos europeos, ocuparon un área extensa, que incluía los territorios de la región sur de Bahía, el valle del Río Doce, incluyendo el norte de Espírito Santo y Minas Gerais. Hoy en día quedan grupos residuales, especialmente en las cuencas de los ríos Mucuri y Pardo.

      [21] Los puris son uno de los grupos indígenas más pequeños de Brasil. Pertenecen al tronco lingüístico macro-jê, y se encontraron inicialmente en los estados del sudeste: Espírito Santo, Río de Janeiro, Minas Gerais y São Paulo. Hoy se encuentran principalmente en Minas Gerais.

      [22] Timbira designa a un grupo de pueblos indígenas en Brasil, que hablan la lengua timbira (tronco macro-jê), que viven principalmente en el sur de Maranhão, el este de Pará y el norte de Tocantins.

      [23] Bugreiro era el individuo especializado en atacar y exterminar a los indígenas brasileños que fueron contratados por los gobiernos de las provincias de Paraná, Rio Grande do Sol y Sta. Catarina. El término proviene de la palabra bugre, que era como se conocía peyorativamente a los índigenas del sur de Brasil.

      [24] Sin embargo, sólo en el siglo xix, con la efectiva ocupación colonial de Mozambique, se conocerán mejor las enfermedades infecciosas que atacaron a la población africana. Hasta entonces, la lista de enfermedades conocidas se refería en esencia a aquellas que afectaban fundamentalmente a los europeos: fiebres palúdicas, disentería, viruela, sarna, sífilis, etc. (Almeida, 1883: 19ss.)

      [25] Boletín Oficial n.º 47, de 24 de noviembre de 1883.

      [26] Boletín Oficial n.º 24, de 14 de junio de 1884.

      [27] Boletín Oficial n.º 35, de 1 de septiembre de 1883.

      [28] Boletín Oficial n.º 23, de 9 de junio de 1883.

      [29] Boletín Oficial n.º 47, de 24 de noviembre de 1883.

      [30] Boletín Oficial n.º 52, de 19 de diciembre de 1883.

      [31] Henri-Alexandre Junod, etnógrafo y misionero suizo, estuvo en el sur de Mozambique, integrado en la Misión Suiza de Mozambique, entre 1889 y 1920.

      [32] Véase: [https://www.who.int/emergencies/diseases/en/], consultado el 1 de abril de 2020.

      [33] Se trata de un patógeno de altísima virulencia, con una letalidad superior al 50 por 100, contagio rápido, diezmando pueblos enteros. Los brotes terminan de forma autocontenida porque los infectados caen postrados y muchos mueren antes de transmitir la enfermedad aguda (comunicación personal de Naomar Almeida-Filho el 26 de agosto de 2020).

      [34] Por ejemplo, en vista de las repetidas epidemias que azotaron a Portugal, a principios del siglo xix se institucionalizaron cordones sanitarios para proteger al país de las enfermedades infecciosas (por ejemplo, peste, fiebre amarilla, cólera) que golpeaban las regiones con las que Portugal mantenía contactos. Es así como surgen los lazaretos, donde las personas eran puestas en cuarentena y, paralelamente, se desarrollaron cordones sanitarios como medio de defensa del territorio frente a las epidemias.

      [35] Se supone que fue el virus H3N8 (Nickol y Kindrachuk, 2019), el que reapareció al menos tres veces más, en años sucesivos, hasta 1894 (Smith, 1995).

      [36] La designación de gripe española se debe al hecho de que España mantuvo su neutralidad durante la Primera Guerra Mundial (1914-1918), lo que significa que pudo informar de la gravedad de la pandemia, mientras que los países que estuvieron involucrados en la guerra buscaron suprimir informes sobre el impacto de la influenza en sus poblaciones para mantener la moral y no parecer debilitados ante los ojos de los enemigos (Davis, 2018).

      [37] Más recientemente, algunos estudios sugieren que la pandemia puede haber comenzado en China, todavía en 1916, después de haber sido propagada por trabajadores chinos, en tránsito hacia Europa (Humphries, 2013: 58).

      [38] Cabe señalar que el número total estimado de muertes durante la Primera Guerra Mundial es de 37 millones.

      [39] Datos más recientes (Spreeuwenberg, Kroneman y Paget, 2018), revisan a la baja esta estimación, proponiendo un volumen total de pérdidas humanas –para el periodo 1918-1919– de 17,4 millones, lo que mantiene la dimensión catastrófica de esta pandemia.

      [40] Paget et al. (2019: 5) sugieren «un promedio de 389.000 muertes por causas respiratorias asociadas con la influenza a nivel mundial, cada año», lo que corresponde aproximadamente al 2 por 100 del total de muertes por año debido a enfermedades respiratorias (en este valor, alrededor del 67 por 100 corresponde a personas con 65 años o más).

      [41] Las primeras vacunas contra el virus de la influenza fueron desarrolladas en paralelo por varios investigadores a fines de la década de 1930 y principios de la de 1940.

      [42] El virus que causa la infección por covid-19 es diferente al que causa la influenza, por lo que las enfermedades son diferentes. El virus de la covid-19 es un coronavirus,

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