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Enciclopedia del masaje tailandés. David Roylance
Читать онлайн.Название Enciclopedia del masaje tailandés
Год выпуска 0
isbn 9788499106410
Автор произведения David Roylance
Жанр Сделай Сам
Серия Masaja
Издательство Bookwire
Los profesionales tailandeses, por el contrario, sí perciben una diferencia históricamente muy clara y universalmente reconocida: la que existe entre los estilos de masaje regio y plebeyo. El estilo regio (o nuat rajchasumnak), que se desarolló en la corte como respuesta a las necesidades de mayor respeto hacia los cuerpos de la realeza tailandesa, exige evitar el uso de los pies, limita el contacto físico entre el profesional y el cliente, elimina los estiramientos y sigue otros protocolos específicos considerados más respetuosos. El estilo plebeyo (o nuat chaloeyseuk), por otra parte, adopta un enfoque más relajado en cuanto al contacto de los cuerpos entre cliente y profesional, incorpora la presión con los pies y los estiramientos y permite un amplio espectro de posiciones y técnicas. El programa actual de masaje tailandés impartido en la mayoría de escuelas del país consiste en una mezcla de técnicas derivadas de ambos estilos.
Todo esto son generalizaciones. En la mayoría de casos, el estilo se considera un rasgo personal de cada practicante o profesor. Las diferencias son sutiles y pueden ser irreconocibles al ojo no entrenado; sin embargo, no hay dos profesionales que realicen un masaje tailandés exactamente igual. Aun cuando el profesional se mantenga fiel a las enseñanzas recibidas en el seno de un linaje concreto, con el tiempo, cada terapeuta desarrollará un estilo personal fruto de su experiencia, de sus capacidades físicas y sus preferencias personales. Los profesionales en Tailandia suelen combinar técnicas de muchos profesores o tradiciones, mezclando en ocasiones el masaje propiamente tailandés con el brumese, el chino, el hill-tribe o incluso el sueco. Por estas razones, los métodos varían de aldea en aldea, pasan de familia en familia como un tesoro y las rutinas son distintas en cada persona. Por ello, bajo el nombre de «masaje tailandés» podemos encontrar muchos estilos diversos.
En 1985, un grupo de agencias gubernamentales y particulares pusieron en marcha el proyecto Reviving Traditional Thai Massage con el objetivo de fomentar la educación, la práctica y la profesionalización de este arte. Gracias a sus esfuerzos, en gran medida, en 2004 se inició en Tailandia la regularización oficial de los profesionales del masaje así como de sus enseñanzas bajo los auspicios del ministerio de Salud Pública. Entre los objetivos tanto del proyecto Reviving Traditional Thai Massage como del ministerio de Salud Pública figuraba la estandarización de las industrias de terapia en balnearios y clínicas de masaje, al tiempo que instauraron un programa nacional relativo a este tipo de masaje. Sólo el tiempo desvelará los resultados de este movimiento a largo plazo. Desafortunadamente, debemos contemplar la posibilidad de que acabe perdiéndose una parte considerable de las tradiciones orales y de las prácticas rurales que conforman la colorida diversidad de la medicina tailandesa tradicional. Sin embargo, también hemos observado notables beneficios, fruto de estos esfuerzos, en el control de calidades, los estándares formativos y la seguridad. Debemos señalar también que el renovado apoyo que el gobierno tailandés presta al masaje es responsable, probablemente, del enorme éxito internacional de que goza esta práctica en las últimas décadas.
La espiritualidad en la práctica del masaje tailandés
Tailandia es un país religioso; el observador que está de paso percibe sin dificultades una profunda y amplia influencia budista en la vida cotidiana, presente en todos los estratos sociales. Son muchos los lugares del país donde los monjes budistas representan un papel central en las prácticas curativas: ofrecen amuletos, fórmulas mágicas, encantamientos y exorcismos para cuidar y proteger a sus pacientes. Aun cuando estas prácticas puedan remontarse al chamanismo o el animismo previos al budismo, el imaginario de los ritos de la medicina rural es budista, el lenguaje de los encantamientos cuenta con frases budistas en su mayoría y estas curaciones suelen realizarse en templos de la comunidad.
El budismo y la medicina siempre han mantenido un estrecho vínculo en Tailandia, igual que en otros lugares de Asia durante milenios. De hecho, las múltiples oleadas de expansión del budismo son las responsables de la presencia de numerosas terapias de herbología, ayurvédicas y de yoga en Tailandia, originarias sobre todo de la India. En los últimos tiempos, monasterios diseminados por todo el país han hecho las veces de importantes centros de recursos médicos. Instituciones como el Wat Po y el Wat Mahathat (otro templo de Bangkok) continúan cumpliendo esta función.
En el centro de la práctica espiritual del sanador tailandés está Jikava (normalmente conocido en Tailandia como «Shivago Komarapat» o «Shivagakomarpaj»), a quien reverencian como fundador del sistema médico tradicional. El historiador budista Kenneth Zysk cuenta la historia de los primeros años de vida de Jivaka, como aparece en las escrituras en lengua pali del budismo Theravada:
Salavati, una cortesana de Rajagaha, [dio] a luz un hijo que fue entregado a una esclava, quien lo colocó en una cesta de cribar, que tiraron a un montón de basura ... El niño es recogido y criado por el hijo del rey, Abhaya ... El niño recibió el nombre de Jivaka porque estaba «vivo» (de la raíz jiv, vivir) y porque un príncipe se ocupó de él se llamó Komarabhacca («alimentado por un príncipe»). Jivaka, cuando se acercaba a la edad en que debía procurarse su propio sustento, decidió aprender el oficio de médico. Tras oír hablar de un médico de fama mundial en Taxila, viajó hasta la ciudad, famosa por su educación, para aprender con el eminente doctor. Tras siete años de estudios de medicina, pasó un examen práctico en el que demostró su conocimiento de las hierbas medicinales; lo superó con gran éxito y, con la bendición de su mentor, partió para ejercer la medicina.5
Jivaka es una figura menor de las escrituras budistas, pero su historia aparece en diversas versiones de traducciones sánscritas, chinas y tibetanas de otras tradiciones budistas asiáticas. Todas ellas coinciden en que, más tarde, Jikava se convirtió al budismo y ofrecía su tiempo voluntariamente para ejercer la medicina en la orden monástica. La versión pali de la historia afirma que, en un momento dado, llegó a tratar incluso al propio Buda, afectado por un problema de doshas (los humores ayurvédicos).
Estatua votiva de Jikava en los jardines de Wat Phra Kaew (Bangkok).
En muchos lugares del mundo budista, Jikava ha quedado relegado al olvido; en Tailandia, sin embargo, fue elevado al rango de semidiós. Muchos curanderos lo consideran la fuente primigenia de la medici-na tradicional pediátrica tailandesa, así como el inventor de muchas de las prácticas de masaje y tratamientos con hierbas. (Otros héroes médicos, como los luesii, también gozan del honor de haber realizado aportaciones específicas.) Durante el tiempo que pasé estudiando en Tailandia, todos los curanderos a quienes visitaba, sin excepción, poseían una estatua o una imagen de Jikava, sentado o de pie sobre el altar junto a Buda y otras figuras en reconocimiento a su rango como primer ajahan (profesor o maestro) de los profesionales. Así sucedía tanto con los profesionales sin formación oficial, los no autorizados, herederos de las formas rurales de la medicina, como con los estudiantes de currículos reglados y con los profesores de numerosas clínicas y escuelas de Chiang Mai.
La estatua de Jikava también ocupa lugares destacados de muchos monasterios y templos, incluido el templo nacional de Tailandia, el Wat Phra Kaew, en Bangkok. Los sanadores rezan a Jivaka pidiéndole su ayuda para desempeñar bien su cometido, y los pacientes, por su parte, suelen rezar pidiendo la curación. Se cuenta que Jikava intercede con benevolencia a favor del paciente y también que transmite la curación a través de las manos del practicante tradicional tailandés.
Aunque la mayoría de terapeutas confían en sus conocimientos adquiridos y en sus técnicas, es cierto que otorgan aún más valor a la capacidad de Jikava como guía de sus propias manos durante la ejecución del masaje. Antes de cada sesión, los curanderos se arrodillan