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Tavern de Londres. Los delegados de once clubes de la capital y sus suburbios emprenden la tarea de estructurar administrativamente el fútbol y establecer sus reglas definitivas basándose en las de Cambridge. Ese mismo día se constituye oficialmente la Football Association, pero durante las sesiones siguientes se encienden enconadas discusiones sobre el uso de las manos o el mantenimiento de prácticas consideradas por algunos demasiado violentas. Dos meses más tarde, catorce artículos determinan tanto las dimensiones máximas del campo de juego como las reglas que rigen el saque inicial, el marcaje de un gol o los saques de banda. Aunque la prohibición del hacking (patada en la tibia) y del tripping (zancadilla) limita la brutalidad física en la cancha, el juego sigue siendo básicamente un fútbol rudo e individualista practicado por gentlemen partidarios del dicho «Si se te escapa el balón, que no se te escape el jugador». El fuera de juego se introduce en 1866 con el fin de fomentar los pases entre jugadores del mismo equipo, y en 1881 aparece en la codificación del juego la todopoderosa figura del árbitro, el hombre de negro —el color de los clergymen— encargado de hacer respetar sobre el terreno las reglas de la Football Association. Por su parte, el divorcio de los antiguos alumnos de Rugby, adeptos del handling, se consuma definitivamente, y estos últimos crearán la Rugby Football Union en 1871, primer paso en el camino hacia la fundación del rugby moderno. La codificación rigurosa de las reglas del juego, el nacimiento de los primeros clubes y la creación de una federación —la Football Association—, así como la organización de los primeros campeonatos, convierten al dribbling game en un verdadero deporte moderno, el football-association, así llamado para distinguirlo de su pariente cercano, el rugby-football.

      Desde su creación en 1871, la Cup había sido ganada sistemáticamente por clubes de gentlemen, pero la final de la Copa de 1883, que enfrenta a los Old Etonians, liderados por el famoso lord Kinnaird, con el Blackburn Olympic, marca un giro en la historia del fútbol. Por primera vez, un equipo procedente de la working class gana la Copa, marcando al mismo tiempo el nacimiento de un fútbol auténticamente obrero y el fin de la hegemonía de los antiguos alumnos de las public schools.

      63. Tom Brown’s schooldays está disponible en inglés en <wikisource.org>. Traducción libre.

      64. Las public schools, establecimientos educativos privados y elitistas creados en el siglo xiv, acogían por lo general a alumnos de edades comprendidas entre los trece y los dieciocho años.

      65. John Lawson y Harold Silver, A social history of education in England, Methuen, Londres, 1973.

      66. Ib.

      67. James Walvin, o. cit., p. 32.

      68. Paul Dietschy, o. cit.

      69. James Walvin, o. cit.

      70. Citado en Richard Holt, Sport and the British, a modern history, Oxford University Press, Oxford, 1989.

      71. Nicolas Bancel y Jean-Marc Gayman, o. cit.

      72. James Walvin, o. cit., p. 36.

      73. Nicolas Bancel y Jean-Marc Gayman, o. cit.

      74. Bernard Andrieu, «La fin du fair-play? Du “self-government” à la justice sportive», Revue du mauss Permanente, 3 de agosto del 2011. En línea en <www.journaldumauss.net>.

      75. James Walvin, o. cit., p. 38.

      76. Colin Shrosbree, Public schools and private education: The Clarendon Commission, 1861-64, and the Public Schools Acts, Manchester University Press, Mánchester, 1988.

      77. Nicolas Bancel y Jean-Marc Gayman,

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