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como dije, incalculables. Este libro nunca ha dejado de imprimirse.

      Casi inmediatamente desafió el espíritu de los grandes aventureros para Dios. Gideon Hawley, uno de los misioneros protegidos de Edwards, lo llevaba consigo en su alforja como el único libro aparte de la Biblia mientras viajaba entre los Indios.104 John Wesley compuso una versión abreviada de La Vida de Brainerd de Edwards en 1768, diez años después de la muerte de Edwards.Wesley desaprobaba el calvinismo de Edwards y de Brainerd,105 pero dijo que predicadores con el espíritu de David Brainerd serían invencibles.

      El movimiento misionero protestante moderno recibió gran inspiración para su surgimiento de Edwards y de Brainerd. Por ejemplo, a principios de 1800 en India, William Carey redactó un pacto para su equipo misionero que incluía las palabras, “miremos constantemente a Brainerd.”106 Andrew Fuller, el gran “sostenedor de la soga” en Inglaterra (en su apoyo a William Carey y las misiones extranjeras) se lleno de consternación meses antes de su muerte en 1815 al escuchar que la gente estaba minimizando la influencia de Jonathan Edwards sobre su colega John Sutcliff, y por implicación, sobre los miembros del equipo que habían ido a la India y que pensaban como ellos. Él escribió una carta a su amigo John Ryland:

      Tenemos algunos que últimamente han estado con que “si Sutcliff y los otros hubiesen predicado más de Cristo y menos de Jonathan Edwards, habrían sido más útiles.” Si los que dicen estas cosas predicaran a Cristo la mitad de lo que lo hizo Jonathan Edwards, y fuesen la mitad de útiles de lo que Edwards fue, su utilidad seria el doble de lo que es ahora. Es muy singular que las misiones del Este se originaron con hombres de principios similares, y sin pretender ser un profeta digo que si la obra cae en manos de hombres que critican de esta manera, pronto se convertirán en nada.107

      La lista de misioneros que han testificado de la inspiración e influencia de Jonathan Edwards a través de la labor de amor realizada al escribir La Vida de David Brainerd108 es más grande de lo que cualquiera de nosotros sabemos: Francis Asbury, Thomas Coke, William Carey, Henry Martyn, Robert Morrison, Samuel Mills, Fredrick Schwartz, Robert M'Cheyne, David Livingstone, Andrew Murray. Pocos días antes de morir, Jim Elliot, quien fue martirizado por los Aucas en 1956, escribió en su diario, “Confesión de orgullo—sugerido por el diario de David Brainerd ayer—es algo que debo hacer cada hora.”109 Por 250 años Edwards ha dado combustible al movimiento misionero con su biografía de David Brainerd.

      Este impacto sobre el movimiento misionero moderno no fue planeado por Jonathan Edwards, como la mayoría de las vueltas de nuestra vida no son planeadas por nosotros. Brainerd llegó a la vida de Edwards, murió en su casa, su hija murió casi después de Brainerd, y luego estaban los diarios con los que tenía que hacer algo en medio de su dolor con la esperanza de que surgiera algo bueno de todo esto.

      La Ignominiosa Destitución

      De forma similar, Edwards no planeó el último capítulo de su vida en el cual llegaría a ser también un misionero para los Indios y en el cual escribió cuatro de sus más importantes libros. Todo sucedió de una forma que él jamás habría planeado o deseado.

      En 1750, él fue destituido ignominiosamente de su pastorado después de veintitrés años de ministerio. Tales cosas son siempre más complejas y dolorosas de lo que cualquiera se imagina, pero hay algunas razones a las que podemos referirnos. En 1744, algunos jóvenes de la congregación de Edwards estaban distribuyendo “libros licenciosos” y usando un lenguaje obsceno. Cuando Edwards lo supo llamó a un concilio con la aprobación de la iglesia, pero entonces, aparentemente sin sabiduría, leyó en público la lista de los jóvenes que debían reportarse a su casa, sin distinguir entre los acusados y los testigos. La oposición fue tanta en la iglesia, dice Sereno Dwight, que “pareció en gran medida poner fin a su utilidad en Northampton e indudablemente sentó la base para su remoción.”110

      Pero el conflicto decisivo surgió en la primavera de 1749. Era del conocimiento común que Edwards había llegado a rechazar la perspectiva de su pastor previo sobre quiénes debían ser admitidos a la Cena del Señor. Salomón Stoddard había creído que la ordenanza de la Cena del Señor podía ser un medio de conversión y que la gente podía tomar la comunión con la esperanza de convertirse a través de ella. En Agosto, Edwards escribió un detallado tratado para probar “que nadie debería ser admitido a la comunión y los privilegios de los miembros de la iglesia visible de Cristo, sino los que por su profesión de fe y ante los ojos del juicio cristiano de la iglesia fuesen personas piadosas y conocedoras de la gracia.”111 El tratado apenas fue leído, y hubo una clamorosa protesta general para destituir a Edwards.

      El Sermón de Despedida

      Después de casi un año de tensa controversia, la decisión de la destitución fue leída a la gente el 22 de Junio de 1750. Nueve días más tarde, en Julio 1, Edwards predicó su famoso sermón de despedida, el cual fue impreso en la edición de sus Obras112 por The Banner of Truth [El Estandarte de la Verdad]. Fue un mensaje, como todos sus mensajes, absolutamente serio y sin rencor personal. Concluye con palabras de deseos llenos de gracia por el bien de su gente:

      Ahora me voy y me despido de todos ustedes; deseándoles y orando por su mejor prosperidad. Encomiendo sus almas inmortales a Él, quien previamente me las encomendó a mí, esperando el día cuando habré de reunirme con ustedes de nuevo delante de Él quien es el juez de los vivos y los muertos. Deseo nunca olvidar a este pueblo, que ha sido por largo tiempo mi especial responsabilidad y nunca dejar de orar fervientemente por su prosperidad. Que Dios les bendiga con un pastor fiel, familiarizado con Su mente y Su voluntad, que advierta fielmente a los pecadores y que sabia y hábilmente discierna a los que profesan la fe y les conduzca por el camino de la bendición eterna. Que ustedes verdaderamente tengan una ardiente y brillante luz en este candelero; y que, no solo por un tiempo, sino durante toda su vida estén dispuestos a regocijarse en esa luz.

      Y que me recuerden en las oraciones de aquellos entre el pueblo de Dios que poseen un espíritu sereno y que son pacíficos y fieles en Israel, cualquiera sea la opinión que tengan respecto a los términos de la comunión de la iglesia. Y recordemos todos sin nunca olvidarlo, nuestro futuro solemne encuentro en aquel gran día del Señor; el día de la decisión infalible y de la eterna e inalterable sentencia. Amén.113

      Edwards tenía cuarenta y seis años.Tenía nueve hijos que sostener, el más joven, Pierrepont, había nacido tres meses antes de su despido. Jerusha había muerto en 1747, y Sarah, la mayor, se había casado con Elihu Parsons el 11 de Junio, once días antes de que Edwards fuese destituido. Podemos sentir algo de la crisis en las propias palabras de Edwards por una carta escrita una semana después de su despido:

      Ahora estoy separado de la gente con la cual hubo una vez la unidad mas grande. Notable es la providencia de Dios en este asunto. En este evento tenemos un impatante ejemplo de la inestabilidad e incertidumbre de todas las cosas en esta tierra. La dispensación es de hecho terrible en muchos sentidos, requiriendo una seria consideración y humillación en mí y en mi gente. El enemigo, lejos y cerca, triunfará por ahora; pero Dios puede vencer todo para Su propia gloria. No tengo nada visible de lo cual depender para mi futura utilidad, o para la subsistencia de mi numerosa familia. Pero yo espero en tener al Dios del pacto que es todo-suficiente y fiel para depender de él. Deseo poder someterme, caminar con humildad ante su presencia y poner toda mi confianza en Él. Deseo, apreciado Señor, sus oraciones por nosotros bajo las presentes circunstancias.114

      La Mudanza a Stockbridge

      La iglesia le proveyó sostenimiento por los siguientes meses y hasta le pidió algunas veces que predicara. A principios de Diciembre de 1750, la iglesia de Stockbridge, Massachusetts, como a cuarenta millas al oeste de Northampton,un pueblo que hacía frontera en las orillas de Nueva Inglaterra, llamó a Edwards para que considerara ser su pastor. Simultáneamente la sociedad en Londres para la propagación del evangelio en Nueva Inglaterra y las partes adyacentes también lo llamó para evangelizar a los indios del rio Housatonnuck en Stockbridge. En enero de 1751 Edwards fue de visita a Stockbridge y estuvo allí durante el invierno. En Junio aceptó el llamado y se mudó solo al pueblo para asumir sus responsabilidades. Su familia se mudó para reunirse con él en

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