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El arte de describir. Svetlana Alpers
Читать онлайн.Название El arte de describir
Год выпуска 0
isbn 9789874161468
Автор произведения Svetlana Alpers
Жанр Документальная литература
Серия Caleidoscópica
Издательство Bookwire
Después del primer capítulo sobre Constantijn Huygens, el libro continúa de esta forma: el capítulo 2 trata el problema de la idea de la imagen en Holanda mediante el estudio de los conceptos de vista y visión vigentes en la época, con especial referencia al modelo de imagen establecido por Kepler en su análisis del ojo; el capítulo 3 se ocupa del papel cultural de las imágenes, en particular del tipo de autoridad que se atribuía tanto a su producción como a su contemplación. Aquí aludiré a nociones sobre la educación, el conocimiento y la técnica que se encuentran en los escritos de Comenio y Bacon y en los programas de la English Royal Society. En estos textos encontramos a menudo en palabras lo que los holandeses expresaron con la pintura. El impulso cartográfico, tema del capítulo 4, aplica los resultados de los capítulos anteriores a tipos específicos del género paisajístico holandés y, dándole un giro a la idea de una cultura principalmente definida como visual, el capítulo 5 examina el papel de las palabras en las imágenes holandesas.
Por último, dos observaciones con que espero en lo posible evitar malentendidos. A los que protesten porque la representación del arte italiano no es completa o porque exagero las diferencias dentro del arte europeo minimizando los continuos intercambios entre el arte de los distintos países, les diría que están equivocando mis intenciones. Lo que yo pretendo no es multiplicar las patrioterías, ni erigir y mantener nuevas fronteras, sino llamar la atención sobre la naturaleza heterogénea del arte. Tomar en consideración la manera descriptiva del arte nórdico contraría la inveterada tendencia de nuestra especialidad a someter toda actividad artística al mismo tamiz general deducido del estudio del arte del Renacimiento italiano.
Este libro no pretende ser una historia general del arte holandés del siglo XVII. Ciertos artistas y determinados tipos de imagen recibirán mayor atención que otros, algunos tendrán poco o ningún comentario. Me he concentrado en los artistas y en las obras en que me parecen más manifiestos ciertos aspectos fundamentales del arte holandés. Aunque creo que la insistencia en el arte de describir no es de una importancia exclusiva, resulta esencial para la comprensión del arte holandés. Y creo que cualquier futuro estudio que se haga sobre, por ejemplo, Jan Steen o el retrato de grupo, por citar un artista y un género importantes de los que aquí no me ocupo, hará bien en tener esto en cuenta. Para dejar mejor situada y fundamentada esta visión del arte holandés, me referiré brevemente, como conclusión, a los dos artistas más grandes de esa época: Vermeer, que tan profundamente encarnó el arte holandés de la descripción, y Rembrandt, que entró en conflicto con él.
1. Joshua Reynolds, The Works… containing his Discourses… [and] A Journey to Flanders and Holland… , 4.ª ed., 3 vols. (Londres, 1809), 2: 359, 360, 361-62, 363-64.
2. Ibid., p. 369.
3. Eugène Fromentin, Les maîtres d’autrefois (reed., París, 1965), p. 173. [Existen varias versiones españolas.]
4. Ibid., p. 204.
5. Ibid., p. 179.
6. Ibid., p. 183.
7. Ibid., p. 228.
8. Este punto se trata extensamente en Svetlana Alpers, “Style is What You Make lt: The Visual Arts Once Again”, en The Concept of Style, coord. Berel Lang (University of Pennsylvania Press, 1979), pp. 95-117.
9. Véase Alois Riegl, Stilfragen (Berlín 1893; en español, Problemas de estilo, Barcelona, 1980); Spätrömische Kunstindustrie (Viena, 1901; hay una versión italiana, Arte Tardorromana, Turín, 1959); Das holländische Gruppenporträt (Viena, 1931; l.ª ed., 1902), y Die Entstehung der Barockkunst in Rom (Viena, 1908), publicado póstumamente; Otto Pächt, Methodisches zur kunsthistorischen Praxis: Ausgewählte Schriften (Múnich, Prestel-Verlag, 1977); Laurence Gowing, Vermeer (Londres, Faber and Faber, 1952, trad. al español, Buenos Aires-Barcelona, Emecé, 1968); Michael Baxandall, The Limewood Sculptors of Renaissance Germany (New Haven, Yale University Press, 1980); Michael Fried, Absorption and Theatricality: Painting and Beholder in the Age of Diderot (Berkeley y Los Ángeles, University of California Press, 1980).
10. Erwin Panofsky, Early Netherlandish Painting, 2 vols. (Cambridge, Harvard University Press, 1953), 1: 182.
11. “Todavía seguimos operando fundamentalmente dentro del concepto aristotélico de acción, que implica que la descripción debe considerarse secundaria y puramente funcional o meramente decorativa.” Esta frase de la introducción de un número reciente de Yale French Studies, subtitulado “Towards a Theory of Description” (1981, n.º 61), revela una conciencia general del problema. He expuesto con mayor amplitud la importancia de la distinción entre descripción y narración para la pintura renacentista en general y para la del siglo XVII en particular en mi “Describe or Narrate?: A Problem in Realistic Representation”, New Literary History 8 (1976-1977): 15-41. En el estudio de los textos literarios, obras recientes han distinguido entre modo descriptivo y modo narrativo, sugiriendo que su mutua relación es parte esencial de (nuestra) cultura. Ya se lo defina como utópico (Louis Marin), “l’effet de réel” (Roland Barthes) o violencia desplazada (Leo Bersani), el efecto placentero de la suspensión de la acción narrativa en beneficio del gusto por la presentación figurativa se considera frecuentemente un atributo esencial de la imagen. Pero la naturaleza y el valor de las imágenes son una cuestión algo más complicada que lo que implica ese punto de vista, como un estudio detallado del arte holandés del siglo XVII podrá demostrar. En primer lugar, porque es posible hacer una distinción semejante entre descripción y narración dentro de la tradición figurativa occidental y, en segundo término, porque las imágenes descriptivas, lejos de ser la interrupción ideal de un modo narrativo continuo, fueron un medio fundamental para la comprensión activa de la realidad por parte de la sociedad.
12. J. Q. van Regteren Altena, “The Drawings by Pieter Saenredam”, en Catalogue Raisonné of the Works of Pieter Jansz Saenredam (Utrecht, Centraal Museum, 1961), p. 18. Aunque su referencia al domingo puede deberse a Hegel, el breve ensayo de Regteren Altena contiene algunas de las páginas más originales y agudas que se hayan escrito nunca sobre el carácter del arte holandés. Sobre el calificativo de “Domingo de la vida” en Hegel, véase G. W. F. Hegel, Aesthetics: Lectures on Fine Art, trad. inglesa de T. M. Knox (Oxford, Clarendon Press, 1975), l: 887.
13. La obra clásica es G. J. Hoogewerff, De Bentvueghels (La Haya, Martinus Nijhoff, 1952), y algunos otros ejemplos de sus procedimientos satíricos nos los da Thomas Kren, “Chi non vuol Baccho: Roeland van Laer’s Burlesque Painting about Dutch Artists in Rome”, Simiolus 11 (1980), 63-80.
14. Francisco de Holanda, Da pintura antiga (Lisboa, 1983; texto en portugués con introducción y notas en español por Ángel González García), p. 235. (Existe una versión española antigua de Manuel Denis, 1563, reeditada por E. Tormo y F. J. Sánchez Cantón en 1921.)
15. El famoso epitafio escrito por Abraham Ortelius para su amigo Pieter Brueghel se refiere a “picturas ego minime artificiosas,