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La transición española. Eduardo Valencia Hernán
Читать онлайн.Название La transición española
Год выпуска 0
isbn 9788418411953
Автор произведения Eduardo Valencia Hernán
Жанр Социология
Издательство Bookwire
Los «grises» utilizaron helicópteros en vista de la generalización del conflicto ampliado con la llegada de mil quinientos estudiantes de la UAB. Todos juntos se concentraron de nuevo a las seis de la tarde en «la Fonteta», donde se calcula que llegaron a reunirse unas diez mil personas hasta las nueve de la noche.
La Iglesia condenó los hechos enviando un comunicado que decía así:
«Hay situaciones injustas que oprimen e impiden el libre ejercicio de los derechos más elementales. Hay una violencia institucionalizada que provoca la violencia tumultuosa de las masas, las cuales, en ciertas circunstancias, caen en las explosivas tentaciones de la desesperación (parte censurada), Pablo VI (…). Ciertos choques y violencias podrían ser evitados si las reformas necesarias llegasen a tiempo. La justicia es la condición ineludible de la paz (…)»327.
Desde la cárcel de Carabanchel, Marcelino Camacho, líder de CC.OO., junto con sus diez compañeros prisioneros y en espera de juicio por el Proceso 1001, enviaron mil pesetas de la colecta recogida en el penal a la viuda de Manuel Fernández, adjuntando un comunicado que decía:
«(…) La clase obrera de vuestro pueblo y sus Comisiones en la delantera, dan un ejemplo claro de combatividad y de claridad de ideas de aglutinar los diversos sectores de la sociedad catalana en este objetivo inmediato y común que es la imposición de la democracia (…). Nos solidarizamos activamente con vuestro dolor combativo y hoy, día 4, hemos realizado, junto con el resto de los compañeros políticos aquí detenidos, un día de acción solidaria (…).»328
También las centrales sindicales, los partidos políticos y el Colegio de Abogados y Profesionales enviaron diversas cartas de protesta, alguna dirigida a la Presidencia del gobierno. Irónicamente, la Asamblea hablaba de los «culpables», calificativo dado por el gobierno a los trabajadores asesinados en las manifestaciones, por reivindicar aumentos de salario y libertades sindicales.
El 5 de abril el SCPAC editó un comunicado titulado «Catalanes», continuando con la estrategia de apoyo a cualquier acto de reivindicación social. El conflicto de la térmica de Sant Adriá del Besós sirvió como ejemplo de lucha contra la represión, la brutalidad del poder, por la libertad sindical y el derecho de huelga, por el rechazo a la ilegalidad franquista y por la solidaridad activa con todos los represaliados. A su vez, también sirvió como escaparate de la incitación a la violencia ejercida desde el Ministerio de la Gobernación, siendo su titular Tomás Garicano Goñi, y de su representante y ejecutor de la política represiva en Barcelona, el gobernador civil, Tomás Pelayo Ros329.
Como era natural, la Asamblea distribuyó la información sobre lo sucedido a toda la red de asambleas locales y comarcales, dando la sensación de un alto nivel organizativo. Como ejemplo, L’Assemblea del Bages distribuyó una octavilla titulada «A tot el poble del Bages», comentando lo sucedido y denunciando la represión ejercida sobre simpatizantes de la llamada Comisión de Solidaridad en la propia Manresa mediante sistemas de tortura, una de ellas denominada «quirófano», a cargo del comisario de policía Mieza y los conocidos agentes Anselmo Díez y Rogelio Rodríguez330. La Asamblea Permanente de Intelectuales quiso poner también su granito de arena mediante la publicación de unas octavillas criticando la situación de represión general y aprobando el envío de una carta abierta a los obreros de las empresas Copisa, Sade, Control y Aplicaciones y Vinco, promoviendo una campaña de solidaridad económica para los afectados y haciendo público un documento sobre el conflicto en la enseñanza, dándole la máxima difusión331.
Sin embargo, antes de que las aguas volvieran a su cauce a raíz de los acontecimientos de San Adrián del Besós, se desarrollaron diversas manifestaciones laborales y estudiantiles. La más llamativa fue la efectuada en el Paseo Maragall en Barcelona, aunque el paro laboral de empresas en Cerdanyola que arrastró a más de cinco mil implicados, incluyendo el atentado contra el «monumento a los caídos» en Ripollet resultó ser de una dimensión superior.
La Iglesia, ante la violenta cadena de manifestaciones y atentados, actuó nuevamente con honda preocupación expresando su posición al pueblo mediante un comunicado emitido desde el Arzobispado, eso sí, dentro de su ambigüedad caracterizada por su no enfrentamiento directo al régimen, manifestando en sus homilías el amplio malestar. Por otro lado, la propia AONU, a través de su presidente Anton Canyellas y su secretario Rodolfo Guerra, enviaron un documento dirigido a la Vicepresidencia del Gobierno manifestando su preocupación ante los graves acontecimientos, recomendando el uso de las leyes aprobadas en la LIVª Conferencia Internacional del Trabajo (OIT)332.
El 9 de abril de 1973 falleció en Francia el pintor Pablo Ruiz Picasso, centrándose las crónicas de los informativos en su vida y obra. La Asamblea a través de la Comisión en París de la Asamblea de Cataluña envió un telegrama a la familia Picasso indicando que «la Comisión de París de la Asamblea de Cataluña expresa sentimientos de profundo dolor por el fallecimiento del pintor y gran demócrata Pablo Picasso que estuvo siempre al lado del pueblo catalán»333. Ese día, por no ser diferente a los demás, fue suspendido por la autoridad un acto cultural catalanista en el Centro de Iniciativas y Turismo (CIT) de Granollers donde debían de actuar Joan de Segarra, Manuel Vázquez Montalbán, Ovidi Montllor y Francesc Pi de la Serra.
Por lo que se ve, la Asamblea a través de su Secretariado hizo caso omiso a estas amenazas constantes siguiendo su ritmo habitual, por lo que lanzó otro comunicado a partir del documento «Hacia a la II Sesión Plenaria de la Asamblea de Cataluña», preparando la celebración del 1º de Mayo, titulado «La Asamblea de Cataluña, con la clase obrera, hacia un 1º de Mayo de lucha, por las libertades políticas y nacionales». En el documento se proponían tres ideas básicas: la unidad de acción de todas las fuerzas democráticas, la solidaridad en la lucha a favor de los represaliados y el fin de la represión y la consecución de la amnistía. En su desarrollo, el informe señalaba la denuncia de las torturas efectuadas sobre los estudiantes detenidos, la brutalidad de los juicios en el Proceso 1001 y de los dirigentes de USO por los que la justicia reclamaba cientos de años de prisión. También se mencionaba la celebración de juicios contra los abogados laboralistas y defensores ante el TOP, Albert Fina, Montserrat Avilés y Asunción Solé, a los que se acusaba de reunirse con los trabajadores de la SEAT; así como por el intento de anulación de los colegios profesionales por medio de un nuevo proyecto de ley334. Días después, el 27 de abril, se procesó a tres trabajadores de la empresa FECSA por el incidente de San Adrián del Besós: Leonardo Farrera Rodes, Fernando Lozano Revuelto y José Moreno Ribas.
La llegada de la primavera no aportó la mínima relajación en lo que a conflictos laborales y estudiantiles se refiere. Sin duda, el mes de abril de 1973 fue hasta entonces uno de los más intensos en acontecimientos dentro y fuera de España.
Mientras que en Francia daba comienzo lo que se llamó la «primavera caliente estudiantil» provocada por la llamada Ley Debré335, y en EE. UU. comenzaba el caso Watergate, en España se intensificaron numerosos atracos y actos vandálicos desde la extrema derecha, como el efectuado al Banco Atlántico por el promotor de la revista derechista Cruz Ibérica, o el asalto efectuado el 26 de abril al local de la revista Agermanament por militantes del Partido Español Nacional Socialista (PENS). Otros acontecimientos con cierto calibre señalaron como ejemplo la muerte de Eustaquio Mendizábal (Txiquia), miembro y dirigente de ETA-V Asamblea, que participó en los secuestros de los industriales Ignacio Zabala y Felipe Huarte; y la voladura del edificio del emblemático diario Madrid.
Como ya comenzaba a ser costumbre, a mediados de mes tuvo lugar la V reunión de la CPAC con una participación de ochenta representantes de 43 delegaciones. Lo más destacado del encuentro fue la buena recepción que tuvo el documento «Cap a la II Sessió Plenaria», repartiéndose