Скачать книгу

XX, cuando el republicanismo potenció el populismo y la movilización política de la población. Y, al igual que las celebraciones festivas o los entierros, activaban una serie de símbolos y ritos establecidos y reconocibles que remitían a concepciones sobre la identidad local y nacional en clave republicana.

      Por último, la movilización impulsada por los republicanos también favoreció la difusión de una conciencia nacional. Ellos trataron de dirigir los conflictos sociales y políticos existentes en las localidades donde tenían apoyo e intentaron orientarlos en función de sus intereses políticos. Con ese objetivo recalcaban constantemente la interpretación que hacían de dichos conflictos y aprovechaban la oportunidad para reiterar sus apelaciones populistas de fondo en las que insertaban la interpretación de los problemas concretos. De forma que éstos solían quedar insertos en los planteamientos dicotómicos tan característicos del populismo republicano: los parásitos, explotadores y oligarcas, a un lado, junto a los que indefectiblemente aparecía la autoridad gubernamental establecida; y, al otro, el pueblo, los productores oprimidos y los que los defendían. Al insertarlos en esquemas de este tipo, hasta los conflictos de carácter más local podían remitir a una conexión con lo nacional, aunque fuera de forma imprecisa. La retórica quedaba especialmente reforzada si en la calle la protesta se plasmaba en manifestaciones conjuntas entre todos los sectores populares y obreros con sus representantes, encabezados por los republicanos.

      La movilización anticlerical fomentada por los republicanos respondía a estas características que mencionamos. Aunque su origen estuviera en un conflicto local, los discursos de la protesta y los escritos en la prensa republicana

Скачать книгу