ТОП просматриваемых книг сайта:
Reunir al pueblo de Dios. Brian Croft
Читать онлайн.Название Reunir al pueblo de Dios
Год выпуска 0
isbn 9781629462875
Автор произведения Brian Croft
Жанр Философия
Серия Pastoreo práctico
Издательство Bookwire
El Dios que se preocupa profundamente por la forma en que es adorado (como se revela en el Antiguo Testamento) es el mismo Dios que se preocupa por enseñarles a los cristianos cómo adorar en el Nuevo Testamento. La naturaleza de la adoración cristiana, así como las actividades de ésta, se establecen explícitamente en los evangelios y en las epístolas de Pablo.
La adoración cristiana es espiritual y verdadera. Mientras Jesús dialogaba con una mujer samaritana pecadora, sus puntos de vista con respecto a la adoración comenzaron a contrastar entre sí. Ella estaba preocupada por cuestiones de genealogías y de geografía. El linaje correcto (“nuestro padre Jacob”, Juan 4:12) y la localidad correcta (“nuestros padres adoraron en este monte,” Juan 4:20), esos eran los criterios que ella enfatizaba con respecto a la adoración correcta. Sin embargo, Jesús impugnó estas nociones y señaló dos veces al “espíritu” y a la “verdad” como los estándares para la adoración que honra a Dios (Juan 4:23-24). Adorar en “espíritu” implica que la alabanza apropiada involucra los afectos, las emociones, los deseos y la voluntad. La adoración ya no gira principalmente en torno a actos físicos, como los sacrificios de animales. Adorar en “verdad” quiere decir que la alabanza debe estar centrada en Jesucristo. Él es el único que nos da acceso a Dios el Padre (Efesios 2:18).
Sin Jesucristo, y sin las verdaderas buenas noticias acerca de Su deidad, Su encarnación, Su muerte, Su resurrección y Su segunda venida, la adoración carece de credibilidad y veracidad.
La adoración cristiana es intencional. El apóstol Pablo se rige por este principio cuando instruye a la iglesia de Corinto con respecto a la adoración. En la adoración corporativa, Pablo procuraba cantar con su entendimiento (su mente) y con su espíritu (1 Corintios 14:15). Esto significa que la adoración cristiana no es una experiencia improvisada que sólo implica respuestas emotivas y espontáneas. La adoración cristiana es igualmente una actividad intelectual, en la que los creyentes reconocen, confiesan y profesan la verdad proposicional. Al involucrar la mente y el espíritu en la adoración, los cristianos se edifican unos a otros y dan testimonio de la verdad ante los no creyentes. Al dirigirse con determinación hacia la mente y el espíritu, los cristianos imitan a Dios, quien “no es Dios de confusión” (1 Corintios 14:33), y ellos hacen todas las cosas “decentemente y con orden” (versículo 40).
La adoración cristiana es congregacional. El Nuevo Testamento define los patrones y los preceptos de la adoración en el contexto de la iglesia local. La iglesia primitiva después del Pentecostés se reunía con frecuencia para recibir enseñanza, participar en la Cena del Señor y orar (Hechos 2:42). Aunque el número de creyentes en Jerusalén era significativo (tres mil, según Hechos 2:41), la congregación seguía reuniéndose en un mismo lugar, aunque hacerlo requería un gran espacio público (el pórtico de Salomón, Hechos 5:12). Los mandamientos del Nuevo Testamento para la adoración a menudo implican la participación de toda la congregación local. Por ejemplo, los mandamientos de cantar unos con otros (Efesios 5:18–21; Colosenses 3:15–16) involucran a toda la congregación para animarse unos a otros.
El Nuevo Testamento a menudo incluye mandamientos que señalan lo que Dios espera que ocurra en la adoración cristiana. Lo que se espera de todos los cristianos es que se reúnan regularmente para la adoración (Hebreos 10:25). Estas reuniones proveen de un contexto en el que los ministros del evangelio pueden cumplir su responsabilidad de predicar la Palabra de Dios (Hechos 6:4; 2 Timoteo 4:1–2). El Nuevo Testamento describe y espera que las iglesias tengan una activa vida de oración corporativa, que incluye súplicas por otros creyentes (Santiago 5:14), por los ministros (Colosenses 4:3) y por las autoridades civiles (1 Timoteo 2:1-2). A las iglesias se les ordena cantar cuando se reúnen (Efesios 5:18-21; Colosenses 3:15-16). La lectura de la palabra de Dios es un mandato que se repite en el Nuevo Testamento (Colosenses 4:16; 1 Timoteo 4:13). Las ordenanzas del bautismo y la Cena del Señor forman una parte importante de la reunión de la iglesia, la primera constituye la misión de la iglesia (Mateo 28:19-20) y la segunda perdura hasta la venida de Cristo (1 Corintios 11:26). Todos estos mandamientos deben servir para orientar y darle forma a las prácticas de adoración de las iglesias locales. Dios ha enseñado cuidadosamente a los creyentes cómo deben adorar cuando se reúnen.
Aplicación de la Teología Bíblica de la Adoración
En resumen, las enseñanzas del Antiguo Testamento con respecto a la adoración nos muestran que Dios se preocupa profundamente por la manera en la que se le adora; y las enseñanzas del Nuevo Testamento nos muestran que Dios ha instruido a los creyentes específicamente en lo que respecta a la manera en la que deben adorarlo. Los ministros cristianos deben entender y aplicar estos principios a medida que dirigen a sus congregaciones locales. Estos principios dan a los líderes de la iglesia la visión teológica necesaria para planificar y dirigir la adoración.
Estos dos resúmenes coinciden perfectamente entre sí. Si a Dios le preocupa profundamente la manera en la que se le adora y si Dios nos ha dado instrucciones específicas para adorarlo, entonces los cristianos deben dar prioridad a estos mandamientos en su adoración. Cuando las iglesias se reúnen, la predicación y la lectura de la palabra de Dios, la oración corporativa, el canto congregacional y la práctica de las ordenanzas son elementos esenciales. Estas prácticas son el medio que Dios ha ideado y ordenado para glorificarse a sí mismo en la iglesia local. El uso correcto de estos medios en la adoración de la iglesia es algo que fortalece a los creyentes. Además, la adoración intencional y ordenada es la que mejor comunica el evangelio a los no creyentes que se reúnen con la congregación (1 Corintios 14:23-26).
Una forma sabia de aplicar estos principios bíblicos y priorizar estos mandamientos es lo que a menudo se ha llamado el principio regulador. La Palabra de Dios nos da parámetros precisos para la adoración. El Nuevo Testamento, de manera particular, regula el culto de adoración. Lo que el Nuevo Testamento ordena a los cristianos hacer en sus reuniones debe ser la sustancia y la suma de la adoración congregacional. Cualquier otra cosa que los cristianos creativos propongan para el culto de adoración carece del respaldo de la Palabra de Dios. Aunque estas propuestas pueden tener beneficios en ciertos contextos, están fuera de lugar en las reuniones de adoración de la iglesia. Dios está deseoso de Su gloria; así que, Él no podría haber olvidado revelar los elementos esenciales para la adoración de Su nombre.
Los siguientes capítulos guiarán a los ministros en la comprensión y aplicación de los elementos de la adoración cristiana que son exigidos por la Palabra de Dios. Gran parte del material proporciona orientación práctica sobre la planificación y la dirección de la adoración. Sin embargo, antes de que cualquiera de estas sugerencias sea adoptada por los ministros y abrazada por las iglesias locales, es necesario afirmar los conceptos teológicos de la devoción de Dios hacia Su gloria y Sus meticulosos mandatos de adoración. Pastores, amen estas doctrinas de la Palabra de Dios y enseñen a su congregación a amarlas también. La aplicación de estos principios sólo florecerá dentro de este contexto doctrinalmente rico.
Конец ознакомительного фрагмента.
Текст предоставлен ООО «ЛитРес».
Прочитайте эту книгу целиком, купив полную легальную версию на ЛитРес.
Безопасно оплатить книгу можно банковской картой Visa, MasterCard, Maestro, со счета мобильного телефона, с платежного терминала, в салоне МТС или Связной, через PayPal, WebMoney, Яндекс.Деньги, QIWI Кошелек, бонусными картами или другим удобным Вам способом.