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       Traducir-adaptar los clásicos de la literatura «popular» estadounidense en francés o sobre el arte de hacer «lo nuevo con lo viejo»

      Jean-Marc Gouanvic

      ¿Qué es un clásico?

      ¿Dijo «popular» (Pierre Bourdieu)?

      La traducción de los «clásicos»

      Bibliografía

       El flujo de las traducciones de laliteratura francesa en Brasil: Cuestiones políticas y económicas (1984-2002)

      Marta Pragana Dantas

      El mercado editorial brasileño: elementos del contexto

      La traducción en Brasil

      La importación de la literatura francesa a Brasil

      Bibliografía

       El lugar de las traducciones en el mercado editorial polaco después de 1989

      Elżbieta Skibińska

      La recomposición del espacio editorial en Polonia después de 1989

      Las funciones de las traducciones en el espacio editorial recompuesto: acumulación del capital, «recuperación», estímulo

      Las lenguas traducidas

      La posición del francés y del alemán entre las lenguas traducidas

      Anexos

      Bibliografía

       Importar desde espacios «periféricos»: La recepción editorial de las literaturas de Europa del Este en Francia (1970-2000)

      Ioana Popa

      La recepción editorial de las literaturas de Europa del Este: breve mirada general

      Dos lógicas específicas de importación editorial (1970-1980)

      Un «noble en decadencia»: el interés por la actualidad político-literaria

      Un editor excéntrico: la apuesta por el «patrimonio» literario

      El relevo de los nuevos jugadores (1980-2000)

      De una editorial «periférica» a un grupo multinacional

      Bibliografía

       Sobre los autores

      Introducción

      Gisèle Sapiro

      Las recientes transformaciones que han afectado la cadena de producción del libro se han analizado, en general, desde el punto de vista del proceso de racionalización y de concentración, como causantes de la aceleración del círculo de fusiones-adquisiciones de estos últimos años. Curiosamente, se ha prestado menos atención a las modificaciones sufridas por la configuración de las relaciones espaciales y de la estructura del espacio de la producción editorial. Ahora bien, el comercio del libro es, ante todo, un asunto de territorios, y estos determinan las formas de circulación: zonas lingüísticas, áreas geográficas de distribución, fronteras nacionales que circunscriben espacios jurídicos y políticas públicas, territorios imaginarios que asocian identidades con lugares y crean un horizonte de expectativa.

      La definición de las fronteras constituye una cuestión de lucha dentro de cada uno de estos espacios y entre ellos mismos. Lo que se designa con el término mundialización se ha manifestado, en el comercio del libro, como una recomposición del espacio editorial internacional, principalmente tras la caída del muro de Berlín y el fin de los regímenes dictatoriales en España y en Latinoamérica, así como por medio de una fuerte intensificación de la circulación transnacional de los libros. Estos fenómenos no son reductibles al proceso de racionalización. El término mundialización o globalización, importado del inglés, del mismo modo que el concepto de desarrollo al que este reemplazó, es empleado con frecuencia tanto por sus promotores como por sus detractores para describir un fenómeno o un proceso homogéneo, lineal, que involucra todos los sectores, y que comprende la hibridación de las culturas para unos y la estandarización para otros.

      El mercado del libro constituye hoy un vehículo mayor de intercambios culturales internacionales. La «globalización» es presentada a menudo como un proceso llamado a favorecer los intercambios interculturales, el «mestizaje», la «hibridación» y la revalorización de las culturas locales o minoritarias, marginalizadas por los Estados nación. Sin rebatir el interés de tal objetivo, los análisis concretos de este proceso invitan a matizar y relativizar la visión encantada de un mundo sin fronteras ni jerarquías simbólicas. Contra el enfoque culturalista, se debe recordar que estos intercambios se insertan en relaciones de fuerza desiguales entre culturas, en los planos político, econó­mico o cultural, relaciones que se deben estudiar para entender las modalidades de circulación transnacional del libro, que se dan, sobre todo, del centro a la periferia.

      Aunque la internacionalización del mercado del libro no es un fenómeno nuevo, ha sufrido una aceleración desde la década de 1980. Esta evolución no es, como se dijo, una simple consecuencia del proceso de racionalización y de asuntos económicos como la búsqueda de nuevos mercados. Contra el enfoque economicista, se debe recordar, como señala Pierre Bourdieu, que el mercado de los bienes culturales posee criterios de jerarquización y una economía que le son propios. Objetos de patrimonialización, los bienes culturales presentan características específicas desde el punto de vista de las modalidades de producción, así como de circulación y de apropiación, que obedecen a una triple lógica: económica, política y cultural, y cuyo agenciamiento es variable. Testimonio de ello fueron las protestas en defensa de la excepción cultural, suscitadas, a finales de la década de 1980, por las negocia­ciones del Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio (Ge­neral Agreement on Tariffs and Trade [gatt]), durante la Ronda Uruguay, sobre el proyecto de liberalización del comercio de los servicios, categoría en la que se ubican los bienes culturales, y que dio lugar a posturas nacionales e internacionales, en especial de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), que promovió el principio de la diversidad cultural, el cual fue adoptado en el 2001.

      Además, a diferencia de otros bienes culturales como la música, la danza o las artes plásticas, la circulación de los libros entre zonas lingüísticas es limitada debido a la barrera de la lengua. La mediación de la traducción implica un costo económico suplementario, pero

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