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histograma con la mayoría de píxeles repartidos en los tonos medios, abarcando la amplia gama de grises que va del negro puro al blanco puro.

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      Fotografía con los tonos repartidos entre el negro y el blanco.

      Pero esta distribución variará en virtud de los tonos de la fotografía que estemos tomando. Imaginemos que tenemos la imagen de un tablero de ajedrez; el histograma solo ofrecerá información en los extremos del gráfico porque únicamente hay tonos blancos y negros. La parte izquierda del histograma representa los píxeles que componen los cuadrados negros y la parte derecha los blancos. No es un histograma incorrecto, es la representación exacta de la imagen.

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      Este tablero de ajedrez solo contiene blancos y negros.

      Veamos algunos ejemplos concretos:

      •En una imagen con bajo contraste los píxeles se acumulan en el centro del gráfico.

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      Una fotografía con una niebla tan densa no contiene píxeles con tonos muy claros ni muy oscuros.

      El mejor ejemplo de una fotografía con bajo contraste es aquella realizada en un día neblinoso. La niebla matiza los tonos y la luz, evitando que haya negros y blancos muy marcados, de modo que la información se acumula en la zona media del gráfico.

      •En una imagen con alto contraste la información se agrupa en los extremos del gráfico.

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      En un contraluz la cantidad de tonos medios es escasa.

      Un perfecto ejemplo para una fotografía de alto contraste es un contraluz. En este tipo de imágenes, como vimos en el ejemplo del ajedrez, predominan los tonos claros y oscuros, dejando poca información en los tonos medios.

      •Una imagen subexpuesta acumula la información en la parte izquierda del gráfico.

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      Una fotografía demasiado subexpuesta provoca pérdida de detalle en las sombras.

      Paseando por las calurosas calles de Amán, decidí visitar uno de sus mercados para resguardarme del calor. Nada más entrar en el recinto vi a una persona buscando algo en el suelo y disparé esta fotografía, olvidando adaptar los valores de cámara (velocidad, diafragma e ISO) a la escasa luz que había en el mercado. La fotografía está subexpuesta, los tonos más oscuros rebasan por la izquierda el cuadro que delimita la gráfica. En el punto en el que el histograma se sale por la izquierda, las sombras dejan de tener detalle, no se distinguen texturas ni formas porque solo hay negro puro.

      •En una imagen sobreexpuesta la información se acumula en la parte derecha del gráfico.

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      Una fotografía demasiado sobreexpuesta provoca pérdida de detalle en las luces.

      Típica fotografía en la nieve en la que los blancos se han reventado y, por tanto, no tienen detalle. El histograma se sale por la derecha, mostrando claramente cómo se han recortado las altas luces, convirtiéndose en blanco puro, sin información. Se trata de un ejemplo parecido al anterior, solo que esta vez, en lugar de tener píxeles a la izquierda del negro puro, los tenemos a la derecha del blanco. Como hemos comentado, que el histograma se salga por arriba no tiene importancia, pero debemos estar muy atentos para que no se salga por los lados del cuadro.

      En ambos casos, podríamos representar gráficamente la información que hemos perdido del siguiente modo:

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      Al subexponer o sobreexponer excesivamente perdemos información a los lados del gráfico.

      Cuando las sombras son un negro puro, sin detalle, diremos que están empastadas o recortadas, porque se salen del histograma por la izquierda.

      Cuando las iluminaciones son un blanco puro, sin información, nos referimos a ellas como quemadas, reventadas o recortadas, porque se salen del histograma por la derecha.

       ¿Correcto o incorrecto?

      Una de las principales funciones del histograma, sobre todo cuando estamos realizando la toma fotográfica, es la comprobación de la exposición. Sin embargo, algunos histogramas pueden llevarnos a confusión y hacernos dudar a la hora de decidir si una fotografía está correctamente expuesta. Si solo vemos el histograma, no podemos sacar una conclusión definitiva; necesitamos ver la imagen y los tonos que la componen para analizar adecuadamente el gráfico. Así, una imagen de un muñeco de nieve ocupando la mayoría del encuadre, no puede estar representada por un histograma con la mayor parte de la montaña en la parte izquierda del cuadro. Vamos a ver dos ejemplos de histogramas, que nos podrían hacer dudar a la hora de decidir si la exposición es correcta.

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      Analizando el histograma podemos prever el tipo de imagen que representa.

      Ambos histogramas pertenecen a fotografías tomadas correctamente. El primero corresponde a una imagen con mucha información en las luces y pequeños detalles oscuros, mientras que el segundo proporciona indicios suficientes para intuir que se trata de un paisaje urbano al anochecer; la típica imagen con abundante información en las sombras y un pico a la derecha del gráfico correspondiente a las luces más brillantes.

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      Ambos histogramas son correctos y muestran con exactitud la distribución de los valores tonales de cada fotografía.

      En el siguiente ejemplo, la escena fotografiada presenta tonos oscuros, medios y claros, por lo tanto, el histograma correcto es el número 2, porque la montaña está repartida a lo largo del gráfico.

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      Es muy importante exponer correctamente para obtener un resultado final de calidad.

       ¿Por qué es tan importante el histograma?

      En muchas ocasiones, tenemos mal configurada la pantalla LCD de nuestra cámara, lo que puede confundirnos al revisar la toma realizada. Si la pantalla está muy clara, tendemos a subexponer para compensar la luz que emite, y al contrario, si está oscura sobreexponemos. La luz ambiente también juega un papel relevante a la hora de valorar una fotografía en cámara, porque nos puede confundir fácilmente; por la noche vemos bien definidas las imágenes en pantalla, aunque estén oscuras; por el día, con mucha luz, ocurre lo contrario. La mejor manera de asegurar una correcta exposición es consultar el histograma de la fotografía en la propia cámara, verificando que la distribución de tonos es la adecuada para la escena.

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      Contemplando el histograma en la propia cámara podemos verificar si la exposición es correcta.

      Esta misma situación se produce cuando estamos revelando o retocando una imagen en el ordenador. Si hemos ajustado el monitor con el brillo bajo, tendemos a aclarar demasiado la imagen para verla mejor; por el contrario, si la pantalla está muy brillante, oscurecemos la fotografía para compensar tanta luz. Gracias a la información que nos proporciona el histograma seremos capaces de ajustar nuestras fotografías correctamente.

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