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hace que estos reaccionen a través de manifestaciones de protestas y mítines, con el Partido Socialista organizando su propia campaña con el lema «Trabajo y subsistencia».

      Estas movilizaciones eran fruto del «Pacto de Zaragoza» firmado por la UGT y la CNT, que tenía tres objetivos: la protesta contra la carestía de las subsistencias, la crisis de trabajo y la reclamación de una amplia amnistía que incluyese los delitos políticos y sociales. Aunque en Almería este pacto pasó casi desapercibido, pues no se organiza ningún mitin que atienda a estas causas.

      En cuanto al paro general, los dirigentes ugeistas y cenetistas reunidos en Madrid fijan una huelga general para el día 18 de diciembre. La prensa de Almería se hará eco de esta convocatoria, en concreto el Diario de Almería publica un largo artículo en el que explica con todo detalle el motivo de la movilización anunciada:

      La causa fundamental de dicha medida parece ser la tremenda crisis de trabajo que se nota en todo el país agravada por la carestía de todos o de los principales artículos de primera necesidad, así como de las primeras materias para la industria.46

      Pero la huelga tampoco tuvo mucha repercusión en nuestra provincia, apenas pararon algunos talleres, y los gremios más importantes, como los trabajadores del puerto y los ferroviarios siguieron con sus trabajos como en un día normal. Sólo pararon los obreros que faenaban en el muelle de Alquife, los barrileros (aunque algunos creían que era por la falta de madera para hacer los barriles), los trabajadores de la Fundición Oliveros, y los cargadores de mineral de la estación de ferrocarril.47

      A pesar de eso, las autoridades locales adoptaron las medidas de vigilancia habituales, con gran número de guardias civiles vigilando las principales calles de la ciudad. Por la noche se reunieron los obreros en el local de la Federación, y acordaron pedir al Gobierno que «alienten el abaratamiento de los artículos» y «trabajo para que se alivie la situación del proletariado almeriense».48

      No era extraño este fracaso, los obreros estaban desmotivados, y aunque sentían una gran preocupación por el deterioro de su nivel de vida, no había en Almería ningún partido obrero que consiguiera conectar con ellos y movilizarlos. La reacción de la clase trabajadora almeriense ante tanta miseria y crisis volvió a tener un carácter espontáneo, sin organización de ningún tipo. No es raro encontrar en estos años multitud de algaradas callejeras dirigidas habitualmente contra las panaderías y tahonas, que estaban protagonizadas por mujeres y niños, y eran explosiones de violencia en momentos desesperados que se diluían tan rápidamente como habían surgido una vez conseguidos sus objetivos.

      El Partido Socialista en Almería está desaparecido y los obreros se encontraban sin guía para sus reivindicaciones. La provincia permanecería ajena también a los acontecimientos ocurridos en Madrid en marzo de 1917, cuando los firmantes de un manifiesto suscrito en la Casa del Pueblo denunciando la incapacidad del Gobierno para controlar la crisis, son detenidos, desatando esto una serie de movilizaciones que llevaron a la suspensión de las garantías constitucionales.49 Y tampoco participarán en la huelga general que se lleva a cabo en agosto de 1917.

      Los socialistas estaban convencidos de que la causa de estos fracasos se debía a la desorganización de los obreros y por ello los dirigentes centraron sus esfuerzos en fortalecer las sociedades; era el único camino si se quería tener éxito en cualquier movilización reivindicativa.

      Con este planteamiento, a lo largo de 1918 se produce una serie de viajes de propaganda de los principales líderes socialistas de la provincia, llevando a cabo una gran ofensiva que culminó con la creación de sociedades obreras afines al Partido Socialista en casi todos los pueblos.

      Se visitan las zonas que históricamente habían sido más proclives a las ideas del partido, sobre todo las cuencas mineras y la comarca del mármol; pero también otras zonas más alejadas de la capital, como la comarca de los Vélez. Los encargados de hacer estos viajes de propaganda fueron dos socialistas con empuje, Juan Cabrerizo y Rodolfo Viñas. Los viajes concluyeron con la creación de importantes centros socialistas como las Juventudes Socialistas en Macael en julio de 1918, que con 50 afiliados establece su domicilio en la calle Larga núm. 14. Será su presidente Antonio Gutiérrez Reina.

      También en el importante enclave minero de Gérgal se crea en diciembre la Agrupación Socialista Obrera, bajo la presidencia de Cornelio Callejón Espinar, y con domicilio social en el Centro Obrero de la calle de la Iglesia.

      Ese año será también el de la constitución de un importante sindicato minero con clara orientación socialista. El impulsor de este sindicato es Rodolfo Viñas, que presenta los estatutos en el Gobierno Civil en septiembre. En un principio se constituye con tres secciones, la de Gérgal, Bacares y Serón; pero al año siguiente se unen las de Ohanes, Bédar, Lucainena de las Torres, Doña María, Nacimiento y Herrerías. Este sindicato se convertirá en uno de los más importantes de la provincia en los años venideros, por su fuerza reivindicativa.50

      5. LA ETAPA DE MADUREZ

      Entre el 24 de noviembre y el 3 de diciembre de 1918 se celebra en Madrid el XI congreso del PSOE. De él saldría, entre otras cosas, la aprobación del programa agrario del partido, planteándose por primera vez la creación de la Federación Nacional de Obreros Agrícolas; con ella los socialistas no tardarán en aprovecharse de la eclosión asociativa que se venía produciendo desde el año anterior, incorporando a sus filas a centenares de trabajadores que se acercaban por primera vez a las organizaciones obreras.

      En Almería esto se traduce en la creación del Sindicato Agrario de Trabajadores, impulsado por el socialista Rodolfo Viñas, y que intentará agrupar a todos los obreros agrícolas de la provincia.51

      En este sentido, el año 1919 se convierte en un año decisivo para la historia del partido en Almería. Tras algunas reuniones llevadas a cabo en la Casa del Pueblo de la calle Mariana, se producirá la reorganización de la Agrupación Socialista. Uno de los principales artífices de esta idea es el socialista histórico Juan Cabrerizo, obrero barrilero que había sido uno de los firmantes del acta de disolución en 1914 y desde entonces no había dejado de intentar la reorganización del partido. El día 1 de enero de 1919 se presentarán los nuevos estatutos en el Gobierno Civil, firmados esta vez por Rodolfo Viñas.52

      Aprovechando este tirón asociativo, se reorganizará también la Juventud Socialista Obrera, que establecerá su domicilio social en el local de la Casa del Pueblo. Los estatutos están firmados por Juan Cárdenas y Modesto Nieto, y en ellos se afirma que el objeto de esta sociedad es:

      la educación socialista, la propaganda, la acción política, organizar a los obreros procurando que sigan la táctica de la Unión General de Trabajadores, es decir, el aprovechamiento de las energías juveniles en pro de la causa del proletariado.53

      No cabe duda de que el Partido Socialista se ha beneficiado del masivo proceso de sindicalización producido en estos años. Almería se convertirá en la segunda provincia de Andalucía en número de afiliados, pasando de 67 en 1918 a 5.045 al año siguiente.54

      Es el momento de crear las Federaciones Provinciales, y de intentar dar una estructura unitaria al conjunto del movimiento obrero, sobre todo para que las acciones reivindicativas que se plantearan tuvieran más fuerza y para demostrar el nivel de conciencia obrera. Esta idea se venía planteando entre los socialistas desde los inicios del siglo, pero es ahora cuando comienza a tomar cuerpo. En junio de 1919 se crea en Almería la Federación Agrícola con 10 sociedades y 4.833 afiliados.55 Esta organización provincial se adhirió a la UGT y también al PSOE.

      Al año siguiente, la UGT se planteó crear una organización regional a partir de las federaciones agrícolas creadas en diversas provincias andaluzas, para que representara a todos los trabajadores del campo andaluz. Nació así la Federación Interregional Agraria de Andalucía y Extremadura.

      Ante el crecimiento de los partidos obreros y su presencia en las instituciones de gobierno, los representantes monárquicos refuerzan su endogamia, y para conseguir mantener su estatus incrementan el fraude, la coacción y la violencia, de manera que Almería se convertirá junto a Granada, en una de las provincias

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