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almeriense, visitando las localidades de Cuevas, Garrucha y Pulpí.

      El día 15 de agosto llegó a Cuevas donde es recibido como un héroe nacional por los mineros, y al día siguiente dio un mitin en la plaza de la localidad de Herrerías, en el cual Iglesias recomienda «la unión y el trabajo constante para lograr su mejoramiento y redención».32

      El día 17 de agosto, el líder socialista se trasladó a la localidad de Garrucha, donde de nuevo fue recibido por todas las sociedades obreras. Aquí también habló de la unión de los obreros y expuso de forma elocuente, las tesis del partido en un teatro lleno de hombres, mujeres y jóvenes que lo escucharon, según recoge El Socialista, en silencio total.33

      El tercer día de su estancia en la provincia se celebró un mitin «monstruo», como fue calificado por la prensa, en el teatro Echegaray de Cuevas, a modo de resumen de este viaje de propaganda. En él intervinieron los líderes locales y asistieron miles de obreros de toda la zona. Durante dos horas y media, Pablo Iglesias criticó duramente a la clase burguesa por la explotación que hacía de los obreros, y analizó la evolución del proletariado.34

      El viaje fue todo un éxito, pues prácticamente todas las sociedades obreras de los pueblos visitados ingresaron en el Partido Socialista; así lo hicieron la de obreros mineros La Luz, de Garrucha; los obreros mineros de Cuevas y la sociedad de Cargadores y descargadores del puerto de Garrucha.

      En 1913 las elecciones a la junta directiva llevan a Juan Cabrerizo a ocupar el cargo de presidente de la Agrupación de Almería, mientras que Antonio Hernández ocupará el cargo de contador; el resto de los elegidos serán Juan Domínguez como secretario, José Rodríguez y Francisco Cruz como vocales. Y trasladan su domicilio a la calle Ulloa 13, en el barrio de la Almedina. Esta será la primera vez que alguien preside a la vez la Agrupación Socialista y la Juventud Socialista.35

      Esta segunda etapa expansionista que había conocido el socialismo en Almería, llegará a su fin en 1914 con el estallido de la I Guerra Mundial. El conflicto bélico hundió los mercados exportadores tradicionales de Almería y los centros mineros, lo cual va a perjudicar a las sociedades obreras cercanas al socialismo.

      4. EL PARTIDO EN LOS AÑOS DE LA I GUERRA MUNDIAL

      Durante los años de la contienda mundial, los comestibles y materias primas comenzaron a escasear, pues eran vendidos libremente en el extranjero, sin que hasta 1918 hubiera ningún tipo de regulación por parte de los gobiernos monárquicos.

      La consecuencia más inmediata de esta situación fue la carestía creciente de los productos básicos que demandaban las clases populares, y la apertura de un ciclo expansionista de los precios, que quedó fuera del control de las autoridades. Estas circunstancias harán que «la cuestión de las subsistencias» se convierta en el mayor problema de los obreros entre 1915 y 1920.

      Para el socialismo almeriense esta crisis tuvo consecuencias nefastas, pues en febrero de 1914 la Agrupación Socialista de Almería se disuelve. Según señala el acta firmada por Juan Cabrerizo, Antonio Hernández, Juan García e Ildefonso García, la agrupación se disolvía «porque no hay suficiente número de afiliados».36 El año anterior, en 1913, se había disuelto la importante agrupación de la localidad minera de Gérgal.37

      Desde comienzos de ese año, la mayor parte de las sociedades de resistencia de Almería se hallaban prácticamente disueltas, y las que subsistían atravesaban grandes dificultades debido a la reducción del número de afiliados. Las asociaciones afines al socialismo son pequeños grupos que aglutinan a un número reducido de afiliados. Según los datos ofrecidos por Antonio María Calero, en 1915 había 101 afiliados en Almería y en 1916 la cifra se reducía a 25.38

      La crisis produjo una emigración masiva de obreros, de nuevo se repiten las salidas de barcos desde el puerto de Almería cargados de emigrantes que se dirigían sobre todo a países de América. Es por ello que el asociacionismo estaba en crisis, apenas quedaban obreros para integrarse en las sociedades, además su mayor preocupación era tener un trabajo y un plato de comida, no les importaba tanto sus condiciones laborales.

      La situación para los que se quedan es tan dramática que las autoridades municipales han de habilitar comedores sociales para dar de comer a la gran cantidad de familias sin trabajo en la capital. Se crea una Junta de Defensa de intereses morales y materiales, presidida por el obispo, en la que reúnen todas las clases sociales para luchar contra la crisis, incluso los obreros, representados por la Federación Local de Sociedades, intentarán ayudar a los más desfavorecidos. El Partido Socialista, a través de la sociedad de obreros del puerto Matrícula Unida, velará por los intereses de estos e intentarán tener representación en la Junta de Defensa, para poder tomar decisiones.

      En medio de esta situación, se produce una nueva visita de Pablo Iglesias a Almería, esta va a ser la última que haga el líder socialista a nuestra provincia. Vendrá acompañado del dirigente republicano Rodrigo Soriano. Su visita corresponde a una decisión del comité central de la Conjunción para llevar a cabo viajes de propaganda por las distintas ciudades españolas con idea de reactivar la alianza, una vez que el Partido Socialista había apostado por su continuidad en ella en el Congreso de 1915.

      Los líderes madrileños fueron recibidos con gran entusiasmo por la población, y el concejal Fernández Burgos les preparó un carruaje para su traslado desde la estación hasta el hotel Simón, situado en el Paseo del Príncipe, y donde tenían preparadas sus habitaciones.

      A su paso por las calles eran saludados por la gente que ocupaba los balcones. Tanto era el alboroto que no les quedó más remedio que dirigirse a los allí reunidos y, asomándose al balcón del hotel, agradecieron a los ciudadanos la calurosa acogida.39

      El acto de propaganda se celebró la noche del día 31 de enero en el teatro Variedades. La mesa estaba presidida por el republicano José Jesús García, a cuya derecha se sentó Rodrigo Soriano y a la izquierda Pablo Iglesias. También asistirían otros destacados líderes locales como Ubaldo Abad y el periodista Rodolfo Viñas.

      Esta visita se produce en un momento de importantes conflictos obreros en la ciudad; por una parte se estaba llevando a cabo una huelga de maquinistas y fogoneros de la Compañía del Sur, que eran apoyados por el resto de obreros de los diferentes gremios; y por otra había un movimiento ciudadano contra el caciquismo del ingeniero Sr. Cervantes, que había llevado a Rodolfo Viñas a la creación del movimiento Juventud Ciudadana.40

      Por ello, los discursos vienen marcados por estos temas. El primero en tomar la palabra fue Rodolfo Viñas, que habló del despertar de la ciudad para luchar contra el caciquismo y alabó a los obreros que se habían solidarizado con los trabajadores de la Compañía del Sur, incitándoles a «seguir luchando para llegar al fin que se persigue».41 A continuación habló el diputado Rodrigo Soriano, que dedicó duras palabras a los caciques de la ciudad, y enumeró los abusos que se habían venido cometiendo contra los trabajadores de la Compañía de Ferrocarriles del Sur de España.

      Cuando Pablo Iglesias tomó la palabra resaltó que contra el caciquismo solo había una alianza posible «los partidos progresivos: los republicanos y los socialistas».42 Esta afirmación se hacía en clara referencia a la candidatura que el movimiento Juventud Ciudadana había presentado para las elecciones de abril de ese año en el distrito de la Circunscripción, y de la que formaban parte el liberal José Espinar Garrido, el maurista Ulpiano García Blanes y el republicano José Jesús García.

      En cuanto a la huelga, Pablo Iglesias culpa al gobernador civil de la situación que se vive en Almería y le advierte que para solucionar el conflicto «no se le ocurre otra cosa que sacar a la calle a la guardia civil, provocando de esa manera a la población».43 Pero sobre todo se hace hincapié en la necesidad de reorganizarse y en que «hay que ser consecuentes con las ideas de progreso y emancipación; hay que mostrarse dignos de ellas; hay que defenderlas con energía y perseverancia».44

      Pablo Iglesias aprovecha también su intervención para dar consejos a los obreros sobre su comportamiento, incitándoles a «ser un luchador honrado sin vicios y a ser buen padre». Y recuerda que en otras visitas que

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