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o retroceder hacia atrás”. En un tiempo donde la lógica ha sido extraviada y el buen uso de la lengua se ha perdido, ya todo es posible, pero cada vez menos posibles la claridad y la precisión comunicativas. En el caso de “avanzar” y de “adelantar” queda claro que estos verbos de acción sólo pueden cumplirse “hacia adelante” o “hacia delante”, pues el transitivo e intransitivo “avanzar” (del latín vulgar abantiāre, y éste del latín tardío abante, “delante”) significa, en su acepción principal “adelantar, mover o prolongar hacia adelante”, en tanto que su sinónimo transitivo y pronominal “adelantar”, “adelantarse” significa “mover o llegar hacia adelante” (DRAE). Ejemplos: Avanzaron diez kilómetros y se detuvieron para reponer fuerzas; Se adelantó para preparar todo en la hacienda, y esperó a los demás. De ahí el adverbio “avante” (del latín tardío abante, “delante”), cuyo significado y sinónimo es el también adverbio “adelante”. Ejemplos: Mujeres víctimas de violencia salen avante con ayuda profesional; Los niños que padecen cáncer no pueden salir adelante sin sus medicamentos y sin el tratamiento adecuado, aunque el gobierno crea lo contrario. De ahí también el sustantivo “avanzada”: “Partida de soldados destacada del cuerpo principal, para observar de cerca al enemigo y evitar sorpresas”, y también “aquello que se adelanta, anticipa o aparece en primer término”. Ejemplos: Fue de los que participó en la avanzada de la tropa; Le tocó ir de avanzada en la comitiva. Resulta increíble que personas ilustradas, tal vez no precisamente muy cultas, pero sí de alta escolarización, no usen la lógica ni, obviamente, el diccionario, para saber que “avanzar” siempre es ir “hacia adelante”, con la consecuencia de que no se puede “avanzar hacia atrás”. Peor aún: hay quienes “adelantan hacia atrás” y ni cuenta se dan de que destrozan la lógica y el idioma. Por cierto, es falso que los cangrejos caminen hacia atrás: en realidad, se desplazan hacia los lados. “Esto se debe —leemos en una enciclopedia— a la articulación de las piernas que hace que la marcha de reojo sea más eficiente”. En pocas palabras, ¡ni siquiera los cangrejos “avanzan hacia atrás”! No existe forma de hacerlo. En cuanto al adverbio “adelante” (de delante), éste significa “más allá”, “hacia delante, hacia enfrente” (DRAE). Ejemplo del diccionario académico: El enemigo nos cierra el paso; no podemos ir adelante. Con obviedad, antónimo o contrario de “adelante” es el adverbio “atrás” (de tras), cuyo significado es “hacia la parte que está o queda a las espaldas de alguien o algo” y “en la zona posterior a aquella en que está situado lo que se toma como punto de referencia” (DRAE). Ejemplo: En cuanto lo vi, aceleré el paso, lo rebasé y pronto lo dejé atrás. Queda claro que se avanza siempre hacia adelante y nunca hacia atrás, pues “tornar” (del latín tornāre) es, en su carácter de verbo intransitivo, “regresar al lugar de donde se partió” (DRAE). Ejemplo: Y, ya sin ánimo de nada, tornaré a mi pueblo a bien morir. Siendo así, hay que insistir en ello, no se avanza jamás hacia atrás, sino que se “regresa”, donde el verbo intransitivo y pronominal “regresar”, “regresarse” (de regreso) significa “volver al lugar de donde se partió”. Ejemplo: Regresé a casa muy tarde. No se regresa hacia delante, se regresa, invariablemente, hacia atrás; esto es, se “retrocede”, donde el verbo intransitivo “retroceder” (del latín retroceděre) significa “volver hacia atrás” (DRAE). Ejemplo: Vacilante, retrocedió unos pasos y se quedó pensativo. Insistamos hasta que a nadie le quede ninguna duda: no se puede “adelantar hacia atrás”, del mismo modo que no se puede “avanzar hacia atrás”. No es, por cierto, el caso del verbo intransitivo “ir” (del latín ire) que significa “moverse de un lugar hacia otro apartado de la persona que habla” (DRAE). En consecuencia, se puede ir (andar, caminar) hacia adelante o se puede ir hacia atrás. Ejemplos: Fue hacia adelante y se quedó observando el camino; Fui hacia atrás, pero no encontré a nadie. Jamás se retrocede hacia delante; todo “retroceso”, por definición, es hacia atrás. Explicado y comprendido todo esto, debe quedar claro, por evidente, que “avanzar hacia adelante”, “avanzar hacia delante”, “regresar atrás”, “regresar hacia atrás”, “retroceder atrás” y “retroceder hacia atrás” son brutas redundancias, y, en oposición, “avanzar hacia atrás”, “regresar hacia adelante”, “regresar hacia delante”, “retroceder hacia adelante” y “retroceder hacia delante” son contrasentidos tan torpes que deben arrojarse, sin dilación, en el bote de los pendejismos. Hay escritores y traductores, muy campantes, y campanudos, que hacen gala ya sea de estas redundancias brutas o de estos vergonzosos contrasentidos. En la traducción del libro Pioneros de la ciencia ficción rusa leemos lo siguiente: “Trabajé sin descanso con los remos, avancé hacia atrás y hacia delante”. En una sola frase, las dos tonterías juntas. Quisieron decir el escritor y el traductor (ambos incompetentes) que el pobre personaje, quizá tan bruto como ellos, remó sin descanso, avanzó y retrocedió. ¡Hasta la ciencia ficción debe respetar la lógica del idioma!

      No se trata de redundancias y contrasentidos que pertenezcan únicamente al español inculto. En los ámbitos profesionales también están presentes, entre personas muy serias y respetables que, sin embargo, jamás abren un diccionario y, además, seguramente reprobaron la materia de lógica. En la edición mexicana de la revista Entrepreneur, la redactora Sarah Crossman Sullivan escribe la siguiente joya, en su artículo “El miedo: enemigo mortal de los emprendedores”:

       “Hay típicamente tres opciones: avanzar hacia adelante, quedarse quieto o avanzar hacia atrás”.

      Por lo visto, el miedo no es el único enemigo mortal de los emprendedores, sino también la falta de lógica. Lo correcto:

       Hay tres opciones: avanzar, quedarse quieto o retroceder.

       A veces la expresión “avanzar hacia atrás” se utiliza con sentido irónico, para expresar que el “avance” no es tal, sino todo lo contrario. Pero el ejemplo anterior no es el caso, como sí lo es la ironía de Luis García Montero, en una entrevista de 2014 en el diario El País: “Ahora vivimos también un cambio de ciclo, quizá más triste, porque el sentimiento que tenemos es que nuestros hijos van a vivir peor que nosotros, que se puede avanzar hacia atrás”. Lo cierto es que los mismos que avanzan hacia atrás y hacia adelante, son también quienes regresan y retroceden hacia atrás y hacia adelante, muy quitados de la pena. He aquí algunos ejemplos de estas tonterías que socavan la lógica y destruyen el idioma: “¿Cómo hago para avanzar hacia atrás?” (muy simple: no uses la lógica), “¿puede el tiempo avanzar hacia atrás?”, “avanzar hacia atrás como un cangrejo” (no, los cangrejos no retroceden, sino que se desplazan lateralmente: caminan hacia los lados), “disminuyen su tamaño al avanzar hacia atrás”, “ser capaces de avanzar hacia atrás sin desorientarse”, “en ese fresco que no necesita avanzar hacia atrás ni hacia delante”, “esta loca obsesión de avanzar hacia atrás”, “sólo dando un paso atrás, podremos avanzar hacia adelante con confianza y seguridad” (la autoayuda en todo su esplendor), “la mejor forma de avanzar hacia adelante”, “mirando atrás para avanzar hacia adelante” (¡uy, qué profundo!), “no se puede avanzar hacia delante mirando hacia atrás en cada paso” (más profundidad filosófica), “si no dejas de mirar hacia atrás, tropezarás cada vez que intentes avanzar hacia delante” (más y más profundidad), “hay momentos en los que nos sentimos con la claridad y la seguridad suficiente para avanzar hacia delante a un paso rápido” (la profundidad al infinito), “aunque nadie ha podido regresar atrás y hacer un nuevo comienzo, cualquiera puede recomenzar ahora y hacer un nuevo final” (¡ay, Diosito santo, queda uno anonadado!), “no suele ser bueno regresar atrás” (¿por eso muchos quieren regresar hacia delante?), “regresar atrás ayuda a saber si fuimos felices”, “Guajardo pide a precandidatos no regresar hacia atrás” (sí, sólo tenían permitido regresar hacia delante), “detenerse de manera súbita y regresar hacia atrás”, “una ola de disparos atravesó la barandilla, golpeando y chispeando, haciéndolo retroceder hacia atrás” (novela policíaca, obviamente), “no te rindas y si vas a retroceder hacia atrás que sea para tomar impulso” (¡y saltar hacia atrás!),

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