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fácil seguir a Jesús. Pero en otros países, seguir a Jesús, usar una Biblia o decir que eres cristiano puede hacer que te metan en la cárcel o incluso puedes perder la vida.

      Seguir a Jesús es una decisión muy importante, pero tienes que estar dispuesto a darlo todo por él. Eso es lo que hicieron los discípulos.

      Si tú quieres ser discípulo de Jesús tienes que tomar la cruz de Jesús cada día de tu vida, es decir, comprometerte a poner a Jesús en el primer lugar.

      Eso significa que Jesús tiene que estar por encima de tu familia, tus amigos, tus deportes, tus programas favoritos de televisión, tus zapatillas de deporte o tu vestido nuevo... Jesús no dice que no puedas tener todas esas cosas, pero esas cosas no deben ser más importantes que seguirlo a él.

      Si un día tienes que elegir entre esas cosas o ser fiel a Jesús, ¿qué elegirás? Escribe una lista de todas las cosas que te gustan en un papelito y en otro pon el nombre de Jesús. Elige cuál es el más importante para ti y pégalo en tu Diario de Oración.

      “Luego Jesús dijo a sus discípulos: ‘Si alguno quiere ser discípulo mío, olvídese de sí mismo, cargue con su cruz y sígame’ ” (Mateo 16:24).

      ¿A quiénes castiga Dios?

      Marca la respuesta correcta

      1 A los que se portan mal.

      2 A los que se portan bien.

      3 A los que ama.

      ¿Te han castigado alguna vez?

      ¿Sabes que “castigar” no significa “pegar”? En la Biblia “castigar” significa “reprender, aconsejar, avisar y corregir algo que está mal”.

      ¿Y quiénes suelen reprendernos y corregirnos? Normalmente, lo hacen los padres, algún familiar cercano, los profesores del colegio...

      Aunque a veces sepas que te lo mereces porque te has portado mal, es muy difícil aceptar un castigo, ¿verdad? Seguramente, piensas que es excesivo que te quiten el celular, que no te dejen salir a jugar con un amigo o que te dejen sin recreo en la escuela.

      Hay adultos que piensan que no hay que castigar, otros hacen que el castigo sea algo violento; sin embargo, otros creen que sí que hay que castigar, pero con amor y cariño. De modo que tus padres muchas veces te reprenden o castigan porque te aman y quieren corregir tus errores para que seas más feliz y hagas felices a los que te rodean.

      Cuando en un jardín hay malas hierbas, los jardineros las arrancan para que no crezcan y el jardín se vea limpio y ordenado. De igual forma, las personas que nos quieren tratan de arrancar aquellos defectos que impiden que nuestra vida esté limpia y ordenada. Por eso, la próxima vez que alguien te castigue o corrija, ¡no te enfades! Reflexiona, reconoce tu error y recuerda que le importas, que te ama y quiere ayudarte. Nuestros padres nos reprenden porque nos aman; y porque obedecen lo que dice la Biblia, pues Dios quiere que seamos cada día mejores por eso dice que castiga al que ama.

      Haz una historieta en tu Diario de Oración sobre lo que significa la palabra “castigo” según la Biblia.

      “Yo reprendo y castigo a todos los que amo; sé, pues, celoso y arrepiéntete” (Apocalipsis 3:19, RV95).

      ¿Quién era Cefas?

      Marca la respuesta correcta

      1 Pedro.

      2 Juan.

      3 Pablo.

      ¿Te gusta tu nombre? ¿Qué te parecería si un día alguien te lo cambiara?

      En la Biblia, Dios cambió el nombre de muchas personas, ¿sabes por qué? Porque Dios quería marcar un antes y un después de encontrarse con esa persona. Quizás, Dios quería mostrarles a estas personas cuál era su misión a partir de ese momento o quería que cambiaran su pasado por un futuro mejor.

      ¿Recuerdas algunos personajes bíblicos a los que Dios les cambió el nombre?

      Vamos a mencionar algunos:

      A Jacob, que significa “engañador” o “suplantador”, Dios lo llamó Israel que significa “el que lucha con Dios”.

      A Sarai, que significa “contenciosa” o “libre”, Dios la llamó Sara que significa “princesa” o “señora”.

      A Simón, que significa “desierto”, Dios lo llamó Cefas (en arameo) o Pedro (en griego) que significa “piedra”.

      Hay muchos más ejemplos de personajes bíblicos a los que Dios les cambió el nombre. ¿Te gustaría que Dios te cambiara el nombre? ¿Sabes que sí te lo cambiará un día? ¿Quieres saber cuándo? En el libro de Apocalipsis 2:17, Jesús le dijo al apóstol Juan que cuando él vuelva te dará una piedrecita blanca en la que estará escrito un nombre nuevo para ti. ¿Qué te parece? Seguro que estás deseando saber qué nombre nuevo te pondrá Jesús, por eso tienes que estar listo para cuando él vuelva.

      Dibuja una piedrecita en tu Diario de Oración y escribe con un marcador tu nombre y el que te gustaría que te pusiera Jesús.

      “Cuando Jesús lo vio, le dijo: ‘Tú eres Simón, hijo de Juan, pero tu nombre será Cefas (que significa: Pedro)’ ” (Juan 1:42).

      ¿Qué tipo de celo sentía el apóstol Pablo?

      Marca la respuesta correcta

      1 El celo que viene de Satanás.

      2 El celo que viene de Dios.

      3 El celo que sentía por Pedro.

      ¿Has sentido celo o celos de un hermanito o de un amigo?

      Cuando sentimos celos de alguien, rechazamos a esa persona por miedo o porque sentimos envidia de lo que tiene o de las cosas que le suceden.

      Ese es un sentimiento malo y negativo hacia los demás que no nos deja ser felices.

      Sin embargo, la palabra “celo” o “celos” tiene otros significados que sí nos pueden hacer felices. Cuando cuidas de alguien, te interesas porque esa persona se encuentre bien o haces algo con cariño por ella, también puede decirse que eres celoso o celosa con esa persona. ¡Y ese es un significado bueno y positivo!

      Así es el celo de Dios que menciona la Biblia. Cuando encuentres un versículo en la Biblia en el que diga que Dios es celoso, recuerda que quiere decir que Dios se preocupa por ti y quiere lo mejor para tu vida. Dios es celoso porque le gustaría que no te alejaras nunca de su lado. Dios quiere que estés siempre con él.

      El apóstol Pablo también estaba preocupado por los creyentes que vivían en Corinto. Pablo quería que se acercaran a Dios. Por eso, el versículo de hoy dice que sentía un celo que venía de Dios.

      Recuerda que el celo de Dios siempre es diferente al celo que normalmente sentimos nosotros. El celo de Dios es bueno y positivo. ¡No lo confundas con el malo y negativo!

      Haz una lista de personas por las que tú sientes el celo que viene de Dios. Escríbelas en tu Diario de Oración.

      “Porque el celo que siento por ustedes es un celo que viene de Dios” (2 Corintios 11:2).

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