Скачать книгу

así lo refleja un libro de Cuentas Generales de Cargo y Data, que se conserva en nuestro Archivo Histórico Municipal.

      Los desfiles penitenciales

      Las hermandades penitenciales se perfilarán perfectamente, en la segunda mitad del siglo XIV, como resultado de dos hechos fundamentales, el desplazamiento de advocaciones relacionadas íntimamente con las formas de piedad medievales y la popularidad que la iconografía gótica va a imprimir a los temas de la pasión, crucificados, ecce homos, nazarenos, etc., a los que se unirá cerrando este ciclo iconográfico la figura de la dolorosa.

      Desfile de la “armadilla”, a su paso por calle Infante. Viernes Santo

      Será durante los siglos XV y XVI cuando definitivamente se configurarán las hermandades penitenciales, fundándose en los distintos conventos regidos por órdenes religiosas masculinas, principalmente promovidas por franciscanos y dominicos, por la predilección que sintieron ambas órdenes por el ciclo de la pasión.

      El modelo de procesión o desfile penitencial que se impone en este periodo no alcanza aún la plena madurez que logrará posteriormente en el siglo XVII.

      Las procesiones de disciplinantes tenían lugar no solo en Semana Santa, sino que podían organizarse a lo largo de todo el año por motivos de epidemias, malas cosechas o escasez de lluvias.

      Estos desfiles de penitencia, en un principio, no realizaban traslado de imágenes de Cristo o de la Virgen, ya que no existía la costumbre de procesionar imágenes talladas de madera, costumbre que se irá imponiendo solo a partir de los últimos años del siglo XX. Con anterioridad, las procesiones de disciplinantes seguían a los estandartes de la hermandad y acompañaban a la Sagrada Forma y a una cruz exenta.

      Las procesiones se desarrollaban generalmente de día, a partir de las doce, y tenían obligación de hacer estación de penitencia en la Real Colegiata de Santa María la Mayor, excepción hecha de las Cofradías de la Sangre y Vera Cruz, que lo hacían de noche y realizaban su estación en la ermita de la Vera Cruz en el cerro del Vizcaray. En el siglo XVII, esta práctica se pondrá de moda entre el resto de las cofradías.

      Organización interna

      Durante este periodo inicial de creación de las hermandades, se establecerá casi definitivamente su organigrama interno. Prácticamente todas estas instituciones impondrán un sistema perfectamente jerarquizado, en el que un número de sus miembros será elegido democráticamente por un período de tiempo determinado, en un principio, no superior a uno o dos años. Estos cofrades o hermanos electos desempeñarán unos cargos perfectamente delimitados y concretos durante ese período, debiendo dar cuenta al final del mismo al resto de la hermandad de su gestión ante el órgano general de gobierno que es el cabildo.

      Nuestra Señora del Socorro

      Las funciones de estos miembros de gobierno prácticamente son las mismas en toda Andalucía, cambiando solo la denominación de estos. En Antequera tenemos a las figuras de los alcaldes, mayordomos, albaceas, priostes, muñidores, hermanos mayores de insignia, etc. De estos cargos tal vez el más curioso y menos conocido sea el de muñidor. El muñidor era el encargado de citar a los cofrades a cabildo y, en algunas ocasiones, era delegado por el mayordomo correspondiente para efectuar el cobro de las cuotas de los hermanos. Véase el paralelismo actual de esta figura, porque además cobraba por el desempeño de su función.

      El resto de los hermanos, dependiendo de la forma en que practicaran la penitencia durante la estación, recibían los nombres de hermanos de sangre si durante el recorrido iban flagelándose, o hermanos de luz si portaban cirios cera.

      Trono de palio negro de Nuestra Señora del Consuelo (abajo)

      Esta será la tónica general a lo largo de toda la Edad Moderna. Tras la Guerra de la Independencia, todo cambiará. Este acontecimiento supondrá un hecho referencial para distinguir un antes y un después en el mundo cofrade general y en el de Pasión en particular.

      Primera salida procesional de la Cofradía de los Estudiantes. 1960

      Será durante el último tercio del siglo XIX y principios del XX cuando las cofradías comiencen a despertar y lentamente irán saliendo del largo letargo volviendo a reorganizarse y establecer las bases y conceptos que en la actualidad hacen realidad el mundo cofrade.

      Durante el siglo XX, concretamente en 1943, nace la Agrupación de Cofradías de Antequera, órgano que regulará la vida de las hermandades y establecerá una serie de pautas de comportamiento destinadas a normalizar y a dar mayor esplendor a nuestra Semana Santa.

      Por último y ya para concluir este breve capítulo, queremos hacer referencia a la actual organización de la Semana de Pasión. En nuestros días realizan los desfiles procesionales nueve hermandades que se distribuyen desde el Domingo de Ramos hasta el Viernes Santo, concluyendo el Domingo de Resurrección, con una procesión institucional en la que podemos ver a un Santo Cristo Resucitado, obra anónima de finales del siglo XVI, del circulo de Diego de Vega, que en su día perteneció a la ya extinta Cofradía de la Humildad, anteriormente fue procesionada otra imagen procedente del Real Monasterio de San Zoilo y pertenece a la serie iconográfica de la capilla de la Archicofradía de la Sangre y Santa Vera Cruz, en realidad este último se trataba de una imagen de San Juan Bautista, obra del imaginero Jerónimo Brenes realizada en 1614 y que fue reconvertida en mala época en Resucitado.

      El orden de salida actual de las distintas hermandades responde a una organización de la Semana Santa que se efectuó entre los años cuarenta y cincuenta y que evidencia a unos claros intereses socio económicos de aquella época. Se pretendió, y consiguió, crear dos días “fuertes” en los que procesionasen dos hermandades cada día en Jueves y Viernes Santo, y evitar que el resto de los días quedaran en blanco, con el fin de atraer visitantes a la ciudad durante toda la Semana de Pasión. Esto lógicamente iría en beneficio de los comerciantes y redundaría en la economía local y en la visión externa que se podía tomar de la ciudad en general.

      A grandes rasgos los objetivos fueron conseguidos, a lo largo de las siguientes décadas a pesar de que con ello se rompieron tradiciones de siglos y no se respetaron en absoluto las normas de cronología, ni la costumbre ni los derechos adquiridos por las cofradías, circunstancias estas totalmente secundarias a estas alturas, ya que se estaba configurando prácticamente de cero después de la contienda civil toda la estructura cofrade con conceptos modernos, que fueron acogidos con agrado por todas las hermandades. Hoy día un planteamiento de este tipo sería más complejo.

      Las hermandades y cofradías antequeranas, han madurado, y a través de su buen hacer a lo largo de estos últimos años, han logrado ganarse el respeto y la admiración de propios y extraños, al haber conseguido dar a nuestra Semana Santa el carácter único, tradicional y carismático con que es reconocida en toda Andalucía.

      Salida del Santo Cristo Resucitado desde la iglesia de San Francisco

      Конец ознакомительного фрагмента.

      Текст предоставлен ООО «ЛитРес».

      Прочитайте эту книгу целиком, купив полную легальную версию на ЛитРес.

      Безопасно оплатить книгу можно банковской

Скачать книгу