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el cuerpo, sino que cuando el niño se relaciona con ella en forma no-saludable, puede llevarlo a la obesidad o, en caso contrario, a la desnutrición.

      Gracias a esos estudios y hallazgos surgió en nosotros un sentimiento de responsabilidad con la sociedad y la necesidad de transmitir parte de este conocimiento y experiencia. El objetivo fundamental que nos propusimos fue dar a conocer que la obesidad es una enfermedad que se puede prevenir, y de esta forma evitar que los niños la padezcan física o mentalmente. Asimismo, encontramos que es responsabilidad de los padres que sus hij@s tengan una infancia saludable.

      Este libro está dirigido a padres y maestros, ya que precisamente ellos son los adultos responsables de la salud de los niños. Está escrito en un lenguaje coloquial con el fin de que sea comprensible para todas las personas. Además, su contenido se comunica a través de conferencias, lo cual puede resultar una propuesta para las escuelas.

      El libro consta de nueve capítulos. Los tres primeros abarcan aspectos generales sobre la obesidad infantil, ¿por qué se dice que es una enfermedad, cómo saber si un niño tiene sobrepeso u obesidad y cuáles son los factores de riesgo? En el cuarto capítulo se habla de la mancuerna familia-escuela como unidad de trabajo conjunto en la prevención, y se complementa con el capítulo seis que incluye medidas preventivas generales e ideas para padres y maestros. El quinto capítulo se refiere a los aspectos generales de tratamiento, haciéndose hincapié en la necesidad de la intervención familia-escuela apoyada por un grupo de especialistas expertos en el tema. Los últimos capítulos: séptimo, octavo y noveno se refieren a las medidas específicas de prevención y al apoyo para mejorar el estilo de vida del niño y de la familia, a manera de ejercicios programados para una alimentación saludable y recomendaciones de desayunos y lunch escolar. Al final se hace un recordatorio de los puntos más importantes de cada capítulo, haciendo énfasis sobre la necesidad de la prevención de la obesidad en nuestros hij@s.

      Ustedes son los responsables

      de que sus hijos

      tengan un peso saludable.

      ¿En verdad la obesidad enferma a los niños?

      Cada mañana tengo que llevar a mis tres hijos a la escuela y, como siempre, vamos corriendo... A Daniel, el mayor de 12 años, cada vez le cuesta más trabajo levantarse. Camila de 10 se desespera porque es muy ordenada, y Santiago, de 7 años, repite todo lo que hace Daniel. Así que las mañanas son de locura.

      Por fin llego a la escuela y dejo a los niños. Yo soy vocal del grupo de Camila, y después de que los niños ya están en sus respectivas labores, me encuentro con otras mamás que también son vocales de los grupos de primaria. Ellas me informan que la directora nos ha citado a todas a la mañana siguiente a las 8:30 a.m. y me preguntan si me es posible asistir. Como entro a trabajar a las 9 a.m. les advierto que debo pedir permiso y entonces les confirmaré mi asistencia.

      Al día siguiente, todas las vocales de primaria asistimos a una reunión con la directora, quien nos informa que está organizando un ciclo de conferencias sobre “Obesidad infantil”, dirigido a padres y alumn@s, con la participación de diferentes especialistas en el tema, la mayoría padres de familia.

      Lo que la motivó a organizar esta serie de pláticas fue darse cuenta que en la escuela cada vez hay más niñ@s con obesidad. A las vocales nos solicitaron que hiciéramos una fuerte difusión de este ciclo entre todos los padres de familia, y nos subrayaron, además, que como es un problema sumamente grave, la asistencia sería obligatoria para todos, tanto por parte de los padres como del alumnado. Su deseo es que tod@s colaboren en:

      la lucha contra la obesidad infantil.

      Para los padres, las conferencias se llevarán a cabo en el auditorio, los miércoles de cada semana de 7 a 8 p.m. Para los niñ@s serán de una hora, a lo largo de un mes, durante la clase de español.

      El siguiente lunes nos darán el temario para que lo entreguemos a todos los padres, con la indicación de que firmen al recibirlo. De esta forma no habrá pretextos de que ¡no supieron o no fueron avisados a tiempo!, y por eso mismo no podrán faltar. En el documento se integrará el temario para los niñ@s de cada ciclo escolar. También el lunes, en el portón de la escuela, cada vocal entregará los temarios y recabará las firmas de los padres.

      Estamos muy contentas, pues acabamos esas tareas en tres días. Era lo necesario, pues las pláticas empezarán el miércoles siguiente.

      Por fin llega el día de la primera conferencia. El auditorio está lleno. La maestra Betty, que es la directora, se nota un poco nerviosa. Aun así, a las 7 p.m. en punto se levanta, toma el micrófono, agradece la asistencia y presenta al primer ponente, es el doctor Juan Camacho, médico pediatra que lleva trabajando el tema de obesidad infantil por más de 10 años, y es, además, papá de dos alumnos de la escuela.

      El doctor Camacho se pone de pie y pasa al frente del auditorio. Agradece a la maestra Betty por la invitación y, antes de iniciar la conferencia, quiere saber la opinión de l@s asistentes sobre la siguiente pregunta:

      ¿la obesidad es un

      problema

      de salud en los niñ@s?

      Varios padres levantan la mano y contestan:

      —¡No! Los niñ@s cuando crecen se estiran. Decir que son obesos realmente es una exageración. Sólo hay que esperar algún tiempo. Por tener unos kilitos de más no les pasa nada. Más bien eso muestra que están bien nutridos y bien protegidos contra las enfermedades.

      —Cierto— dice otro padre. Además, no podemos sacrificar a nuestros hij@s evitándoles que coman alimentos que les gustan. Para eso son niñ@s. Para que disfruten su infancia haciendo lo que les gusta. Bastante tienen con venir a la escuela casi siete horas diarias de sus vidas, y después hacer tareas y, además, ¿obligarlos a comer lo que no les gusta y lo que les gusta prohibírselos? Total, sólo con llevarlos a correr van a bajar de peso y no serán unos frustrados para el resto de su vida.

      Otros padres responden a la pregunta con un: “Sí, claro que la obesidad afecta a la salud…”

      El auditorio está dividido, algo así como mitad y mitad. Entonces el doctor Camacho toma la palabra y comenta:

      —Se dan cuenta qué complicado es el tema. ¿No les parece? Aquí todos somos padres responsables, sin embargo, la palabra responsabilidad ante el peso de nuestros hij@s, se puede entender de diferentes formas: unos padres opinan que la obesidad no es un problema, porque los niñ@s van a crecer y con un poco de ejercicio podrán bajar de peso. Otros opinan que a los niñ@s no se les debe frustrar con prohibiciones, porque son niñ@s y están para disfrutar la vida.

      En cuanto al primer punto, debo decirles que esa afirmación no siempre es cierta. Efectivamente, los niñ@s crecen y bajan de peso. Si hacen ejercicio también bajan de peso. Sin embargo, a veces ese sobrepeso es tan elevado que, aunque se cumplan estas dos condiciones, el niñ@ no llega a un peso saludable y eso trae consecuencias para su salud.

      En cuanto a la segunda opinión, quiero comentar no sólo que los niñ@s están para disfrutar la vida, en realidad todos estamos aquí para disfrutar la vida. Sin embargo, hay que comprender que gran parte de la educación de nuestros hij@s es enseñarles qué es lo mejor para ellos. Por eso hay reglas, hay límites y una autoridad.

      Por ejemplo, aquí en la escuela la principal autoridad es la maestra Betty, la directora, y todos los demás maestros también representan a la autoridad. En casa somos los padres. Si los niñ@s aprenden que ellos mismos deciden qué comer y qué no comer −sin tener el conocimiento de qué es una alimentación saludable− seguramente van a comer en forma inadecuada, con las consecuencias que eso acarrea: desnutrición, anemia, falta de vitaminas y minerales, entre muchas otras; o tendrán sobrepeso u obesidad. Nuestra responsabilidad como padres es, entonces, enseñarles a tener una alimentación apropiada, completa, saludable para que su crecimiento y desarrollo sean sanos.

      Todos podemos comer de todo, igual que los niñ@s, pero con moderación, buscando siempre alimentarnos de forma equilibrada.

      Bien. Después

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