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Dios, existen límites para sus poderes. Juan afirma que no pueden hacer el trabajo de Dios (Jn 10:21) o poseer a un seguidor de Jesús.16

      Si bien los demonios tienen estas limitaciones por naturaleza, las Escrituras son claras en cuanto a que pueden ocasionar enfermedades (Lc 13:11), tentarnos (1 Ts 3:5), fomentar la desobediencia (Ef 2:22) y, lo más alarmante, colocar pensamientos en nuestra mente (Gn 3:1-5; 2 Co 4:4; 2 Co 11:3). En los próximos capítulos abordaremos de forma más profunda las estrategias de los demonios y cómo utilizar los recursos espirituales para rechazarlos.

LECTOR: ¡Espere un segundo! Antes de que continuemos, tengo un millón de preguntas.
AUTOR: No estoy acostumbrado a que me interrumpan, pero comprendo que esto puede resultar un poco confuso.
LECTOR: ¿Le parece?
AUTOR: No es necesario el sarcasmo, pero continúe.
LECTOR: Si Dios estaba dispuesto, y podía enviar a algunos demonios directamente al infierno, entonces, ¿por qué no los envió a todos? Y ya que estamos, ¿por qué no simplemente envió a Satanás directamente al infierno? O, mejor dicho, ¿por qué Dios creó a Satanás, en primer lugar?
AUTOR: Buenas preguntas. Empecemos por la pregunta fácil: ¿Por qué Dios creó a Satanás?
LECTOR: ¿Ésa es la fácil? Debe estar bromeando. Está bien, continúe.
AUTOR: Dios no creó a Satanás.
LECTOR: ¿Cómo? Creía que Dios había creado todo.
AUTOR: Así es. Lo que Dios creó originalmente fue un ángel majestuoso llamado lucero de la mañana. ¡Este ángel tenía un acceso privilegiado a Dios y había atestiguado personalmente su gloria! Este ángel tenía algo que usted también tiene, como pudimos ver con su interrupción.
LECTOR: ¿Qué sería eso?
AUTOR: Libre albedrío. Por lo tanto, este ángel tenía que tomar una decisión: ¿continúo adorando a Dios o intento luchar y arrebatarle la gloria? Lamentablemente, eligió la rebelión y se convirtió en el adversario de Dios, o como lo conocemos, Satanás. Pero él no fue creado de ese modo.
LECTOR: ¿Dios no podría haber forzado a Satanás para que continuara adorándolo?
AUTOR: Sí, pero ¿de qué sirve la adoración forzada o, si vamos al caso, el amor forzado? Si usted supiera que sus amigos fueron manipulados a regañadientes para sentir agrado por usted, ¿eso no apagaría la amistad?
LECTOR: Sí. No quiero que las personas se vean obligadas a sentir agrado por mí o a compartir tiempo conmigo.
AUTOR: Dios está de acuerdo. Por lo tanto, no obligó al lucero de la mañana o a sus ángeles a que lo adoraran. Ellos eligieron la rebelión por sobre la adoración.
LECTOR: De acuerdo. Pero, ¿por qué no arrojarlos a todos al infierno y acabar con todo de una vez por todas?
AUTOR: Aquí nos encontramos con la pregunta más difícil. ¿Por qué arrojar a Satanás a la tierra donde podía acceder a Adán y a Eva?
LECTOR: Tiene toda mi atención.
AUTOR: Al igual que con Satanás y sus ángeles, Dios no quería forzar a que esta primera pareja lo siguiera. Si la única voz que Adán y Eva tenían para escuchar era la de Dios, entonces ¿qué otra opción tendrían? Supongamos que le digo que tiene la libertad de irse de una habitación en particular cuando usted quiera. Sin embargo, cuando intenta salir, todas las puertas y las ventanas están cerradas. ¿Cuál sería su respuesta?
LECTOR: Gracias por otorgarme una opción que no puedo utilizar. Todo está cerrado. Estoy atrapado.
AUTOR: Así es. Dios no quería que Adán y Eva estuviesen atrapados con él. Entonces, en medio del paraíso colocó una puerta de salida: el árbol del conocimiento del bien y del mal. Dios fue claro. Si comían del árbol, vivirían consecuencias desastrosas, tales como la muerte espiritual y física. Y Dios permitió que Satanás tuviera acceso a esta pareja para que tuvieran la opción de una voz contraria a la de él: “No moriréis” (Gn 3:4). Bueno, el resto ya lo conoce.
LECTOR: Parece que Dios está realmente comprometido a que elijamos amarlo.
AUTOR: Así es. Es una parte fundamental de ser humanos. Todo este libro trata de que elijamos poner a Dios primero en nuestros matrimonios y rechazar los intentos de Satanás de desviarnos. Ahora, ¿me permite continuar?
LECTOR: Sí. Por el momento.17

      image INVESTIGUEMOS CON MAYOR PROFUNDIDAD

      Si Dios está enfocado en que los humanos y los ángeles elijan amarlo, entonces, ¿tendremos la posibilidad de elegir en el cielo? Si fuese así, ¿podríamos rebelarnos nuevamente? La respuesta es sí y no. Sí, conservaremos el libre albedrío en el cielo, pero no elegiremos la rebelión por varios motivos. Primero, en el cielo veremos claramente al pecado con toda su fealdad. El atractivo del pecado, tan prevaleciente en este mundo, será removido y nuestros ojos se abrirán y verán todo lo destructivo que viene con el pecado. Segundo, en esta vida estamos constantemente haciendo morir nuestro deseo por el pecado (Col 3:5). En el cielo, finalmente el deseo por la santidad será consumado. La pregunta “¿Podemos pecar en el cielo?” Presume que el deseo de pecar permanece en nosotros. En plena presencia de Dios ese deseo acabará de una vez y para siempre.

      A medida que llegamos al final de este análisis acerca de Satanás, es importante recordar un hecho crucial. Si bien Satanás es el adversario de Dios, no es igual a Dios. “Existen docenas de referencias de Dios en las Escrituras por cada una de las referencias de Satanás”, describe el autor cristiano John

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