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de fiel guía pastoral para atravesar estas aguas.

      Eso es lo que encontramos en estos mensajes sobre el Salmo 107. Está claro que predica con una lógica contundente, pero parece como si estuviera hablando con nosotros directamente. De la misma manera que queremos un médico que nos explique el diagnóstico de manera clara, anhelamos encontrar predicadores que expongan la verdad de Dios de forma sencilla y sin pretensiones.

      Hace algún tiempo tuvimos un médico de familia que siempre nos recetaba amoxicilina fuera cual fuera nuestra enfermedad. ¿Dolor de garganta? Amoxicilina. ¿Dolor de cabeza? Amoxicilina. ¿Una uña encarnada? Amoxicilina. ¿Molestias en la espalda? Amoxicilina. Algunos médicos nunca van más al á de la superficie, pero Martyn Lloyd-Jones, como los cirujanos, penetra hasta el fondo con sus predicaciones y se dirige específicamente a las necesidades más urgentes del enfermo corazón del hombre con claridad y autoridad. Todos sus mensajes tienen algo en común: en todos ellos intenta que el pueblo reconozca la profundidad de su pecado y que vea la inagotable profundidad de la misericordia de Dios en Cristo.

      Mi oración es que Dios use a Martyn Lloyd-Jones en su vida como lo hizo en la mía y que produzca el tipo de renovación que se dio durante la vida y el ministerio del “buen doctor”.

      Daniel Montgomery

      Pastor Principal

      Sojourn Community Church

      Lousville, Kentucky

      Que todo el mundo

      alabe al Señor

      Alabad a Jehová, porque él es bueno; Porque para siempre es su misericordia.Díganlo los redimidos de Jehová, Los que ha redimido del poder del enemigo, Y los ha congregado de las tierras, Del oriente y del occidente, Del norte y del sur. (Salmo 107:1-3)

      Sin lugar a dudas, el Salmo 107 es un himno de alabanza, un canto de acción de gracias y de adoración. Al estudiar en detalle estos primeros versículos, debemos prestar atención también a todo el salmo en su conjunto y al mensaje que transmite.

      ESTRUCTURA

      La estructura de este salmo es bastante clara: se divide de manera natural, siendo estos tres primeros versículos una especie de introducción. Es como si el salmista estuviera reuniendo un gran coro para cantarle a Dios este himno de alabanza, así que llama a las personas que van a cantar las distintas partes y les extiende una gran invitación, llamándolos a congregarse “del oriente y del occidente, del norte y del sur”, a unirse para dar gracias al Señor. Dice: “Díganlo los redimidos de Jehová”, y explica por qué deben reunirse en este gran himno todas estas personas que vienen de tantos lugares.

      A continuación entra en los detalles. No se conforma con hacer una afirmación general, sino que quiere probar lo que afirma. Dice que todos los redimidos del Señor se unirán aunque, de alguna forma, hayan tenido experiencias diferentes; así que nos da cuatro ejemplos o ilustraciones de cuatro tipos de experiencia distintos.

      El primer grupo son personas que vemos vagando por el desierto en busca de una “cuidad habitable”. El segundo grupo son los que están “aprisionados en aflicción y en hierros”. El tercero son los que están siendo consumidos por la enfermedad y la falta de alimento; y el cuarto es una imagen de aquellos que están en el mar, en las muchas aguas, en medio de una terrible tormenta. El salmista describe detalladamente estos cuatro grupos y habla de la experiencia de cada uno, pero usando siempre el mismo lenguaje. En todos los casos repite lo mismo: “Entonces clamaron a Jehová en su angustia”, y en todos puede decir: “Y los libró de sus aflicciones” (versículo 6). Por tanto, invita a cada grupo diciendo: “Alaben la misericordia de Jehová, y sus maravillas para con los hijos de los hombres” (versículo 8).

      Después de presentar los cuatro tipos mediante cuatro ilustraciones, nos muestra cómo trata Dios a estas personas en general y concluye con una palabra final de desafío y exhortación: “¿Quién es sabio y guardará estas cosas, y entenderá las misericordias de Jehová?” (versículo 43).

      Ése es un análisis general de este gran salmo. Es un ejemplo típico de la alabanza del Antiguo Testamento. En cierto sentido, es un salmo muy característico, y me gustaría que te fijaras en él porque, al mismo tiempo, representa lo que se puede describir como verdadera religión. No todas las religiones son verdaderas. La falsa religión también existe y es de vital importancia que sepamos distinguirla. Al estudiar este salmo juntos, recibiremos como beneficio adicional la capacidad de hacerlo.

      Aquí se nos presentan de una manera dramática, pictórica, las bendiciones que reciben las personas que tienen una relación con Dios. El tema del salmo es que debemos conocer y entender el amor y la bondad del Señor; el propósito del escritor es que todo el mundo llegue a comprender esta verdad. Invita a toda esa gente a cantar este himno de alabanza a Dios para que los que no lo están alabando se paren a pensar y se pregunten: “¿Por qué alaban a Dios estas personas? ¿Qué razones tienen para hacerlo? ¿Qué los impulsa?” No lo hacen sólo para su propio disfrute, sino que además quieren ser instrumentos para llevar a otros a un conocimiento similar del amor y la bondad del Señor.

      Por tanto, este salmo es un típico ejemplo de la alabanza de las personas piadosas en la dispensación del Antiguo Testamento. Sin embargo, no es sólo eso. También es una imagen de la alabanza que sale de la mente, el corazón y el alma de las personas del Nuevo Testamento. Dios es el mismo en el Antiguo Testamento y en el Nuevo. Los santos del Antiguo Testamento forman parte del mismo Reino de Dios que los del Nuevo. El propio Señor dijo que los que entran en el reino de la nueva dispensación entran en el mismo reino que Abraham, Isaac y Jacob (Mateo 8:11). Los padres, dice, pertenecen al mismo reino. Entramos en el reino bajo una nueva dispensación, pero se trata del mismo reino. En cierto sentido, las bendiciones del Antiguo Testamento son también las del Nuevo. Es el mismo pacto de gracia; es el mismo Dios derramando su gracia sobre nosotros. Y por esa razón, a lo largo de los siglos, los cristianos no han encontrado una manera mejor de expresar su adoración y su alabanza que acudir al Libro de los Salmos y leer o cantar un salmo juntos. Es el mismo reino eterno.

      En este caso concreto, no hay duda de que el salmista tenía en mente la liberación de los hijos de Israel del cautiverio. El mensaje del Antiguo Testamento puede resumirse así: el pueblo de Dios tiene una relación con Dios, y mientras vivan una vida de obediencia a él, Dios derramará sus bendiciones sobre ellos, pero les ha dejado claro desde el principio que si no le obedecen, si no mantienen esa relación con él, les volverá la espalda temporalmente. Serán conquistados por sus enemigos y llevados al cautiverio; serán sacados de su tierra, la tierra que Dios les había dado; y serán fugitivos errantes, extranjeros en una tierra extraña.

      Desde el principio, Dios les había dicho lo que pasaría, pero como, en su insensatez, se olvidaron de él y le desobedecieron, eso fue exactamente lo que pasó. Fueron extranjeros en el cautiverio, pero desde al í clamaron al Señor y él los escuchó y los trajo de vuelta a su tierra. Fueron hechos cautivos, algunos por los asirios, otros por los caldeos, y llevados lejos de Jerusalén, a Asiria y a Babilonia. Pero aquellos que clamaron al Señor fueron traídos de vuelta; un remanente regresó, y seguro que el salmista estaba pensando en eso. “Díganlo los redimidos de Jehová”, dice, “los que ha redimido del poder del enemigo, y los ha congregado de las tierras, del oriente y del occidente, del norte y del sur.”

      No cabe duda de que esa historia del Antiguo Testamento es una descripción perfecta de la salvación del Nuevo Testamento y de lo que le pasa al cristiano. Los hijos de Israel fueron creados por Dios y él los usa como ejemplo para dar a entender al mundo su manera de tratar con la humanidad. Y eso es lo que yo pretendo hacer al usar este salmo.

      A veces es bueno pensar en estas cosas por medio de imágenes. La doctrina aparece de manera muy clara en muchos pasajes del Nuevo Testamento, pero veamos esta ilustración. Si sabemos buscarlo, el evangelio aparece a lo largo de todo el Antiguo Testamento en bellas imágenes que hacen que se fije en nuestra mente, ayudándonos a recordarlo.

      LA ALABANZA:

      LA CARACTERÍSTICA PRINCIPAL

      En

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