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versión filmada por John Huston en 1956, la novela pasó a ocupar un lugar preeminente en la mitología popular. Muy pocos personajes literarios hay hoy tan conocidos como la ballena blanca, o el capitán Ajab, y no es exagerado decir que probablemente no hay un inicio de novela tan famoso como el de Moby-Dick. Millones de personas que ni siquiera han intentado abrir el libro reconocen la alusión a él cuando alguien dice «llamadme...» y añade cualquier nombre, lo mismo que gritan «¡allí resopla!» cuando la expresión se puede adecuar jocosamente a una situación concreta. Las alusiones a la novela están en todas partes, desde bares y restaurantes –en Madrid, en donde escribo estas líneas, existe un conocido local de música en vivo llamado Moby Dick–, hasta juguetes, e incluso cosméticos. Sin embargo, también en este aspecto el libro está en una categoría similar a la de los grandes clásicos: su lectura representa para muchos un reto no fácil de superar. En los Estados Unidos la obligatoriedad de la misma en las escuelas se ha convertido en tópico de tarea tediosa. Su reputación allí es, en este sentido, similar a la del Quijote en el nuestro, peor si cabe, pues su erudición le hace ser un libro más antipático que éste, y su ironía y su humor son más difíciles de captar. Si aquí se dice de algo complejo que tiene «más enjundia que el Quijote», en los Estados Unidos se dice que Moby-Dick es «un libro para hacer una tesis». Su apreciación conserva en este aspecto cierto carácter iniciático, similar a ése que vimos que tuvo en Inglaterra cuando nadie apenas lo conocía. De ahí que su popularidad sea siempre notoria entre los jóvenes y entre las personas de tendencias más radicales, que ven en él un texto revelatorio y revolucionario, inaccesible para la «mayoría burguesa». De ahí también su señalada vigencia, su perenne modernidad –un rasgo más que compartir con la Iliada y la Odisea y el Quijote–. No quiero adelantar nada del contenido del libro, ni orientar el criterio del lector, pero tras leer los primeros capítulos estoy seguro de que éste convendrá en que pocas novelas expresan mejor lo ridículo de los prejuicios raciales, nacionales, religiosos, culturales o sexuales. ¿Qué puede ser más «actual»?

      Moby-Dick;o La Ballena

      Como muestrade mi admiración por su genio,este libro está dedicadoaNathaniel Hawthorne

      Etimología

      (Aportada por un bedel tísico de una escuela de gramática, ya fallecido)

      [El pálido bedel... raído de levita, corazón, cuerpo y cerebro; le veo ahora. Siempre estaba desempolvando sus viejos léxicos y gramáticas con un singular pañuelo, burlonamente embellecido con todas las alegres banderas de todas las naciones conocidas del mundo. Le encantaba desempolvar sus viejas gramáticas; de algún modo, tenuemente le recordaba su propia mortalidad.]

      Etimología

      «Cuando aceptáis la tarea de educar a los otros, y enseñarles con qué nombre una ballena ha de ser llamada en nuestra lengua, dejando de lado por ignorancia la letra H, que casi constituye por sí sola la significación de la palabra, expresáis lo que no es cierto.»

      Hackluyt

      «WHALE. * * * Del sueco y el danés hval. Este animal se denomina a partir de su redondez o de su voltear; pues, en danés, hvalt significa arqueado o abovedado.»

      Webster’s Dictionary

      «WHALE. * * * Deriva de manera más inmediata del holandés y el alemán Wallen; anglosajón, Walwian, voltear, revolcar.»

      Richardson Dictionary

      תר hebreo

      κητος griego

      cetus latín

      whæl anglosajón

      hval danés

      wal holandés

      hwal sueco

      hvalur islandés

      whale inglés

      baleine francés

      ballena español

      pekee-nuee-nuee fijiano

      pehee-nuee-nuee erromangoano

      Extractos

      (Aportados por un ayudante de ayudante de bibliotecario)

      Así que adiós, pobre diablo de ayudante de ayudante, cuyo comentador yo soy. Vos pertenecéis a esa pálida y desahuciada estirpe que ningún vino de este mundo confortará jamás; y para la que incluso el jerez pálido resultaría demasiado rojizo y fuerte; mas con la cual a veces a uno le agrada sentarse, y sentirse pobre diablo también; y solidarizarse entre lágrimas; y decirles simple y llanamente, con ojos cargados y vasos vacíos, y con tristeza no del todo desagradable... ¡Abandonad, ayudantes de ayudantes! ¡Pues cuantas más y mayores molestias os toméis para agradar al mundo, tanto más y mayormente quedaréis por siempre sin agradecimiento! ¡Ojalá que pudiera vaciar Hampton Court y las Tullerías para vos! Pero tragaos vuestras lágrimas, y corred con vuestros cora­zones arriba al sobremastelerillo; pues vuestros amigos, que han partido antes, están vaciando los cielos de siete pisos para vuestra llegada, y convirtiendo en refugiados a Gabriel, a Miguel y a Rafael. Aquí sólo chocáis corazones rotos... ¡allí chocaréis irrompibles vasos!]

      Extractos

      «Y Dios creó grandes ballenas.»

      Génesis.

      «Leviatán hizo un camino para que brillara tras él;

      se diría que el piélago era cano.»

      Job.

      «El Señor había dispuesto un gran pez para que se tragara a Jonás.»

      Jonás.

      «Ahí van los barcos; ahí está ese leviatán que vos habéis hecho para que allí actúe.»

      Salmos.

      «En aquel día, el Señor, con su afligida y grande y fuerte espada, castigará a Leviatán, la punzante serpiente, la tersa Leviatán, esa retorcida serpiente; y matará al dragón que está en el

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