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siempre sus propias necesidades. Según la interpretación de Cayce, las influencias del pasado siempre son moldeadas por la voluntad, deseos y propósitos de la persona en el presente.

      En el caso de esta mujer, además del material de vida correspondiente al pasado, se encontraron interesantes percepciones. En el curso de la lectura, Cayce describió qué tipo de información estaba escrita en los registros akásicos, como había hecho su impresión esa información, y también la influencia que este tipo de material podría ejercer sobre la persona en el presente. Después de entrar en trance e ingresar a conciencia en los registros akásicos, Cayce inició su disertación. La lectura de la mujer dice, en parte:

       Sí, tenemos la entidad y esas relaciones con el universo y las fuerzas universales, latentes y manifiestas en las personalidades de la entidad ahora conocida como o llamada [757], tal como las han registrado las experiencias de la actividad y viaje del alma a través de los entornos que corresponden a esas impresiones, o esas que se convierten en manifiestas influencias o fuerzas de la experiencia de una entidad en su actual estadía en la Tierra.

       De la experiencia particular de esta entidad surgen naturalmente preguntas de cómo o en qué forma se efectúan los registros de la estadía o actividad de una entidad en una esfera o espacio, de modo que otros puedan leerlas o interpretarlas. ¿Son como cartas escritas? ¿O como fotografías de las experiencias de una entidad? ¿Están en forma de presagios o caracteres que representan ciertas influencias o actividades sobre de la Tierra? Sí, todas esas, amiga mía, y más, porque son como la madeja de la vida misma, la expresión de la fuerza divina del propio Dios Padre, expresándose en formas que se convierten en manifestaciones en una experiencia material. Porque en verdad estar ausente del cuerpo es estar presente con todas esas influencias y fuerzas infinitas que pueden actuar y sobre las que se puede actuar, desde las emanaciones de influencias divinas que pueden ser visualizadas como si fueran pinturas, escritas como pensamientos en caracteres de las diversas expresiones a través de las cuales esas entidades se comunican entre sí, con ideas o caracteres que representen esas ideas en sus expresiones deunas a otras. Como en todas las formas de capacidad comunicadora de una entidad o alma con otra—una mirada, la expresión de alguna parte o forma anatómica, de la palabra, o de un giro, así como el corte o forma del ojo, la forma de la boca, el arco de la ceja, o cualquier influencia de las comunicaciones—, denotan aquello que es para el engrandecimiento de los propios motivos o impulsos; y son las expresiones de ese propósito, ese deseo, al cual esa alma o expresión o entidad ha sido llamada. Estas son formas o maneras por medio de las cuales se escriben dichas [impresiones] en el Libro de la Vida, y pueden ser leídas y conocidas por las personas.

       757-8

      En esencia, la vida es una aventura de experiencias por medio de las cuales se reta a un individuo a convertirse en una mejor persona por haberlas tenido. Una experiencia sola no determina quién es el individuo como persona, sino cómo el individuo decide afrontar esas experiencias. Desde el punto de vista de la reencarnación, el crecimiento de un individuo está basado en buena medida sobre lo bien que él o ella se las arregle con las oportunidades y circunstancias que se presentan en la vida diaria.

      Lamentablemente, más que ver que los individuos son «cocreadores» muy activos en el transcurrir de sus viajes de vida, son muchas las veces que la reencarnación se ha malinterpretado como un viaje fatalista a través de experiencias y relaciones que pertenecen a un individuo debido a su «karma». Bajo este enfoque, las desiciones tomadas en el pasado de alguna manera han grabado en piedra el futuro, y la vida simplemente se vuelve un proceso inercial. Este definitivamente no es el enfoque de Cayce para la reencarnación y el karma, en el suyo cada vida está plena de un número casi ilimitado de oportunidades. En algún momento, Edgar Cayce afirmó que los enfoques de la reencarnación que no tienen en cuenta la importancia del libre albedrío, crearon lo que él denominó un «fantasma» kármico (136-18): una total falta de entendimiento de las leyes que operan. Desde su punto de vista, los individuos son activos participantes de sus propios viajes de vida y no simplemente observadores a veces reacios.

      La palabra karma es un término sánscrito que significa trabajo, acción, o acto. También se puede interpretar como «causa y efecto». Aunque se muestran de acuerdo con este concepto, las lecturas de Edgar Cayce tal vez constituyen una de las más enigmáticas y exclusivas contribuciones filosóficas: la idea de que el karma se puede definir como un recuerdo. No se trata de una deuda que se deba pagar, y tampoco es necesariamente una serie de circunstancias específicas que se deban experimentar por causa de acciones o fechorías del pasado. Karma es simplemente un conjunto de patrones subconscientes de memoria. Es un depósito de información almacenado en los registros akásicos que el subconsciente aprovecha en el presente. Tiene elementos positivos así como otros que parecen negativos. Por ejemplo, es muy probable que una afabilidad inmediata hacia un individuo que se acaba de conocer sea «kármica» como lo es una animosidad inmediata hacia algún otro. De hecho, ¡esta memoria del subconsciente tiene un efecto e influencia sobre lo que pensamos, cómo reaccionamos, lo que elegimos, e incluso cómo lucimos! Pero el componente del libre albedrío siempre está a nuestro alcance.

      En un aspecto, esta idea del «karma como memoria» se puede descomponer aún más de manera que poseamos recuerdos en términos de deseos que hemos traído con nosotros desde el pasado, recuerdos de situaciones que todavía debamos aprender e incluso recuerdos en forma de modelos que seguimos eligiendo para experimentarlos, pero en términos más sencillos se puede entender como memoria. Aunque el recuerdo está allí, la libertad de elegir permite a un individuo determinar el camino que tome en su vida actual. En la vida cotidiana, tal vez no siempre podremos entender por qué atrajimos una determinada situación, y de hecho el por qué podría no revestir tanta importancia, lo importante es cómo decidamos responder.

      En 1944, mientras daba una lectura para un bombero de cuarenta años de edad, Cayce habló del hecho de que la información de vidas pasadas que estaba leyendo estaba relacionada específicamente con el ciclo de vida que el individuo afrontaba en ese momento. A continuación, la sugerencia de Gertrude a Cayce de acceder a la información de los registros akásicos y una parte de la lectura:

       Gertrude Cayce: Darás las relaciones de esta entidad con el universo y las fuerzas universales. Darás las condiciones de su naturaleza, latentes y presentes en su vida actual y también en las anteriores apariciones en el plano terrestre; dando tiempo, lugar y nombre, y lo que en cada vida construyó o retardó el desarrollo de la entidad. Y dirás las capacidades de la presente entidad, aquello que podría lograr y cómo. Responderás las preguntas cuando yo las haga:

       Edgar Cayce: Sí, aquí tenemos los registros de esa entidad ahora llamada o conocida como [3902]. Al interpretar los registros, escritos o impuestos o impresos sobre la madeja del tiempo y el espacio, o los registros akásicos en el libro de los recuerdos de Dios, encontramos lo siguiente:

       Seleccionaremos entre estos registros los que aplicados a la experiencia ofrezcan la mejor interpretación del cómo y el por qué hay ciertas ansias manifiestas y latentes en las capacidades de la entidad actualmente, que aplicadas en forma creativa y constructiva, pueden dar una mayor capacidad a la entidad para que se dedique a ser un canal, una manifestación de esas influencias divinas que son causa y propósito de su aparición en la Tierra actualmente . . .

       En cuanto a las apariciones en la Tierra, encontramos que han sido por demás variadas. De ninguna manera se pueden dar todas sino las que son parte de la concientización o conciencia de la entidad en el presente ciclo de su experiencia. Y estas están en el período en que se pueden aplicar. Tal como se indica, lo mental se debe aplicar para el desarrollo del ser material, así como del ser mental y espiritual. Manténgase alejado de la crítica, siempre. [Énfasis del autor].

       3902-2

      Independientemente del ciclo que haya aflorado en la vida de uno, el alma experimenta constantemente las consecuencias de las desiciones que tomó anteriormente. Este concepto está expresado en la terminología bíblica como: «Uno cosecha lo que siembra», y por lo general

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