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un segundo subperiodo, de 1549 a 1762, prevalece la forma extensiva de la producción tanto en minería como en agricultura, y por tanto los cambios técnicos son "simples", ya que se orientan hacia una explotación extensiva del trabajo y de la naturaleza.

       2) 1763-1849: DE LA ILUSTRACIÓN A LA FÁBRICA

      El segundo periodo se puede considerar de preparación para la revolución industrial. En efecto, como reflejo de la Ilustración europea se cobra conciencia de la necesidad de mejorar las "artes útiles" y de aplicar los adelantos científicos al desarrollo de nuevas técnicas de producción. Todo esto se refuerza dentro del marco de las reformas borbónicas del gobierno de Carlos III, pues se fundan instituciones como el Colegio de las Vizcaínas (1767), la Real Escuela de Cirugía (1768), la Academia de las Nobles Artes de San Carlos (1781), el Jardín Botánico (1788) y el Real Seminario de Minería (1792).

      Sin embargo, en un segundo subperiodo, que empieza en 1821 con ia independencia de México, se da mayor énfasis a la educación y a los valores de identidad y soberanía, los cuales en lugar de sumarse a los esfuerzos de vinculación de la ciencia con la producción son sustituidos parcialmente. Tal es el caso de priorizar el imperativo de vincular los conocimientos relacionados en especial con los recursos naturales, con la integridad del territorio nacional.

       3) 1850-1934: LOCOMOTORAS, ALTOS HORNOS Y TURBINAS ELÉCTRICAS

      El tercer periodo se caracteriza por la introducción abrupta de la primera y segunda revoluciones industriales, que generan dos rupturas principales:

      — La primera ruptura se refiere al surgimiento, por separado, de dos movimientos que dinamizan el conocimiento. Por un lado, las obras de infraestructura, principalmente los ferrocarriles y la electricidad, ejes de las actividades económicas, inciden en la demanda y en la formación profesional; por otro, se llevan a cabo actividades diversas de la ciencia y la creación de los institutos de geología, astronomía y medicina, orientados a fortalecer la identidad y soberanía de los recursos naturales. Con esto se pierde la oportunidad de construir encadenamientos, uno, del conocimiento con la práctica productiva, y otro, de las actividades interñas de producción de materiales y maquinaria, pues éstos provienen, como los capitales, del exterior.

       — La segunda se origina por el retraso en la introducción de la revolución industrial, ya madura en países europeos y en los Estados Unidos, países que, además, se encuentran en la expansión de la segunda revolución industrial (1894-1913).

      Ambos desacoplamientos, el del conocim iento científico con el tecnológico, y el de la difusión prácticamente empalmada de las dos revoluciones industriales, generan cambios tecnológicos que no se logra resolver en el siguiente periodo (cuadro 2).

       4) 1935-1993: MODERNIZACIONES TRUNCADAS

      En el cuarto periodo el Estado se plantea impulsar la industrialización y el desarrollo tecnológico. Esto se realiza sin resolver los desacoplamientos y rupturas originados anteriormente. Quizá por ello el resultado de las tres "modernizaciones" son acciones que se limitan a incorporar nuevos equipos e instalaciones y capacitar para su uso.

      La primera modernización se corresponde con la política gubernamental para la ciencia y la tecnología que se instrumenta con el Consejo Nacional de la Educación Superior y de la Investigación Científica (CONESIC) , el cual se transforma en el Instituto Nacional de Investigación Científica (1935-1969). Este subperiodo se caracteriza por una política de institucionalización de la enseñanza como eje de la formación técnica y de la investigación tecnológica. Al mismo tiempo es un periodo de establecimiento de institutos de investigación científica y tecnológica, algunos para satisfacer necesidades de las ramas de energía (petróleo, electricidad y nuclear).

      La segunda modernización se inicia con la creación del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), que define políticas explícitas para la ciencia y la tecnología (1970-1993). A mediados del decenio 1980 se inicia la apertura de la economía, la cual se conjuga con la privatización de las actividades productivas estatales. Estas políticas se continúan en la tercera modernización, que se presenta en el siguiente capítulo.

       5) 1994- ; HACIA UN SECTOR DE CONOCIMIENTOS

      La tercera modernización, actualmente en desenvolvimiento (1994-), se conjuga con una política para la innovación tecnológica y cierto aceleramiento de la primera fase de la revolución científico-tecnológica en México. El punto de arranque está en la coincidencia del inicio de operaciones del Tratado de Libre Comercio con los Estados Unidos y Canadá, con el año en que las telecomunicaciones (y en general las tecnologías de la información y las comunicaciones) alcanzan un nivel de despegue que los convierte hacia el futuro en la línea tecnológica dominante de las nuevas tecnologías. Dicha coincidencia asegura la probabilidad de estar al día en el uso de los avances en las telecomunicaciones (y el "Internet"). Sin embargo, las posibilidades de potenciar las escasas aplicaciones tecnológicas y mecanismos de transferencia (com o son las empresas in novadoras) dentro de la revolución científico-tecnológica están también abiertas si se elige la alternativa de pasar a una síntesis histórica activa.

      Adenda:

      Una periodización sustentada en la ciencia, en especial en la difusión de los paradigmas científicos, es la propuesta por Trabulse [Elias Trabulse, Historia de la ciencia en México (versión abreviada), "Introducción", t.I, pp. 11-47].

      Tres tradiciones científicas son consideradas por Trabulse: organicista, hermética y mecanicista, cada una con su peculiar método de experimentación y su propio lenguaje.

      La organicista deriva de las concepciones aristotélicas acerca de la naturaleza (sustancia, materia, forma, esencia, existencia), que tuvo su prestigio en la baja Edad Media y en los siglos XV y XVI, cuando empieza a declinar; se apoya en los principios de Aristóteles, Galeno y Tolomeo, que se incorporan a la teología cristiana.

      La hermética tiene el lenguaje de la alquimia, la astrología y la ciencia de los números. Las analogías biológicas de crecimiento y decadencia privan en esta teoría, preocupada por el constante cambio, y no por el curso regular y uniforme de la naturaleza. Esta tradición hermética o mágica del cosmos, la cual tuvo contribuciones a la revolución científica del siglo xvn, es una obra de arte preñada de misterios, enlaces ocultos y relaciones num éricas, que sólo al iniciado correspondía descubrir.

      La mecanicista em plea un lenguaje claro y directo con base en los conceptos matemáticos, que caracterizan a las ciencias de los siglos XVIII, XIX y XX. La búsqueda de leyes que expliquen la regularidad y la recurrencia de los fenóm enos del mundo físico, sobre todo desde el siglo XVII. La posibilidad de captar matemáticamente el carácter inmutable y regular de la naturaleza perm itía prever los fenómenos, ya que éstos quedaban sujetos a leyes invariables. Desde mediados del siglo XVIII las ciencias se rigen con base en hipótesis y teorías, sea en la astronomía o en la biología.

      El criterio de periodización propuesto por Trabulse resulta de observar el grado de adopción de estas tradiciones científicas en México, en efecto:

      1 1521-1580: Adaptación de la ciencia europea: botánica, zoología, geografía, medicina, etnografía y metalurgia.

      2 1580-1630: Introducción de textos herméticos: astrología y alquimia.

      3 1630-1680: Desarrollo de la tradición hermética: matemáticas y astronomía.

      4 1680-1750: El mecanicismo toma carta de naturalización.

      5 1750-1810: Triunfo de las teorías mecanicistas.

      6 1810-1821: Violenta crisis que frena la actividad científica.

      7 1821-1850: Empuje de la Ilustración.

      8 1850 -: Impulso positivista de la ciencia mexicana.

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