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del método científico".26 Sucede lo mismo en el caso del Programa Empírico del Relativismo impulsado por Harry Collins y Trevor Pinch. Efectivamente, reuniendo relativismo y constructivismo social, Collins considera que la clausura de los debates y las controversias científicas no se basan en procedimientos lógico-experimentales, sino en factores sociales como el poder, la retórica y otros mecanismos sociales.27

      Nos hemos referido al debate posmodernista en el plano de la relativización de las ciencias físicas y naturales y la relativización de la cultura y de las ciencias humanas. Pero la guerra de ciencias mantiene su importancia como objeto de estudio en la medida que ha implicado la respuesta de los llamados estudiosos de la cultura y sobre todo, de manera más precisa, de los sociólogos de ciencias bloorianos. A continuación, abordaremos las posiciones de estos últimos para poder realizar un ejercicio comparativo de las asimetrías puestas en escena.

      Los sociólogos del PF actúan como observadores de la actividad científica sin consentir privilegios ni marginaciones a los científicos en sus disputas. Esto significa que las nociones sobre la naturaleza se presentan como entidades variables. El problema epistemológico que queremos señalar es que relativizando el conocimiento científico, los sociólogos de la ciencia deberían considerar que el relativismo se puede aplicar a ellos mismos y que sus nociones sobre la sociedad serían igualmente variables y contestadas por otros sociólogos. Significa que, aplicando el principio de reflexividad, la sociología del conocimiento derivada del PF anula su convocatoria a una ciencia emulada al estilo de las ciencias naturales, objetiva y absolutista, pues las ciencias naturales que estudia son construidas socialmente y elaboradas a base de un relativismo epistemológico.

      Nuestro punto de vista respecto al papel del relativismo epistémico posmoderno es que las posiciones de sokalistas y de sociólogos del Programa Fuerte como Bloor, Collins y otros, configuran una contradicción; por un lado, los sokalistas pretenden apropiarse el título de legítimos representantes del conocimiento de lo natural (primera parte del presente apartado), mientras los segundos pretenden monopolizar la descripción de la acción social de la ciencia (segunda parte del apartado). En el fondo de este debate, nos encontramos frente a una falsa disyuntiva; algunos quieren reservarse el derecho de hablar en nombre de la naturaleza externa, y otros quieren reservarse el derecho de hablar en nombre de la sociedad.

      Expresado epistemológicamente, el fisicalismo de Sokal y Bricmont y el socialismo de los autores del PF, configuran un relativismo generalizado al intentar mantener separados los conocimientos de la naturaleza y de la sociedad. Pero esta separación es en sí misma la fuente de relatividad del conocimiento contemporáneo, al resultar inconmensurables las representaciones naturales y sociales. Dicho de otro modo, la defensa del absolutismo naturalístico o sociológico de S&B y los sociólogos bloorianos, respectivamente, conforman un relativismo generalizado, un relativismo en el polo científico del esquema de la epistemología política moderna.

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