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si lo hubiera hecho, las relaciones podrían haber sido más evidentes. 29 Ambos son formas limitadas de discurso, regidos por un sentido compartido de límites. La manera popperiana de acotar la ciencia, el uso de la falsificación como criterio de demarcación, podía haberlo conducido a pensar que no era necesario localizar un ethos o una tradición en qué apoyarse. Pero la diferencia entre la teoría verificacionista del significado y la falsificación sirve para ubicar a Popper del lado de ellos en el asunto del cientifismo como Weltanschauung. La verificación se enfrenta, por así decir, con aquellas formas de ostentoso conocimiento que la ciencia podría esperar sustituir o desacreditar. Va dirigida a una comunidad más amplia. La falsificación mira hacia dentro del proceso de discusión científica que regula, y en tal regulación se convierte en una variante de la discusión liberal.

       El fantasma de Bernal

      Es quizá sólo una cruel ironía que estos esfuerzos fueran parte del Gulag y que los campos establecidos por los soviéticos, y las líneas de ferrocarril que construyeron para servirles, fueran engullidas por el frío, teniendo éxito únicamente como medios para matar a aquellos condenados a trabajar en ellos.

      Pero ¿somos más sabios que Bernal al apoyar algún tipo de control popular sobre la ciencia? o ¿es la noción de control popular de la ciencia, que Bernal y los liberales rechazaron, simplemente incoherente? ¿Qué diría Bernal hoy? Creo que, correctamente, él diría que es incoherente. El control popular de la ciencia, en el sentido estricto de ciencia, apoyado por la interpretación liberal de ciencia, es políticamente irrelevante, debido a que la ciencia es políticamente estática por diseño: se expresa en formas que son inaccesibles al público; no tiene aplicación inmediata; es susceptible de ser explotada en varios sentidos, pero uno no puede saber de antemano a quién "favorecerá"; consecuentemente el "control" racional, popular o científico de la ciencia, es imposible e indeseable. La ciencia en un sentido amplio es otra cosa. Pero no puede ser democrática en el sentido participativo. El papel de los expertos, de una u otra manera, usualmente encubierto, es el producto natural de la concepción extensiva de la ciencia, como los antiguos escritores de la izquierda lo comprendieron.

      Sus razonamientos siguen siendo poderosos. El pueblo puede "controlar" la ciencia, ya sea a través de los expertos o bien por ignorancia. Éste fue el asunto del énfasis en la educación científica popular. Pero confiar en los expertos es ya ceder el control. Controlar de manera ignorante es sólo tener la ilusión de control. Solicitar la prohibición de los organismos modificados genéticamente sólo debido a miedos infundados o a la ansiedad, por ejemplo, es hacer pronunciamientos existenciales, mas no racionales o humanos, habría pensado Bernal. Una izquierda que deriva su programa de sentimientos nostálgicos no sería, de acuerdo a Bernal, una izquierda en absoluto. Y a una que aprovechó los miedos irracionales y el nacionalismo la habría desechado por fascista.

      Los problemas con los que comenzó Condorcet y con los que luchó Saint-Simon, aún son los problemas de una izquierda razonable. Lograr esas metas de mejoramiento humano requiere un mayor uso de la ciencia; y que la misma gente se haga más científica. Para lograr esta meta no es suficiente promover la democracia, puesto que la gente no educada científicamente elegiría mal. Para hacerlos elegir bien, la tradición aquí descrita ha confiado en la idea de que la ciencia puede ser extendida a través de una educación científica y una ciencia social que pronostique sus efectos y facilite la difusión de conocimiento mediante el predominio de la ciencia como la visión del mundo. Este programa no tuvo éxito, de manera que lo que una concepción izquierdista de la ciencia requiere hoy es una manera de remplazarlo, o remplazar las metas que intentó alcanzar.

      ________NOTAS________

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