Скачать книгу

lo que su pueblo vivió, perdió y defendió durante el Holocausto. Mientras que el 95 % de los estadounidenses dicen haber oído hablar del Holocausto, la mayoría de estudiantes de secundaria no son capaces de dar una definición de la palabra. Solamente el 21 % respondió que sí, que el gueto de Varsovia tuvo algo que ver con el Holocausto5. La palabra aparece conectada a películas e iconos populares pero desvinculada del fascismo o de la historia de la segregación étnica en Europa. Si la gente sabe poco de cómo y por qué movimientos formidables llegaron a intentar —y casi lograr— la eliminación de los judíos europeos, sabe mucho menos acerca del otro grupo étnico que los nazis y sus colaboradores señalaron para su total exterminio.

      Para entender la vida de Johann Trollmann, necesitamos un contexto. Vivió en una sociedad que hizo de la herencia étnica un asunto de la máxima importancia, de modo que esta historia debe comenzar con los orígenes de los sinti, la comunidad «gitana» de la que él provenía. Su historia tampoco termina con su muerte en 1943 pues su carrera, de una forma muy real, solamente terminó en 2003, cuando le fue devuelto su título de campeón nacional. Tanto la lucha por preservar la memoria de roma y sinti que fueron asesinados en la década de 1940 como el empeño por recordar a Trollmann en particular continúan a fecha de hoy. Durante décadas tras el Holocausto, a los alemanes se les enseñó que los gitanos no fueron víctimas de la política de exterminio racial sino que se les señaló por ser «asociales». La infamia de que los asesinados fueron seleccionados por algún comportamiento inadecuado o asocial exigió una lucha larga y coordinada para ser rectificada.

      Para comprender la respuesta de Trollmann al racismo, necesitamos hacer algo más que imaginar cómo nos habríamos sentido en su lugar; deberíamos apreciar cuán diferente, cuánto más manifiesta y claramente veía él la inhumanidad de normas que otros atletas de su tiempo tomaron como meros infortunios de la vida. Trollmann no tragó el maltrato. Era un luchador. Hay un viejo dicho romaní, «nashtik djas vorta po bango drom» [no se puede ir recto por un camino torcido]. Trollmann no siempre tomó la postura antifascista. Vivía dentro de la sociedad alemana y con frecuencia luchó por ser un miembro aceptado del único mundo que conocía. Pese a lo cual, comparado con otras muchas víctimas de los prejuicios raciales y la violencia, mostró una conciencia inusualmente consistente de su propia humanidad y voluntad para continuar, para luchar. Otros que como él opusieron resistencia también tienen un lugar en la historia.

      Para entender a Johann Trollmann, debería entenderse que su nombre no era Johann. Ese era un nombre utilizado con gente de fuera pero no con su familia ni su comunidad. Era un nombre para cuando hablaba en alemán. En casa, donde se hablaba el idioma de los sinti, era Rukeli, o «Pequeño Árbol». Aunque Rukeli fue en muchos aspectos tan solo un niño alemán cualquiera, o al menos un niño cualquiera de su situación económica a comienzos de siglo, fue no obstante definido, refrenado y en última instancia asesinado como consecuencia de esta diferencia, porque era un sinto. Justo cuando él alcanzaba el cenit de su poderío atlético, Alemania se consagraba a una visión política en la que las teorías raciales eran centrales y en la que el boxeo ocupaba un lugar simbólico especial. Para entender la injusticia de la vida de Trollmann, necesitamos ver hasta qué extremo las creencias de la época —al igual que muchas de las ideas comunes de hoy— acerca de los gitanos y la identidad étnica estaban, y están aún, equivocadas.

      4 Hudson, A. (23 de Octubre de 2012). Germany finally commemorates Roma victims of Holocaust. Reuters. Recuperado de http://www.reuters.com/article/us-germany-roma-monument/germany-finally-commemorates-roma-victims-of-holocaust-idUSBRE89M0PT20121023.

      5 Rothe, A. (2011). Popular Trauma Culture. Rutgers University Press.

      6 Gerson, J. M., y Wolf, D. L. (Eds.). (2007). Sociology Confronts the Holocaust: Memories and Identities in Jewish Diasporas. Duke University Press.

      7 La expresión «dulce ciencia» fue acuñada por Pierce Egan (1772 - 1849), quien en una de las crónicas pugilísticas reunidas en Boxiana; or Sketches of Ancient and Modern Pugilism y publicadas entre 1813 y 1824, llamó al boxeo «the sweet science of bruising», que podría traducirse como «la dulce ciencia de magullar» (N. del T.).

      4

      Los roma, los sinti y la Historia

Скачать книгу