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href="#ulink_a0f614ad-70a2-5210-814b-1831efe896e7">19 De hecho, como hemos visto en la tabla anterior (tabla 2), al primer alcalde franquista le irán sustituyendo figuras cada vez menos comprometidas con la filosofía del régimen y del partido único en la década de los cincuenta lo que conllevó a algún malentendido público, como veremos. De hecho, el suceso de la riada del Turia, especialmente sus consecuencias políticas en 1957-1958, fue el detonante para reprimir esa vía de disidencia abierta gracias a este grupo de presión monárquico.

      La diatriba más destacable tras estos sucesos vino del propio alcalde de la ciudad: Tomas Trénor y Azcárraga, II marqués del Turia, del círculo monárquico de D. Juan de Borbón, y de peso político en la ciudad, que vertió importantes críticas públicas por el retraso en la llegada de las ayudas presupuestadas y una posible desviación de fondos destinados a las víctimas:

      Esta alocución, pronunciada en público en un pleno municipal, tuvo un gran impacto en la ciudad. El gobernador civil prohibió su difusión inmediatamente, orden que fue desatendida por el Ateneo Mercantil y su presidente, Joaquín Maldonado, que rápidamente difundió 16.000 copias del discurso transcrito entre sus socios y público en general.

      Además, el director del diario Las Provincias, Martín Domínguez, que pertenecía a este círculo crítico, publicó una recensión del discurso al día siguiente y lo glosó en estos términos:

      ¿Qué había de crítica política detrás de estas manifestaciones? Es indudable que, detrás de las posiciones del alcalde seguidas del diario Las Provincias y la actitud de difusión y respuesta del Ateneo Mercantil, radicaba un intento de defensa de los intereses de la ciudad agraviados tras el desastre de la riada. Pero también subyacía la presentación formal del proyecto político de esta élite crítica que había comenzado a organizarse en la década de los años cuarenta: un gesto político a favor de D. Juan de Borbón o en todo caso de protesta antifranquista. El alcalde no negó nunca la vinculación de sus críticas con las divisiones internas de la dictadura y con las opiniones del sector monárquico del régimen.

      Incluso, el propio Maldonado, presidente del Ateneo Mercantil, lo explicaba de la siguiente forma:

      Las críticas de este círculo causaron una respuesta airada en el seno del Gobierno. Pronto manifestaron su malestar los ministros Gual Villalví y Alonso Vega que, aprovechando la aprobación de la Solución Sur para evitar una nueva riada, apremiaron al alcalde para que dejase el cargo, cosa que ocurrió el 24 de julio de 1958. Junto con ello, Martín Domínguez fue expulsado del diario que dirigía y se intentó cambiar a la junta directiva del Ateneo Mercantil, sin éxito.

      En este contexto de cambio, el gobernador civil Posada Cacho buscó un gestor de reconocida experiencia en la provincia, fiel y leal a los principios del Movimiento, un «camisa vieja» capaz de evitar los problemas que habían llevado a la destitución del anterior alcalde. El elegido era Adolfo Rincón de Arellano.

      Con esta maniobra política, a favor de un falangista de primera hora, se resolvía

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