Аннотация

Las democracias liberales comparten la entronización de la libertad de expresión como valor fundamental del sistema político. Sin embargo, no todos los que afirman este valor coinciden en su contenido y alcances. Nuestra comprensión acerca del significado de la libertad de expresión y las responsabilidades estatales necesarias para asegurar su goce varía en función de la teoría que justifique y sustente esa libertad. En el debate jurídico y filosófico, dos familias teóricas se han enfrentado por su justificación: una la entiende como expresión de la autonomía de las personas y otra la comprende como una precondición de la democracia. Estas ideas se ven forzadas a enfrentar un nuevo desafío, el surgimiento de los fenómenos asociados a la era digital.¿En qué medida el principio que subyace a la libertad de expresión es independiente o tributario de un contexto de hecho que ha cambiado? ¿Tal como la entienden los defensores de la teoría democrática estaba asociada al surgimiento de los medios de comunicación masiva o es un valor universal no afectado por el contexto? ¿El surgimiento de internet debería cambiar nuestra comprensión de lo que valoramos cuando protegemos la libertad de expresión? Este libro presenta el trabajo de cuatro autores centrales del debate. La selección de sus artículos los encadena de modo que nos transporta a un diálogo entre ellos y sus ideas, nos abre nuevos interrogantes y provee herramientas teóricas para la toma de decisiones y de partido frente a los nuevos desafíos de la libertad de expresión en el mundo y, en especial, en América Latina.

Аннотация

The Law As It Could Be gathers Fiss’s most important work on procedure, adjudication and public reason, introduced by the author and including contextual introductions for each piece—some of which are among the most cited in Twentieth Century legal studies. Fiss surveys the legal terrain between the landmark cases of Brown v. Board of Education and Bush v. Gore to reclaim the legal legacy of the Civil Rights Movement. He argues forcefully for a vision of judges as instruments of public reason and of the courts as a means of shaping society in the image of the Constitution. In building his argument, Fiss attends to topics as diverse as the use of the injunction to restructure social institutions; how law and economics have misunderstood the role of the judge; why the movement seeking alternatives to adjudication fails to serve the public interest; and why Bush v. Gore was not the constitutional crisis some would have us believe. In so doing, Fiss reveals a vision of adjudication that vindicates the public reason on which Brown v. Board of Education was founded.