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de 1975. Una de las razones es que “las transformaciones educativas sólo empezaron a ocurrir desde la década de los cincuenta, cuando se presentó un rápido y sostenido crecimiento económico y un cambio significativo en la estructura económica y demográfica del país” (Ramírez y Téllez, 2006, p.3). Otra razón, para obtener estos resultados, es que, desde 1950 y hasta mediados de los setenta, los indicadores educativos crecieron a un ritmo nunca antes visto. Sin embargo, la expansión de los indicadores educativos se frenó desde mediados de los sesenta y hasta principios de los ochenta. Entretanto, en la década de los noventa crece nuevamente, y permanece en un buen nivel hasta finales de siglo.

      A pesar de que se evidencian grandes avances durante la segunda mitad del siglo XX, al finalizar los noventa, el sector educativo colombiano continuaba presentando bajos niveles de cobertura, eficiencia y calidad; así, como vaguedad en las competencias y obligaciones en términos administrativos y financieros de los diferentes niveles gubernamentales; pero el hecho de que la sociedad colombiana se estuviera educando, se puede ver claramente en el registro de los egresados durante ese tiempo en la ENSST, ya que se mantiene estable hasta la actualidad (2006, p.25).

      Figura 5. Egresados con título ELEMENTAL 1872-2019.

      Fuente: elaboración propia.

      Pico más alto: 1941

      Pico más bajo: 1873-1885

      En 1870, por medio del Decreto Federal Orgánico de la instrucción pública, se ordenó que la educación primaria pública fuese gratuita, obligatoria y laica (Jaramillo, 1980). De la misma manera, este decreto establece que el sistema educativo debe estar supervisado por el Gobierno Nacional.

      Posteriormente, con la Constitución de 1886 y el Concordato de 1887, el conflicto entre la iglesia y el Estado mermó. Los conservadores dispusieron que la Educación Primaria, aunque debía ser gratuita, no debía ser obligatoria, y que, además, la educación en el país se debería regir por los preceptos de la Iglesia Católica, la cual la orientaría y supervisaría.

      Fue tal el impacto que tuvo la Escuela Normal de Varones en las primeras décadas del siglo XX, especialmente en la década de los cuarenta, que el registro histórico confirma que egresados de esta institución fungieron como maestros en la Escuela Normal Superior en Bogotá: “Inicialmente el cuerpo docente de la Escuela estuvo compuesto por los egresados de la Normal de Varones de Tunja que fueron formados por Sieber, aunque también se vincularon otras personas como intelectuales, políticos, escritores, profesionales liberales y algunos sacerdotes” (Reyes, 2012. p.51). Es evidente que la historia de Colombia registra desde varios estudios e investigaciones, que los maestros capacitados en la Normal Superior de Tunja, lideraron los cambios en la educación colombiana, y el servicio a la población estudiantil transmitiendo los conocimientos adquiridos a sus discípulos, convirtiéndose en agentes transformadores de la sociedad.

      Figura 6. Línea de tiempo: hechos históricos en relación con número de egresados de la ENSST.

      Fuente: elaboración propia

      Hechos históricos (social, político, económico) que marcaron el registro de matrícula y graduación durante 147 años en la ENSST

      En el siglo XIX, la Escuela Normal de Varones se vio afectada positivamente por hechos históricos-sociales relevantes en el progreso de nación, teniendo en cuenta que hay registro del incremento en el número de matriculados al programa de formación inicial de maestros. Con la introducción de ideas liberales, por parte de los políticos, se impulsó la construcción de espacios de formación con el objeto de encarrilar a la patria chica en los rieles del progreso.

      Posteriormente, a inicios del siglo XX, la Escuela Normal de Varones debe sostenerse incólume a pesar de los hechos convulsivos del país, como la Guerra de los Mil días (1899-1902); aunque, en toda esa historia la institución educativa cerró únicamente por un año, debido a que sirvió de fortín militar y vivienda para los soldados de la patria. En la segunda mitad del siglo XX, la hoy Escuela Normal Superior Santiago de Tunja es permeada por los cambios que se dieron a raíz de las luchas sindicales y alianzas políticas, lo que redundó en reformas gobiernistas que, en el ámbito educativo, se traduce en tendencias educativas que afectaron los procesos pedagógicos y el rol de los maestros en las Escuelas Normales.

      Se puede observar en el registro de alumnos egresados que entre 1972-1975 hubo un alto número de egresados, y la matrícula para este período fue mayor. Una de las principales razones del anterior hecho mencionado, se presentó por la necesidad apremiante de formar maestros para atender la población de Básica Primaria (1º a 5º) y la percepción social generalizada, de que ser maestro era una buena oportunidad para lograr la profesionalización y, por ende, estabilidad económica en la vida al trabajar para el Estado.

      En los últimos años de esta segunda mitad del siglo XX, surgen políticas educativas tendientes a mejorar, en todos los aspectos, la educación en Colombia. Además, las luchas sindicales de FECODE (el sindicato de maestros) posibilitarían mejores condiciones salariales para los maestros, lo cual se ve reflejado en que la oferta educativa de las Escuelas Normales se convierte en una opción atractiva para los futuros formadores. De esta forma, es con la Ley 115 de 1991, que se ofrece un panorama más claro en el ámbito educativo.

      Pero, es a inicios del siglo XXI, cuando las Escuelas Normales se ven directamente beneficiadas en el aspecto normativo y organizacional, por las políticas educativas, pues para el año 2008, se establece el Decreto 4790, con 13 condiciones básicas de calidad que repercuten significativamente en la Escuela Normal Superior Santiago de Tunja. Dicha repercusión no solo tiene que ver con el tema relacionado con la evaluación de la formación de educadores, sino también, con el número de estudiantes que ingresan al Programa de Formación Complementaria, pues al ser evaluadas y auto evaluadas de acuerdo a su contexto o entorno social, incide en el número de estudiantes que ingresan a esta institución, debido a que las condiciones de calidad se amplían. Estas condiciones de calidad permiten a la ENSST y al estudiante, un buen acondicionamiento frente a los procesos de mejoramiento. Logrando, en el año 2010, la acreditación, después de una evaluación rigurosa, según el Decreto 4790 de 2008, donde la ENSST, cumple con las condiciones básicas de calidad y organización del Programa de Formación Complementaria, para el nivel de Preescolar y el ciclo de Básica Primaria, que puede ofrecer una Escuela Normal Superior en Colombia.

      En el 2011, surge el documento orientaciones para la apropiación del Decreto del 4790 de 2008, el cual complementa considerablemente el Decreto 4790 de 2008, en el que se insiste por la mejora en calidad en la formación del maestro normalista, repercutiendo en lo relacionado con el aspecto de matrículas en la ENSST, pues, se deben establecer serios compromisos con el estudiante que ingresa al Programa de Formación Complementaria, como lo enuncia el MEN (2011), en el documento Orientaciones para la apropiación del Decreto del 4790 de 2008:

      La política educativa durante los próximos años está orientada a mejorar la calidad de la educación en todos los niveles. La meta es una educación de calidad con la cual sea posible hacer la diferencia en materia de oportunidades para todos los colombianos y generar las ventajas que necesitan no solo los individuos sino la sociedad colombiana en su conjunto para alcanzar la prosperidad y el sueño común de vivir en paz (p.4).

      Como se evidencia, el documento busca una mejor orientación en lo que respecta a la formación de maestros, permitiendo, además, una mejor comprensión y apropiación de los elementos importantes que debe tener el maestro normalista.

      Otro de los documentos que repercute en el trabajo de la ENSST, es el titulado Naturaleza y Retos de las Escuelas Normales, en el cual se describe a los maestros normalistas como actores importantes en el desarrollo de una formación con calidad, lo que equivale a decir que se debe mejorar de forma considerable el desempeño de los estudiantes, con el objeto de que sean lo suficientemente capaces de responder a las necesidades del entorno o contexto social en cuanto a la formación en Preescolar y Básica Primaria, lo anterior, en concordancia con los cuatro ejes que

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