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Normales, sus aportes en la formación de los maestros, etapas de la Escuela Normal Superior de Colombia y el legado de los maestros que han liderado los procesos educativos en algunas regiones del país. Es de aclarar, que estos estudios son más amplios si se tiene en cuenta los que se han realizado a nivel internacional.

      Para la segunda categoría, formación docente, Tezanos (1987), estudió y analizó el currículo, identificó los modelos pedagógicos e indagó en documentos ubicados en las Escuelas Normales; Báez (2005), habló sobre la formación docente en el S. XXI; Figueroa (2007), la formación en Ciencias Sociales entre 1936 y 1946; Triana (2012), investigó sobre la formación, capacitación y mejoramiento de los maestros rurales en Colombia durante 1946 y 1994; Valencia (2012), reconstruyó la historia de la formación de los maestros en Manizales en la primera mitad del siglo XX. También, encontramos a Acevedo (2015), quien abordó la formación de maestros desde el contexto sociopolítico en la Reforma Instruccionista del Estado Soberano de Santander (1863-1870); Figueroa y Londoño (2014), estudiaron las Escuelas y la aplicación de los test, y Montes y Campos (2017) indagaron sobre la formación de mujeres en la Escuela de Cartagena de Indias; y Rátiva (2018a, 2019a), investigó sobre la formación de los maestros en las Escuelas Normales.

      En la categoría de Práctica Pedagógica, se encuentran los estudios de Tezanos (1987), sobre la formación de los maestros en las Escuelas Normales de Colombia; Garcés (1996), quien publicó un diagnóstico sobre la situación de la Práctica Pedagógica en las Escuelas de Antioquia; Rodríguez (2002), al identificar las concepciones que tenían los maestros, practicantes y asesores sobre la Práctica Pedagógica; Figueroa (2007), estudió la Escuela Normal Superior de Colombia y los institutos anexos; Pineda y Arbeláez (2009), hicieron evidente que las prácticas pedagógicas de los maestros fueron influenciadas por el cumplimiento de directrices legislativas gubernamentales; Santamaría et. al, (2009), determinaron los sentidos de la práctica pedagógica de los maestros de la Escuela Normal; Luna y Haydar (2012), caracterizaron la Práctica Pedagógica del maestro para comprender cómo se construye el saber pedagógico, Castillo et. al, (2013) reconstruyeron la historia de la Práctica Pedagógica en Colombia desde 1982 a 2005, y Rátiva (2017, 2019b), relacionado con la caracterización de la práctica pedagógica desde 1884 hasta 2010.

      Transformaciones a partir de la Política Pública Educativa

      A partir de la política pública educativa, se establecen los cambios, la actualización y las reformas de las escuelas. Es en la década del noventa, cuando se identifica su mayor transformación, pensada con el fin de ofrecer una educación de calidad, según las necesidades del país, lo cual se puede evidenciar en los planes de estudio, la práctica docente, el tiempo de duración, la ampliación de los grados y el proceso de acreditación.

      Es así, como en el Plan Decenal de Educación (1996-2006) propuso la participación democrática para la planeación, gestión y control de la educación. El Plan tenía como finalidad la continuidad del proceso de reforma educativa, iniciado con la Constitución de 1991, para esto se planteó la integración de diferentes formas, niveles, modalidades y sectores de la educación; así como el mejoramiento de los índices de calidad, la gestión educativa y la promoción de la cultura; la equidad en el sistema; la ampliación del horizonte educativo y la profesionalización de los educadores.

      Sumado a esto, se “acordó la instauración de programas de evaluación de la calidad de la educación, dando lugar a reformas en los sistemas educativos para llevar a cabo las medidas descentralizadas, de gestión y focalización” (Rátiva, 2017, p.157). De allí, surge el Decreto 0709 del 17 de abril de 1996, en el que se estableció para las Escuelas Normales Superiores, la opción de ofrecer programas de formación para los maestros de Preescolar y Básica Primaria, previo a un convenio suscrito con una Institución de Educación Superior y estructurados desde la formación pedagógica, disciplinar, científica e investigativa, y deontológica y en valores humanos. Es de anotar que, dicho Decreto definió la acreditación previa obligatoria.

      A su vez, con el Decreto 3012 del 19 de diciembre de 1997, se estableció que las Escuelas Normales formarían maestros para el nivel de Preescolar y el ciclo de educación Básica Primaria, desarrollando las capacidades en investigación pedagógica, de orientación y acompañamiento pedagógico, y de innovación de prácticas y métodos pedagógicos. La formación de los futuros maestros se ampliaría hasta el ciclo complementario (grados 12 y 13) de formación docente, insistiendo en el convenio con una Institución de Educación Superior que tuviera Facultad de Educación y la acreditación de los programas de las Escuelas Normales Superiores, como mecanismo para promover la calidad, los procesos de autoevaluación institucional y la investigación pedagógica; lo cual implicaría transformar la orientación brindada en el desarrollo de las prácticas pedagógicas de los maestros en formación.

      Luego, con el Decreto 4790 del 19 de diciembre de 2008, se establecieron las condiciones del Programa de Formación Complementaria atendiendo a principios pedagógicos de educabilidad, enseñabilidad, pedagogía y contextos, y condiciones de calidad entre las que se proponen la práctica docente, el plan de estudios acorde al Proyecto Educativo Institucional, innovaciones en el campo educativo, espacios de proyección social que vinculen a la Escuela Normal Superior con su entorno, autoevaluación en coherencia con el plan de mejoramiento, plan de seguimiento a egresados, la práctica pedagógica, el fomento de la investigación y la estructuración de los planes de estudio en créditos académicos, buscando la pertinencia del programa para el desempeño docente en Preescolar y Básica Primaria.

      Inicio del Programa de Escuelas Normales

      En este contexto, las Escuelas Normales se involucraron en las dinámicas de eficacia, eficiencia y calidad, y es así como inicia el Programa Escuelas Normales en la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia, atendiendo, además, a lo expresado en la Ley General de Educación, sobre el convenio con Instituciones de Educación Superior para ofrecer el Programa de Formación Complementaria, su reestructuración, y acreditación previa según las disposiciones del Ministerio de Educación Nacional. El acercamiento de la universidad inicia “[…] convocando a algunos docentes para que estudiaran el mandato de la ley y presentaran propuestas sobre esa posible conexión que se concretaría entre Facultad y Escuelas Normales” (Báez, 2014, p.42).

      En el año 1996, desde la Facultad de Ciencias de la Educación de la UPTC, algunos maestros se comprometieron a asesorar en la reestructuración de las Escuelas Normales, para ofrecer el ciclo complementario. De esta forma, en la universidad se tomó la decisión de crear el Programa Escuelas Normales en convenio con la UPTC en el año 2000, el cual está adscrito a la Facultad de Ciencias de la Educación; “[…] inició con un coordinador y un grupo de maestros asesores para que se diera cumplimiento a lo establecido en los convenios que se establecieran” (Báez, 2014, p.43).

      Su finalidad, era iniciar el acompañamiento para la acreditación previa, posibilitando un espacio de intercambio de saberes y experiencias significativas, actualización y debate crítico sobre las tendencias en la formación de maestros, la calidad educativa, la investigación y el impacto en las comunidades. Los primeros convenios firmados fueron con las Escuelas Normales de:

      […] Leticia; Puerto Carreño; las 10 Escuelas Normales de Boyacá (Normal Santiago de Tunja, Leonor Álvarez Pinzón - Tunja, La Presentación de Soatá, Sor Josefa del Castillo Chiquinquirá, Saboyá, Valle de Tenza, Chita, Güicán, entra otras); algunas de Santander como: Barrancabermeja, Charalá, Oiba, Guadalupe, Puente Nacional; del Departamento de Cundinamarca: Ubaté, Gachetá, Junín, Ubaté, Pasca, Quetame, Villapinzón […] (Báez, 2014, p.43).

      Otro de los beneficios del convenio es para los estudiantes, quienes, al momento de su graduación en la ENS, pueden inscribirse al quinto semestre de las Licenciaturas en Educación Infantil (programa presencial en Tunja) o de Básica Primaria (a distancia en Tunja, Duitama o Chiquinquirá). Además, tienen la oportunidad de inscribirse al primer semestre de cualquier otro programa de Licenciatura ofertado en la universidad, con la posibilidad de homologación de saberes. Las temáticas abordadas en las asesorías se definen a partir de las necesidades expresadas por la comunidad educativa de las Escuelas Normales Superiores, algunas de ellas son:

       Identificar

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