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a tu ex o arreglar la relación. Durante esta etapa, es posible que reflexiones sobre lo que deberías haber hecho diferente o “mejor”. Incluso podrías inventar excusas para ver a tu ex. Puedes recaer durante esta etapa y reconectar con tu ex, sólo para que vuelvan a separarse. Es posible que se necesiten varios ciclos de juntos-separados antes de que llegues a un punto de inflexión y aceptes que el mismo comportamiento seguirá produciendo los mismos resultados. Es importante durante esta etapa no perder de vista la realidad de que su relación terminó por una razón y que ambas personas fueron responsables de su final.

      Aceptación: en esta etapa aceptas la realidad de la situación y comienzas a tomar decisiones que te ayudan a seguir adelante. Ahora minimizas las declaraciones catastróficas como “Nunca volveré a amar a nadie” y “Siempre estaré sola”. Ves esperanza en tu futuro y estás lista para cerrar el capítulo y empezar el siguiente.

      Es importante reconocer que, para llegar a la etapa de aceptación, necesitas pasar por las etapas previas. Quizá te sientas atrapada en una etapa durante más tiempo que en otra; en ocasiones, ésa es una forma de aferrarnos a la relación. Porque aunque estés separada, si todavía estás enojada con tu ex, negociando para volver a estar juntos u obsesionada con todos los detalles de lo que salió mal, entonces aún mantienes una relación con esa persona.

      No hay una medida única para todas en términos del tiempo que llevará superar una ruptura, aunque muchas tienden a sobreestimarlo y creen que el dolor durará mucho más de lo que persiste en realidad.2 La psicóloga clínica Ramani Durvasula sugiere que, después de una ruptura, para muchas personas toma alrededor de seis semanas comenzar a adaptarse a la vida sin su ex.3 Otro estudio publicado en The Journal of Positive Psychology encontró que las personas se sentían mejor once semanas después de su ruptura.4 No te castigues si tu línea de tiempo es única. Confía en que hay un final para el sufrimiento, incluso si no puedes imaginarlo en este momento.

      Las mujeres que vienen a Renew se encuentran en diferentes etapas. Algunas están en medio de la agonía de la pérdida, ya que se separaron apenas unas semanas antes; algunas todavía están en una relación intermitente de la que parece que no pueden salir; otras ya llevan algunos años divorciadas, pero están teniendo dificultades para seguir adelante y ni qué decir de salir con alguien; unas ni siquiera están lidiando con una ruptura, pero están frustradas con sus vidas románticas y quieren cambiar sus patrones. Resulta útil que todas estas mujeres brinden sus testimonios. Aun cuando se encuentran en diferentes etapas del ciclo, todas están allí por la misma razón: quieren tener la oportunidad de construir un amor saludable.

      EL CORAZÓN ROTO EN EL CEREBRO

      Comprender lo que sucede en el cerebro durante una ruptura es un elemento clave para superarlo. Es natural sentir una montaña rusa de emociones después de una ruptura. La misma avalancha de sustancias químicas que te hace sentir feliz en la lujuria, durante las etapas iniciales del amor, también te hace sufrir cuando éste termina.

      Durante la primera etapa de las citas, estos químicos están diseñados para hacer que tú y tu pareja procreen. La euforia, los pensamientos constantes sobre tu nuevo ser amado y las sensaciones de mariposas en el estómago son el resultado del sistema de motivación: el impulso de apareamiento que es parte del sistema de recompensa en el cerebro. Examinaremos en detalle las sustancias químicas presentes durante la fase de lujuria en capítulos posteriores, pero lo que es importante notar ahora es que, durante una ruptura, tu cerebro está experimentando exactamente las mismas reacciones químicas, pero al revés.

      Las investigaciones han revelado que los solteros con rupturas recientes muestran actividad en la misma parte del cerebro que un consumidor de drogas desesperado por recibir su siguiente dosis.5 El cerebro está literalmente en abstinencia. La parte del cerebro afectada, el área segmentaria ventral, está asociada con la motivación, el comportamiento orientado a objetivos y el sistema de recompensa, responsable de la liberación de dopamina. La dopamina es esa sustancia química que te hace sentir bien y te deja con el deseo de recibir más de cualquier estímulo que te haya dado la recompensa en primer lugar, ya sea cocaína, chocolate o una caricia de tu pareja.6 Los antojos de dopamina te motivan, te animan a que actúes para obtener más de lo que sea que necesitas y, en el caso del romance, esa necesidad es tu ser amado. El cerebro espera que llegue la recompensa (validación de un compañero, devolución del afecto, contacto físico); sin embargo, después de una ruptura, la recompensa se retrasa o no llega. Aunque a nivel cognitivo sabes que la relación ha terminado, las neuronas de tu cerebro que esperan una recompensa no dejan de activarse, manteniéndote inconscientemente “enamorado” y adicto a tu ex para conseguir tu dosis.7

      Durante una relación, miles de circuitos neuronales en tu cerebro están dedicados a tu pareja. El psicólogo Phillip Shaver sostiene que, durante la separación, “cada [circuito neuronal] debe ser desarrollado y reconstruido para tener en cuenta la ausencia de la persona”.8 Pienso en esto como si tu cerebro requiriera una remodelación importante.

      Tu cerebro está acostumbrado a recibir dosis de dopamina a partir de las interacciones con tu pareja. Después de la pérdida de esa persona, tu cerebro no olvida de manera inmediata la sensación de esa dopamina y necesita aprender a vivir sin ella. Esto lleva tiempo y, cuando estableces contacto, miras mensajes antiguos o te obsesionas con su actividad en las redes sociales, estás activando esos viejos circuitos y conexiones neuronales. Esto sólo prolonga tu apego a tu ex. En un proceso llamado “poda sináptica”, las conexiones neuronales que ya no se utilizan son eliminadas y el cerebro puede entonces concentrarse en hacer otras nuevas.9 Por lo tanto, si dejas de tener contacto, con el tiempo esas vías neuronales comenzarán a debilitarse. ¡Aleluya por la plasticidad del cerebro!

      ADULTOS EMOCIONALES

      Una ruptura genera muchas emociones. No sólo estás lidiando con la separación y el dolor que conlleva el final de la pareja, sino también con las emociones reprimidas y no resueltas que persisten de tu pasado. Entonces, en lugar de agregar más emociones reprimidas o inexploradas, ¡vamos a enfrentarlas, de una vez por todas!

      Necesitamos limpiar nuestra deuda emocional y vivir una vida en la que podamos procesar correctamente nuestros sentimientos, para no terminar en la indigencia emocional. Existen muchas formas disfuncionales en las que manejamos las emociones, incluyendo evitarlas, exagerarlas o transformarlas en algo socialmente aceptable.

      LA ÚNICA SALIDA ES A TRAVÉS

      DE SENTIR TUS SENTIMIENTOS

      Vivimos en una sociedad en la que se nos enseña a distraernos, anestesiarnos y ocultar nuestro dolor. En una cultura de “sólo supéralo”, comúnmente dejamos de lado que las emociones tienen un ciclo de vida y necesitan la oportunidad de ser sentidas y procesadas. Pero si evadimos nuestras emociones, éstas se acercarán sigilosamente en algún momento. Sólo se necesita una decepción, crítica o rechazo, y la bomba de tiempo emocional estalla. De repente, te abruman no sólo los sentimientos de abandono del último novio, sino también los del anterior e incluso los de tu novio de la secundaria. Es como un efecto dominó que agrava el trauma. Si no conoces la verdadera fuente de tu intenso dolor, te resultará más fácil señalar a la persona o relación en cuestión. Pero el dolor siempre proviene de algo más profundo.

      La sanación comienza cuando podemos enfrentar nuestras emociones a medida que surgen, y el primer paso es hacer una pausa cuando percibimos ese sentimiento incómodo. Por lo general, actuamos con rapidez para dejar de sentirnos incómodos porque así es como estamos programados culturalmente. Etiquetamos los sentimientos como “buenos” o “malos” y nos juzgamos por sentir, en lugar de aceptar que somos seres humanos teniendo una experiencia humana.

      Hay otra forma en que evadimos nuestras emociones, y es un comportamiento que he presenciado en la mayoría de las mujeres que asisten a Renew. Está relacionado con ser cuidadoras de todos menos de nosotras mismas.

      Tracy, de cuarenta y un años, era madre soltera. Dos años después de su divorcio, conoció a alguien nuevo,

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