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significativa hipertensión arterial, sin obstrucción arterial y con presencia de pulsos perceptibles; con una característica importantes y es la presencia de dolor de bordes irregulares, desiguales, rodeada por tejido necrótico o cianótico y con pobre tejido granulación.

      Son el resultado de la isquemia causada por lesiones de las arteriolas; el diagnóstico se basa en la existencia de la hipertensión arterial, ausencia de la obstrucción arterial (pulsos periféricos palpables);6 ausencia de insuficiencia venosa, presencia de una úlcera superficial en el área anteroexterna de la pierna en el tercio medio; y la simetría de las lesiones, de las úlceras bilaterales, o de las úlceras en una pierna y parcha pigmentado en la otra.

      Tomada de: Conde E. Cuando una herida no cierra. https://www.elenaconde.com/la-compresiones-clave-en-el-tratamiento-de-las-heridas-en-las-piernas/ulcera-hipertensiva-de-martorell/

      Lesiones por presión (LPP)

      Las lesiones por presión se definen como un daño de agudo a severo en la piel como consecuencia de una presión persistente y localizada; la fuerza y duración de la presión ejercida trae como consecuencia la disminución de la irrigación sanguínea local, lo que disminuye el oxígeno y aumenta los catabolitos, con lo que se logra que incremente la permeabilidad capilar. La dilatación de los vasos sanguíneos, la infiltración celular y la formación de edemas y ampollas 8 produce isquemia completa muerte irreversible de las células cutáneas, y por último, aparece la úlcera.

      Si se supone que la zona afectada se libera ahora por completo de la presión que se ejerce, se podría pensar que las células son capaces de regenerarse;9 no obstante, si la presión persiste, la isquemia y la hipoxia hacen que las células mueran irreversiblemente (figura 3-6).

      Para que se produzca este daño, se considera que el tiempo estimado es de dos horas, pero esto puede variar, ya que depende del paciente, de la enfermedad de base, del estado inmunitario, de los cambios de posición, etc. Así mismo, existen 4 categorías (I-IV) (que después se ven con mayor detalle) según la severidad de la lesión y los tejidos afectados.

      Tomado de: Grupo nacional para el estudio y asesoramiento en úlceras por presión y heridas crónicas. https://gneaupp.info/ulcera-categoria-3/

      Conclusión

      Es labor del profesional de la salud encargado del cuidado de los pacientes con una lesión aguda o crónica, identificar sus principales características de la misma, además de conocer su sintomatología y principales factores diferenciadores. Aquí se realiza un pequeño acercamiento a las principales lesiones que se presentan en el campo clínico como una pequeña introducción a lo que se verá en cada uno de los capítulos correspondientes.

      Bibliografía

      1.García Martín-C, Martínez Martín C. Historia de la Enfermería. Evolución histórica del cuidado enfermero. Madrid: Elsevier; 2007.

      2.Ramírez A, Dagnino B. Curación de heridas, antiguos conceptos para aplicar y entender su manejo avanzado Cuad. Cir. 2006; 20, 92-9.

      3.Contreras J. Abordaje y manejo de las heridas. México: Intersistemas; 2013.

      4.Matinéz F, Soldevilla J. El cuidado de las heridas. Evolución histórica (1ª parte). Gerokomos. 1999; 10(4): 182-92.

      5.Heggers JP. Defining infection in chronic wounds: methodology. J Wound Care. 1998 Oct;7(9):452-6.

      6.Camacho F, Sánchez - Muros J. Mecanismo de cicatrización de las herida. In: Camacho, Dulanto, editors. Cirugía Dermatológica. Libros Princeps; 1992.p.220.

      7.Vowden K, Vowden P. The role of exudate in the healing process: understanding exudates management. In: White R, editor. Trends in Wound Care: Volume III. Salisbury: Quay. Books, MA Healthcare Ltd; 2004.p.3-2

      8.Stausberg J, Kröger K, Maier I, Schneider H, Niebel W; Interdisciplinary Decubitus Project. Pressure ulcers in secondary care: incidence, prevalence, and relevance. Adv Skin Wound Care. 2005 Apr;18(3):140-5.

      9.World Union of Wound Healing Societies (WUWHS). Principios de las mejores prácticas: Exudado en las heridas y utilidad de los apósitos. Un documento de consenso. London: MEPLtd: WUWHS. 2007.

      

      Capítulo 4. Cuidado del paciente con lesiones por presión (LPP) y otras lesiones causadas por la dependencia

      Lesiones por presión

      Definición

      Las lesiones por presión (LPP) son definidas, según el National Pressure Ulcer Advisory Panel (NPUAP) y el European Pressure Ulcer Advisory Panel (EPUAP), como una lesión localizada en la piel o en el tejido subyacente, por lo general sobre una prominencia ósea, como resultado de una presión o presión en combinación con cizalla.1 A este tipo de lesiones se asocian un sinnúmero de factores, muchos de los cuales no tienen una importancia clara.2-4

      Epidemiología de las lesiones por presión (LPP)

      Las LPP se han convertido en un importante problema de salud pública debido al gran número de complicaciones que traen. Así lo demuestran diversos estudios5,6 que sitúan la prevalencia de las UPP entre un 8% y un 28%. Se tiene como referencia a España y toman el segundo estudio nacional de prevalencia de UPP realizado por el GNEAUPP (Grupo Nacional para el Estudio y Asesoramiento en Úlceras por Presión y Heridas Crónicas). El 39% de las lesiones se encontraba en hospitales, el 27% en centros de atención primaria y un 34% en centros sociosanitarios. La prevalencia en hospitales fue del 8,91%, en atención primaria fue de 9,11% y en centros sociosanitarios de 10,9%. Las localizaciones más frecuentes en todos los niveles asistenciales analizados fueron en sacro y talones, así las lesiones que más se encontraron según el estadificación fueron el estadio I con el 23,2%, el estadio II con el 37,5%, el estadio III con el 27% y el estadio IV con el 11,8%.5 En unidades de cuidado intensivo se concretó en un 12,7% y un 6,8% de UPP iatrogénica.7

      En el ámbito comunitario5 la prevalencia en atención primaria fue del 0,11%, en la población adulta del 0,42%, y en los mayores de 64 años del 7,3% En el caso de residentes de centros sociosanitarios, la prevalencia fue de 4,8%. En países desarrollados como Canadá, por ejemplo, la prevalencia es de 26% en todas las instituciones de salud, 25% en pacientes agudos, 30% en pacientes crónicos y 15% en la comunidad.

      En EE.UU., la prevalencia hospitalaria de LPP, hace algunos años, era del 14,8%.8 En los países bajos, la prevalencia es del 23,1%. En Europa, a partir de un estudio piloto realizado por el European Pressure Ulcer Advisory Panel (EPUAP), y al tener como base a Bélgica, Italia, Portugal, Suecia y el Reino Unido, se encontró una prevalencia global del 18,1% con algunas diferencias entre países. En Holanda está entre el 5% y el 15% y en América latina es del 7%; en nuestro país esta prevalencia no está muy clara todavía y los pocos estudios que existen son centralizados y no permiten extrapolarse a la población. Aunque se estima que la prevalencia es mucho mayor debido a los problemas existentes de acceso a la salud, poca disponibilidad de recursos asistenciales y de información sistematizada de los pacientes. Estos estudios hacen patente la magnitud del problema, en términos epidemiológicos. Quizá un elemento que haya causado esto es la ausencia generalizada de políticas de salud encaminadas hacia la resolución de este problema,9-11 si se tiene en cuenta que el

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