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empezar por una animación individual;

      – prever grupos reducidos para mejorar la calidad de la gestión y permitir a las personas que se conozcan con mayor facilidad;

      – preparar un material que compense la minusvalía (lupa, amplificador del sonido, imágenes y textos más grandes, etc.);

      – implicar en las animaciones a los voluntarios y a la familia.

      E Crear un entorno estimulante

      A través de su trabajo, el animador (o el equipo de animación) crea un ambiente estimulante en la institución. Este clima ambiental traduce el dinamismo de la institución y favorece la participación de la persona en las animaciones. Toma forma de diferentes maneras:

      – los carteles de invitación a las animaciones y los paneles de información que se colocan en las zonas comunes;

      – la decoración durante las actividades estacionales;

      – las exposiciones de las creaciones artísticas de los residentes;

      – la música (en las zonas comunes y los lugares de paso);

      – la apertura de la institución a personas externas.

      F Hacer surgir nuevos deseos

      Gracias a un cuestionamiento regular del animador, la dinámica de proyecto permite que la persona se abra a otros proyectos, a otras realizaciones y a otros encuentros.

      DEFINICIÓN

      Mediante su trabajo, el animador crea situaciones en las que las personas mayores toman consciencia de su valor y descubren (o redescubren) su capacidad para hacer cosas y para relacionarse con los demás.

      IMPORTANCIA

      Con bastante frecuencia las pérdidas asociadas a la vejez (véase Noción 1, p. 2) devalúan a la persona mayor, que se siente menos útil, menos atractiva, menos fuerte, etc. La valorización permite reforzar la autoestima (véase Noción 8, p. 24), asociada a la sensación de existir (sentirse vivo), y que es la condición previa para una buena adaptación. La valorización forma parte integrante del oficio de animador.

      DESARROLLO

      A Ser positivo

      Tener un estado de ánimo positivo es agradable para los demás. El animador debe ser capaz de considerarse positivamente y tener la misma consideración por las personas mayores. Se trata de demostrar a su interlocutor que tiene cualidades humanas o intelectuales, o capacidades físicas innegables y apreciables. También debe mostrarse alentador, jamás hacer nada en lugar de la persona y ser paciente.

      B Ser respetuoso y agradable

      Para poner en valor a la persona mayor, el animador, con su actitud y su presentación, debe ser respetuoso y aplicar las reglas básicas siguientes:

      – vestir de forma correcta y cuidada;

      – tener una actitud afable y sonriente;

      – nunca tutear a la persona mayor ni llamarla por su nombre (salvo si así lo pide);

      – nunca infantilizar, ni en la forma de hablar ni en la concepción de las animaciones;

      – no hacer que la persona fracase.

      C Ayudar a la persona a superarse

      Una vez que se ha establecido una relación de confianza entre la persona mayor y el animador, este último podrá intentar acompañarlo para tentarlo con nuevas experiencias, para descubrir nuevas actividades con el fin de que sea consciente de que puede desarrollar otras actitudes, otras capacidades y que todavía es valioso, etc.

      La degradación morfológica y estética de la persona se traduce progresivamente en la aparición de canas, arrugas, degradación dental, aplastamiento de la columna vertebral, etc. Aunque la persona no tenga la sensación de estar envejeciendo, se ve vieja en la mirada de los demás.

      NOTA+

       El animador y el bienestar de la persona mayor

      La vocación del animador no es tratar la depresión o la demencia de la persona mayor. Sin embargo, los efectos positivos de las animaciones, dado que se corresponden con las necesidades y los deseos, pueden ayudar a proteger de la depresión o la demencia y a retrasar la dependencia física.

       DEFINICIÓN

      Socializar significa ‘hacer vida de relación social’ (Diccionario de la Real Academia Española, 2016). El objetivo final del animador es socializar a una persona mayor en el ámbito de una institución.

       «Todos los actores de la animación tienen la finalidad de facilitar la autonomía social del adulto de avanzada edad y su participación en la vida social.»

      Extracto del artículo 7 de la Carta francesa de la animación en gerontología.

      IMPORTANCIA

      Ser animador es, ante todo, animar a un grupo, estructurarlo en torno a una expectativa, a un deseo común, para que sea el lugar de integración social de la persona mayor, condición necesaria para su bienestar. La función del animador es crear condiciones favorables para la adaptación, y para las relaciones sociales y afectivas.

      DESARROLLO

      A Incentivar al grupo dentro de la institución

      El animador vela por que todos participen lo máximo posible y por integrar al grupo hasta que el grupo en sí tenga vida propia. Para conseguirlo, el animador debe permanecer atento a los puntos siguientes:

      – estar en situación receptiva; es decir, tener una actitud benevolente, gestos tranquilizadores y palabras de ánimo;

      – favorecer los intercambios, los debates e incitar a la participación (invitar a una persona que habla poco a que se exprese);

      – suscitar la cooperación, la ayuda mutua y la solidaridad;

      – evitar las críticas sistemáticas, el cuestionamiento de las personas;

      – favorecer la tolerancia, la comprensión del otro;

      – velar por que no haya nadie que sufra en el grupo por sentirse dominado o excluido;

      – pasar a un segundo plano cuando el grupo empiece a ser autónomo y genere por sí solo su propia dinámica y sus iniciativas (cada uno toma la palabra sin necesidad de intervención del animador).

      En este caso, el animador debe:

      – mantenerse atento y preparado para intervenir en caso de descontrol;

      – ceder su papel al grupo cuando este se convierta en actor de su propia animación.

      B Incentivar al grupo fuera de la institución

      El animador debe esforzarse por desarrollar la convivencia necesaria para la armonía del grupo colocándolo en situaciones fuera de la institución durante visitas culturales (véase la ficha n.º 28) y viajes organizados.

      C Abrir la institución al exterior

      El animador tiene la misión de «abrir las puertas de la institución» con el fin de conectarla a la sociedad y de luchar contra la sensación negativa de aislamiento y de internamiento de los residentes.

      El animador gestiona la planificación y las modalidades de intervención de las personas siguientes:

      – familia y allegados;

      – voluntarios y ayudantes;

      – artistas (músicos, cantantes,

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