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aconseja una escucha activa (véase Noción 14, p. 37) porque permite crear un lazo de simpatía, alentador, tranquilizador y reconfortante.

      B Estar disponible

      La disponibilidad es la capacidad de ofrecer tiempo y atención a los demás. Se manifiesta a través de las palabras y los gestos apropiados para demostrar a los demás que son bienvenidos como, por ejemplo:

      – palabras de bienvenida, calurosas y auténticas (por ejemplo: «Estoy aquí para…, mi trabajo es…, siempre puede buscarme si…»), o de reconocimiento (por ejemplo: «Ah, Sra. X, me alegra mucho verla. ¿Cómo estamos?»);

      – expresiones corporales adaptadas que refuercen las palabras (por ejemplo: una sonrisa, una mirada de ánimo y compasiva, un apretón de manos, una mano en el hombro, etc.).

      C Ser auténtico

      Ser auténtico significa tener un comportamiento verdadero, expresar a los demás lo que realmente se piensa. En ocasiones, el miedo o el malestar pueden impedir un comportamiento auténtico. Para llegar a la «verdad» de una persona, hay que ser realmente uno mismo.

      D Comprender

      Para comprender a los demás, hay que hacer prueba de empatía; es decir, tener la capacidad de comprender al otro en cuerpo y alma. Comprender por lo que está pasando, cómo se siente, ponerse en su lugar, sin imponer las propias emociones sobre las del otro (porque cada uno es como es), y sin caer en la compasión ni la afectividad.

      E Acompañar

      El animador se convierte en el «compañero»1 de la persona mayor, aquel con el que recorrerá parte del camino.

      El animador lo ayudará a:

      – expresarse sobre sus vivencias (dar sentido a su historia);

      – aceptar la realidad con tacto y empatía (compartiendo sus sensaciones);

      – convertirse (volver a ser) en actor de su propia vida;

      – encontrar un sentido a su vejez (en el respeto de su espiritualidad, su cultura, sus valores y su religión);

      – expresar sus expectativas y deseos.

      F Respetar

      Respetar es considerar a alguien una persona digna y valiosa en general, y actuar en consecuencia. Para el animador debe ser respetar las elecciones, las ideas, las opiniones, la correspondencia, las confidencias, el pudor y las costumbres de la persona mayor.

      «No perdemos nada del pasado, solo con el pasado se forma el porvenir.» Anatole France, escritor francés (1844-1924).

       «Como para todo ciudadano adulto, deben respetarse la dignidad, la identidad y la vida privada del residente.»

      Artículo 6 de la Carta francesa de las personas mayores dependientes en una institución.

      G Descubrir las expectativas de la persona mayor

      El animador establece con la persona mayor una relación respetuosa y afectiva, intentando en todo momento charlar sobre sus vivencias y sobre lo que le apetece hacer aún. El animador debe conocer el proyecto de vida de la persona (véase Noción 16, p. 41), ya sea porque lo haya leído o porque haya contribuido a su realización. Partiendo de su proyecto de vida y del conocimiento de la persona, el animador puede definir ciertas expectativas:

      – deseos no realizados por falta de tiempo o porque no se dieron las circunstancias (por ejemplo: pintar cuadros);

      – deseos del pasado que la persona mayor crea que jamás podrá realizar (por ejemplo: irse de pesca);

      – deseos actuales que la persona mayor crea irrealizables (por ejemplo: comprarse un perfume);

      – deseos olvidados, borrados, que el animador puede hacer renacer.

      Estos deseos o expectativas conforman la base de la animación.

      DEFINICIÓN

      El animador tiene el objetivo de suscitar el interés de la mayor cantidad posible de personas mayores, gracias a actividades que respondan a sus expectativas. Genera un contexto social y propone animaciones que estimulen a las personas a participar (siempre de forma voluntaria) y a expresar nuevos deseos.

      IMPORTANCIA

      La motivación permite mantener el deseo de la persona mayor. El animador motiva a la persona para que haga aquello que desea hacer y para que pase a otras realizaciones. Es una dinámica que lo acabará llevando a la propia realización personal.

      DESARROLLO

      A Instaurar una dinámica de proyectos

      A partir de los deseos expresados (véase la noción 9), el animador construye y propone animaciones. Se tratará de una animación individual (si el deseo es aislado) o colectiva (si los deseos pueden agruparse).

      B Establecer un clima de confianza

      Establecer un clima de confianza permite facilitar los intercambios y estimular la participación en las animaciones. Esto requiere constancia por parte del animador. La persona mayor debe sentir la bondad del animador. Se aconseja al animador que:manifieste consideración y amabilidad mostrándose disponible y atento;

      – disfrute charlando con el individuo y el grupo;

      – permita que cada uno se exprese con libertad, sin emitir juicio alguno;

      – no coloque a la persona en situación de fracaso, sobre todo al principio de la animación, para evitar bloqueos; el animador podrá posteriormente pedir «más» a la persona con el objeto de que pueda descubrir nuevas aptitudes, pero siempre en un contexto positivo y alentador;

      – no haga nunca promesas que no pueda cumplir.

      C Vencer los miedos y los rechazos

      Ciertos miedos, como el miedo a caerse o a desplazarse, pueden provocar el rechazo a participar en las animaciones. Se aconseja al animador que:

      – respete los miedos y las dudas;

      – coloque todo de manera que se reduzcan al máximo los riesgos de caídas e informe de ello a la persona;

      – proponga a la persona que durante los desplazamientos alguien le acompañe (organizarse entonces con el equipo de cuidados);

      – tranquilice a la persona explicándole los fundamentos de la animación (por ejemplo: para luchar contra el miedo a caerse, una sesión de ejercicio físico).

      Para la persona mayor que tiene miedo al grupo, miedo a lo desconocido (nueva animación) o miedo al fracaso (y al ridículo), el animador puede:

      – presentarla de manera progresiva a los demás individuos;

      – presentar claramente el contenido de la animación con palabras simples y justas (evitar hablar de actividades «deportivas» o «intelectuales») y explicando que se trata de pasar un rato agradable y no de ser el/la mejor;

      – llamar con frecuencia a la persona, buscarla para ayudarla a superar lo que, en ocasiones, no es más que timidez o falta de seguridad.

       «Para desarrollar la participación y la cooperación de cada uno, el animador debe comunicar de forma adaptada y comprensible para todos.»

      Artículo 8 de la Carta francesa de la animación en gerontología.

      D Superar las discapacidades

      En ocasiones, las personas que sufren una discapacidad invalidante (ceguera parcial o total, déficit auditivo, artrosis, demencia, etc.) son

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