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ha sido una elección recurrente a la hora de bautizar a seres que comparten su hábitat, en especial insectos, incluyendo mariposas (Clossiana titania, Catagramma titania, Callicore texa titania), libélulas (Neuraeschna titania), polillas (Acontia titania, Catocala titania), zancudos (Tipula titania y Nesopeza titania), escarabajos (Cosmisoma titania) y muchos otros más. Además de insectos, llevan este nombre un hongo (Titania berkeleyi) y un murciélago que vive en bosques del sureste de Asia (Kerivoula titania), descubierto en 2007. En una orquídea (Oberonia titania) se reúne la pareja real de esta obra fantástica.

       ■ El general Macbeth ha quedado inmortalizado en una especie de mariposa (Talicada macbethi) y en una araña hawaiana que rinde tributo igualmente al director de Ciudadano Kane (Orsonwelles macbeth); todo parece indicar que el zoólogo que bautizó a este arácnido era amante tanto de Welles como de Shakespeare, ya que nombró otras tres especies con personajes de otras de sus obras: O. othello y O. falstaffius (sir John Falstaff aparece en Enrique IV y en Las alegres comadres de Windsor).

       ■ Romeosaurus fumanensis es un dinosaurio cuyos fósiles fueron encontrados en el año 2013 en la localidad de Fumane —de ahí el nombre de la especie—, cerca de Verona, ciudad donde se desarrolla Romeo y Julieta. No existe, a la fecha, un Julietasaurus.

      La rana de torrente de Cuellaje es una especie del género Hyloscirtus cuyo nombre común alude a que ha sido identificada únicamente en riachuelos con cascadas de la zona de Cuellaje, en una rama de la coordillera de los Andes localizada al norte de Ecuador, a más de 2 mil 700 metros de altitud.

      La ranita —mide unos siete centímetros— está en peligro de extinción y, para reconocer los esfuerzos conservacionistas de Su Alteza Real Charles Philip Arthur George Windsor, mejor conocido por nosotros, los plebeyos hispanoamericanos, como Carlos, príncipe de Gales, el patronímico creado para su nombre específico es princecharlesi.

      Luis A. Coloma y sus colegas responsables del descubrimiento señalan: “En su llamado a detener la deforestación tropical, el Príncipe Carlos usa las ranas como símbolos, y su Campaña SOS Rainforests incluye un video con una rana como embajador de la selva tropical. Por esta razón él es afectuosamente conocido por los medios como ‘el príncipe rana’. El Príncipe Carlos está contribuyendo notablemente a la sensibilización en la batalla contra la deforestación tropical, el cambio climático y la extinción catastrófica de anfibios de la selva tropical. Su trabajo está conduciendo a una mayor concientización de estos problemas y esta mayor concientización beneficia la conservación de la biodiversidad, la sustentabilidad, el alivio de la pobreza y la protección del funcionamiento de los ecosistemas para las generaciones presentes y futuras”.

      Todo fan de Star Trek reconoce de inmediato las palabras con voz en off con las que inicia cada episodio de esta saga espacial, por lo que no es extraño que sirvieran de inspiración a los biólogos y trekkers Hannelore Hoch, Manuel Naranjo y Pedro Oromí durante su expedición a una cueva artificial (una mina de agua) localizada en las islas Canarias y en la que descubrieron una especie de insecto-hoja (un fulgoromorfo) cavernícola, Meenoplus roddenberryi, que es homónima del visionario creador de las aventuras de la tripulación del U.S.S. Enterprise.

      De acuerdo con los biólogos aventureros, “Gene Roddenberry estaba fascinado por la exploración de lo desconocido, y estamos seguros de que habría estado encantado con el descubrimiento de la nueva forma de vida descrita aquí [en su artículo de 2012 que, en una forma no muy común en los títulos de publicaciones científicas, inicia con la frase: ‘Testigo de un mundo perdido’]”. Y es que, concluyen Hoch, Naranjo y Oromí, “buscar nuevas formas de vida […] viajando temerariamente a donde nadie ha llegado antes, aplica tanto al espacio como a la bioespeleología”.

      Los españoles hacen justicia a su fama de estar entre los trekkies más apasionados, al menos dentro de la taxonomía, pues en 2009 otro equipo de paleontólogos no perdió la oportunidad de nombrar una especie de cangrejo ermitaño del género Annuntidiogenes, que vivió a mediados del Cretáceo en Navarra, al norte de España, como A. worfi, por el teniente Worf, “interpretado por el actor estadounidense Michael Dorn, uno de los principales personajes tanto en las películas de Star Trek (The Next Generation, Deep Space Nine) y en cintas subsecuentes basadas en The Next Generation, en referencia al ornamento arrugado de la región anterior gástrica”.

      En el mismo año en que finalizó la trilogía original de La guerra de las galaxias, los entomólogos Arnold Menke y David Vincent invadieron al nada polémico género de avispas Polemistus con homenajes cinematográficos como P. chewbacca, P. vaderi y P. yoda.

      En 2005 Kelly Miller y Quentin Wheeler, también entomólogos, nombraron a un escarabajo Agathidium vaderi por la similitud entre su cabeza y el casco del villano Darth Vader; al parecer, sucumbieron al “lado oscuro de la Fuerza”, pues bautizaron a otros tres escarabajos como A. bushi, A. rumsfeldi y A. cheneyi en honor del expresidente, exsecretario de Defensa y exvicepresidente de Estados Unidos George Bush, Donald Rumsfeld y Dick Cheney —responsable este último de aprobar la llamada Iniciativa de Defensa Estratégica, popularmente conocida como Guerra de las galaxias—. Si no hay aún insectos, ni ninguna otra especie, bautizados como Jar Jar Binks u otros personajes de la segunda trilogía, no podemos culpar a los taxónomos, pero sí a George (Lucas, no Bush).

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      Darth Vader es, por lo visto, el personaje favorito de esta saga entre taxónomos: todo un género de ácaros lleva el nombre de Darthvaderum por Glent Hunt, quien asegura que pensó inmediatamente en él al ver la micrografía del bicho tomada con un microscopio electrónico. Adelomyrmex vaderi es una hormiga cuyo aspecto oscuro evoca al padre de Luke Skywalker, o por lo menos eso le parece a Fernando Fernández, nombre no científico del fan científico que la descubrió en 2003. Bajo el manto de Lord Vader se hallan también, por su color negro brillante/casco de Darth Vader, una libélula (Thricops vaderi), una avispa (Arketypon vaderi), un cangrejo (Garthambrus darthvaderi) descubierto en 2009, y un milpiés, hallado en 2010, cuyo escudo anal se parece al casco de este personaje. No debemos incluir aquí a dos especies de crustáceos (Pseudoaeginella vaderi y Epimeria vaderi), quienes en realidad homenajean a otro “Lord” homónimo al fílmico: Wim Vader, profesor de zoología.

      Han solo es un trilobite —un organismo prehistórico— cuyo género, en rigor, no es un homenaje al personaje interpretado por Harrison Ford en La guerra de las galaxias, sino que hace referencia al grupo étnico han, originario de China, en tanto que solo se refiere a que es la especie fósil más antigua de la familia Diplagnostidae, en la que se hallan los trilobites. A pesar de tan fundamentada explicación, Samuel Tuvey, descubridor de esta especie en 2005, afirma que la más mundana verdad es que nombró al trilobite como Han Solo porque sus amigos apostaron que no se atrevería a usar a un personaje de una saga fílmica tan famosa.

      Una especie de pez gato del río Gurupí en Brasil es tan parecido al cazador de recompensas Greedo de Rodia, que no hubo más remedio que llamarlo, desde 2015, Peckoltia greeedoi.

      La casa en esta galaxia de los jedi, al menos de las hormigas de esta especie, se halla en la isla de Madagascar. Tetramorium jedi fueron bautizadas en 2012 “como los ficticios, nobles y sabios guardianes de la paz”.

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