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madre defendía su linaje Colorado, más lustroso y principal, que el incoloro Blanco paternal. Fueron inacabables discusiones y muy subidas de tono. Capuletos y Montescos…

      Sin acuerdo parental, agotada mi paciencia, con total imparcialidad —soy daltónico—, utilicé mis prerrogativas funcionariales y para que concluyera todo ordené:

      —La nueva ley lo permite. El apellido de la madre irá el primero. Sea: «Colorín» Colorado.

      El final desde el principio. Este micro comenzó pensando siempre en «Colorín Colorado», luego se construyó lo demás.

      Según John Irving (estadounidense) si no sabes la historia antes de comenzar a escribirla: «es usted un mentiroso mediocre que va inventando la mentira a medida que la dice».

      Es una buena práctica tener el final en mente cuando comienzas a escribir. ¿Para qué lo escribes? ¿Qué efecto quieres lograr con tu microrrelato?

      De aquí en adelante camina desde el título hasta alcanzar ese final. Empezar la casa por el tejado, de eso se trata.

      7. CREATIVIDAD

      —Abre tu imaginación, vuelve a ser curiosa. En una mente cerrada no hay capacidad de creación. ¡Saca al niño que llevas dentro! —pidió el profesor para que ella consiguiera el máximo de su potencia narrativa.

      Allí mismo rompió aguas.

      La niña está bien; pesó tres kilos y medio.

      ¿Se puede aprender a ser creativo? O ¿es un don que los cielos dan a unos pocos privilegiados al nacer?

      Creo que me estoy metiendo en un barrizal.

      Esto es un tema que suscita bastantes controversias, porque es algo subjetivo.

      Y cuando algo es subjetivo… se forma el arroz con mango, como dicen en mi tierra.

      En las siguientes páginas trataremos de decir algo concreto aunque sea subjetivo el tema.

      8. CONFUSIÓN BESTIAL

      Un solo error trastocó toda la vida de Ulises, el bombero de mi pueblo. Lo despidieron de manera deshonrosa del Cuerpo.

      No solo esto, tiene un juicio pendiente, acusado por abuso por la organización feminista Derechos de la mujer y, también, por la Sociedad protectora de animales.

      Nunca imaginó que le traería tantas desgracias atar aquella sirena en el techo del camión.

      Buenas noticias: se puede aprender la creatividad. Con independencia de que hay mentes más abiertas que otras a ella. Sin embargo, todos somos creativos.

      Nos podemos ayudar. Hay técnicas para propiciarla. Enumeremos algunas:

      • Los seis sombreros para pensar (Edward De Bono).

      • El binomio fantástico (Gianni Rodari).

      • Escribir a partir de un final predeterminado (Leed a Edgar Allan Poe analizando su poema «El cuervo»).

      • Los seis hombres honestos de Kipling.

      • Mapas mentales (promocionados por Tony Buzan).

      La cosa no para aquí…

      9. CREACIÓN

      «No es bueno que el hombre esté solo».

      «Necesitaba una ayuda proporcionada a él».

      Entonces, Adán modeló a Dios de la arcilla y lo plantó en todos los altares.

      Aquí sigue la lista:

      • Partir de una frase.

      • SCAMPER de Bob Eberlee.

      • Monologo interior, escribir todo lo que vas pensando.

      • Sinéctica, ¿en qué se parece…? (William J. J. Gordon).

      • Inversión o el absurdo (El ejemplo de esta página).

      • Brainstorming (Alex Osborn).

      • Improvisación…

      Aunque hay tratados dedicados al tema, por razones de espacio, solo desarrollaremos con brevedad algunas que pueden ayudarte.

      Los comentarios más adelante marcados con contienen algún elemento de técnicas de creatividad.

      10. SCAMPANDO SOBRE «EL BUITRE» DE KAFKA

      El pajarraco negro e implacable, alentado por mi pasividad, no se conformó con mis zapatos y medias y comenzó a cebarse con mi carne.

      Lo peor fue que sus circulares vuelos en torno a mí, avisaron a las hienas que acudieron risueñas. Otra multitud de oportunistas, un cangrejo entre ellos, se presentaron al festín: reptando, volando, andando, nadando… para atacar mi humanidad postrada.

      Disputaban, cada uno por su pedazo, y (¡por fin!) llegó el señor que había salido apurado en busca del arma para ayudarme.

      Diagnosticó: ¡Es tarde!

      Escuché zumbidos, pisadas, la risa cruel de las hienas y el revoloteo del buitre, espantados por el estruendo del disparo liberador, que me concedía el favor de morir de manera digna.

      SCAMPER- Es un acrónimo (o un acróstico, para el caso…) para utilizar como recurso nemotécnico. Es una técnica creativa muy utilizada cuando necesitamos ideas nuevas u originalidad. Bob Eberlee fue su inventor.

      Se ha utilizado mucho en la ingeniería de diseño a quien se la podemos pedir prestada.

      En este caso se ha tomado un conocido escrito de Kafka «El buitre» y se ha aplicado la técnica como ejercicio.

      Este relato scampado cambia el sentido del profundo relato original del autor checo y presenta un tema diferente.

      11. DIAGNÓSTICO

      —¡Es cáncer! —se le escapó a la médica leyendo la historia clínica.

      El mazazo inicial fue tremendo.

      Con posterioridad, él vivió muchos años felices y saludables, cuando reparó que ella se refería a su signo zodiacal.

      Abundamos con la técnica del SCAMPER. Las palabras del acróstico son:

      Sustituir

      Combinar

      Adaptar

      Magnificar / Minimizar

      Proponer otro uso

      Eliminar

      Reordenar

      Lo que se intenta hacer es aplicar la acción que indica uno (o más de uno) de los verbos enumerados a un tema conocido.

      Por ejemplo: Proponer otro uso (en este texto los dos usos de la palabra cáncer).

      Una buena forma de ejercitar es aplicar «SCAMPER» al texto original de Kafka. También lo puedes hacer con cualquiera de los textos de este librito, te invito, a ver qué sale.

      12. MATAR AL «MÁXIMO LÍDER»

      ¡Mis hermanos, caídos en esta larga lucha, piden venganza! Los más humildes somos siempre los primeros en ser sacrificados. Daré el paso final y lo ajusticiaré. «Muerto el perro se acaba la rabia».

      Está débil y limitado de movimientos. Sabe que no puede escapar y el tiempo juega en su contra.

      Los obispos, pesados como elefantes persas, se escaquean por los laterales. Sus caballeros guardaespaldas, ágiles bestias, esquivan obstáculos y pretenden cerrarme el paso. No llegan a tiempo.

      Es mi turno. Avanzo. Me transfiguro.

      Modesto peón que corono en dama:

      —¡Jaque mate!

      La frase inicial

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