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nuestra escritura una de las principales reglas es leer mucho; para escribir buenos arranques la regla es leer muchos arranques de microrrelatos. Y si quieres ser escritor hay que comenzar a leerlos como escritor.

      Debemos fijarnos en los inicios que nos gustan, anotarlos y analizarlos. ¿Cómo están construidos? ¿Por qué funcionan bien? ¿Cuáles son sus trucos?

      13. LA VENGANZA ES UN PLATO QUE SE SIRVE FRÍO

      Así que lo metió al congelador antes de asesinarlo.

      Necesitas ampliar tus conocimientos. Si un escritor quiere ser convincente debe abarcar todo el universo. Vuelca en tus microrrelatos ese universo, tanto el externo como el de tu interior.

      No te obsesiones con explicar cada cosa: los lectores tienen la mente abierta. Es más te exigen que los sorprendas.

      A diferencia del cuento o la novela, el microrrelato discurre en un único espacio. Por eso tienes que lograr hacer ese espacio presente mediante una imagen potente, con un gran poder evocador, que se dibuje de forma nítida en la mente del lector.

       Cuando intentas de manera constante acotar el terreno con explicaciones estas trasmitiendo a tu lector los estrechos límites de tu imaginación.

      Piensa que el lector es coautor de tu microrrelato: él lo va a completar.

      14. DEVÓRAME OTRA VEZ

      El lobo tenía fama de lascivo, sádico y antropófago. Un peligro para todas.

      —Así me gustan a mí —dijo Caperucita a la quinta vez.

      El microrrelato tiene una sola anécdota, a diferencia del cuento, que tiene una principal y, casi siempre, alguna que otra secundaria.

      15. METAMORFOSIS

      Mi amigo Pérez era como yo: un pobretón.

      Recuerdo que no llegaba a fin de mes como auxiliar de dentista. Tuvo que buscar un empleo adicional de noche: repartidor de regalos.

      Pero llegó el americano aquel… que lo cambió todo a base de plata.

      Lo calzó con unos zapatones amarillos, le compró un pantalón rojo y le colocó unos distinguidos guantes blancos. Tan elegante lo puso que conquistó una novia americana. Llegó hasta lo antinatural en alguien de su condición: tener un perro.

      Hoy se codea con lo mejorcito de la fauna de Hollywood. Ha creado un imperio alrededor del mundo y ha diversificado sus negocios. El tiempo no pasa por él y algunos dicen que es un aprendiz de brujo.

      No lo envidio, lo que no perdono es que ha renegado de sus orígenes y hasta de su nombre.

      Dibuja en sus tarjetas de visita y firma: Mickey Mouse.

      En muchos cursos de escritura creativa te hablarán de buscar tu propio estilo. Es que es un tema importante. El estilo es la forma que escogerás para expresar tus ideas. Solo cuando lo encuentres vas a poder desarrollar todo tu talento. Con tu propio lenguaje literario deberás plantearte dos objetivos: comunicar y emocionar.

      16. ORIGINAL PECADO

      Ella avanzaba, desnuda y preciosa, por la acera de losetas amarillas del jardín. Él iba de cara a su encuentro, erecto. Los convocaba el deseo.

      Coincidieron, en el punto medio, al pie del árbol. ¿Manzanas? No les importaron mucho. Era otro tipo de apetito el que anhelaban saciar.

      Cobijados por el árbol se conocieron —e inventaron esa acepción bíblica—.

      Satisfechos (sin escuchar maldiciones) comentaron:

      —En el futuro contarán nuestra historia, cada cual como le convenga.

      —No me preocupa, Adán. Siempre existirán serpientes con lenguas viperinas.

      —E internautas que se inventarán tuits. Yo paso también, Eva.

      Y, sin esconderse, vivieron felices.

      Un tema universalmente conocido siempre es una ayuda para hacer cómplice al lector en la trama. Figuras históricas, literarias, políticas, refranes, etc. ahorran muchas palabras. Utiliza el imaginario colectivo. Usar obras reconocidas se conoce como intertextualidad.

      Reinterpreta o subvierte un original acreditado. ¡Hay mucha tela por donde cortar!

      Para aquel que ve una espada desenvainada sobre su

      impía cabeza, los festines de Sicilia, con su refinamiento,

      no tendrán dulce sabor, y el canto de los pájaros, y los

      acordes de la cítara, no le devolverán el sueño, el dulce

      sueño que no desdeña las humildes viviendas de los

      campesinos ni una umbrosa ribera ni las enramadas de

      Tempe acariciada por los céfiros.

      Horacio, Odas III, 1

      17. RECORTES

      Damocles, el buen amigo del tirano Dionisio I, está de fiesta desde hace una semana.

      Bajo su liderato se acaba de aprobar el presupuesto que incluye severas disminuciones en los gastos del gobierno.

      La famosa afilada espada de acero, que pendía sobre su cabeza, fue el perfecto instrumento para realizar los recortes. Después fue requisada y enviada a las tropas siracusanas. La sustituyó una de madera, más barata. Todo a cargo del presupuesto, claro está.

      Las celebraciones de Damocles no conocemos cuándo terminarán, pero es seguro que, también, se cargarán a los presupuestos (como dietas).

      Dicen que nada nuevo hay bajo el sol. Que la mayoría de los textos ya han sido escritos antes. Todos sabemos qué significa «la espada de Damocles».

      «La simple enumeración del nombre de un personaje real o de ficción es un recurso intertextual que nos evita tener que describirlo y nos sitúa el relato en una época o espacio determinados […]» (Francisco Tejedo, prologo de Tómese un comprimido antes de dormir).

      18. LA COPA

      —Habrá que sufrir, pero tenemos que ganarla —arenga el entrenador.

      Salgo enardecido a dejarme la piel desde el minuto uno.

      Ellos me sacan los colmillos en el minuto cinco; también quieren vencer.

      En el cincuenta me recortan y ganan mi espalda.

      Juego sin cabeza, pero me parto el pecho y entrego el corazón.

      ¿Podré terminar?; en el ochenta ya no tengo piernas.

      Un minuto para el final. Mis brazos, solo eso me queda, pero como no se pueden usar en este juego, se los llevan las asistencias en camilla, envueltos en nuestra gloriosa camiseta.

      Lo dejé todo en el terreno.

      En la literatura todo es posible, con la condición de que sea verosímil. Debe resultar creíble, aunque sea fantástico.

      Incluso puedes dejar en la duda.

      Los microrrelatos no se leen una sola vez. Si es bueno siempre parecerá que no ha terminado.

      Enrique Ánderson Imbert, autor y crítico argentino, opina:

      «El cuentista aprieta la materia narrativa hasta darle una intensa unidad tonal; en el cuento encontramos a unos pocos personajes (uno basta) comprometidos en una situación cuyo desenlace aguardamos con impaciencia».

      19. CADA REFRÁN, UNA VERDAD

      Se enamoraron en la aldea siendo adolescentes, «de la vista nace el amor».

      —«Amor grande vence mil dificultades» —dijo ella en la boda, antes de que él partiera a la guerra.

      Él

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