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de talentos se basa en los principios y las regularidades del desarrollo.

      “Los cambios ... no sólo se refieren al nivel de rendimiento motor y deportivo ... sino que abarcan los diferentes ámbitos de la personalidad –inteligencia, plano somático, motivación, entre otros– y por tanto la personalidad en su conjunto” (Joch, 1992, 320).

      7.El desarrollo de talentos se encuentra en medio de un campo de fuerzas opuestas, en una disyuntiva entre el carácter abierto, por una parte, y la canalización, por otra.

      “La canalización limita por una parte el abanico de las posibles direcciones de formación ...” Por otra parte, es “un requisito importante para que el desarrollo del rendimiento alcance el nivel necesario” (Joch, 1992, 321).

      8.La definición completa del talento incluye un componente estático y otro dinámico (cf. pág. 111).

      9.El marco referencial teórico en el tema del talento es un modelo de motricidad orientado hacia la personalidad.

      10.La promoción del talento es también un proceso de selección.

      11.El desarrollo de talentos deportivos se caracteriza por un tejido de relaciones de dependencia entre un gran número de características motoras, físicas, psíquicas y sociales, cuya eficacia sólo se maximiza en el sentido de la perspectiva final (objetivos) de la promoción de talentos.

      12.El talento (deportivo) es una materia prima importante a nivel social. La socialización y las normas sociales determinan el proceso de promoción y desarrollo de talentos.

      13.La fluctuación en la promoción de talentos se encuentra en relación lógica y objetiva con los procesos de selección, por una parte, y con el nivel de limitación de los grados de libertad dentro del proceso de desarrollo del rendimiento a largo plazo, por otra.

      14.La edad para el inicio del entrenamiento en el contexto de la selección de talentos está en función de las exigencias objetivas de cada modalidad y de las particularidades del entrenamiento en cada edad.

      “El inicio temprano del entrenamiento no significa especialización temprana. La especialización temprana no tiene el carácter de cimentación que tiene el entrenamiento, imprescindible para la promoción de talentos” (Joch, 1992, 324).

      15.Como entrenador especializado en promoción de talentos sirven sobre todo aquellas personas con capacidad de enriquecimiento (enrichment).

      “El entrenamiento de promoción de talentos se caracteriza por el enriquecimiento de las exigencias de rendimiento durante el proceso de aprendizaje y entrenamiento de talentos deportivos, lo cual supone aportar al proceso formativo los siguientes instrumentos pedagógicos: multilateralidad, generalidad, variedad, exhaustividad, atractivo y amenidad” (Joch, 1992, 324).

      16.El trabajo de entrenamiento para la promoción de talentos está determinado por el principio de unidad de lo general y lo especial.

      17.En la promoción de talentos rige el principio de unidad de entrenamiento y competición: los principios del entrenamiento se reflejan en la competición y las exigencias de la competición determinan el contenido, el volumen y la intensidad del entrenamiento.

      18.La colaboración entre escuela y sociedad deportiva en el ámbito de la promoción de talentos puede ser lógica y deseable si no se cuestionan los objetivos del deporte de rendimiento ni se restringe la etapa inicial de las medidas de promoción de talentos, esto es, el entrenamiento básico motor.

      19.La promoción de talentos no es un mecanismo con una intención primordialmente pedagógica; no obstante, debería incluir un acompañamiento de medidas pedagógicas, pues el grupo humano al que va dirigida está formado por niños y jóvenes.

      20.Aparentemente no existe un perfil unitario de los individuos altamente dotados; se observa una gran riqueza de variedades, pero también un considerable predominio de la motivación por el rendimiento, disposición a la fatiga y un nivel de exigencia generalmente elevado.

      21.El desarrollo de talentos en el deporte está subordinado a un objetivo –el mayor rendimiento posible del individuo– y se encuentra en un campo de fuerzas opuestas cuyos polos son, por una parte, la preparación continua a largo plazo, con un entrenamiento planificado y sistemático, y por otra parte, la espontaneidad, el azar y la improvisación.”

      La selección de talentos deportivos debe hacerse de forma correcta y a su debido tiempo, pues los rendimientos deportivos máximos en términos absolutos sólo se consiguen con una preparación sistemática y a largo plazo, que puede necesitar un período de tiempo de 6 a 10 años (cf. DSB, 1973, 7). Esto significa que antes de la edad de máximo rendimiento debe delimitarse el período de entrenamiento correspondiente a la disciplina deportiva (tabla 13), para conseguir la capacidad de rendimiento óptima en el momento correcto.

       Tabla 13. Las zonas de edad en diferentes modalidades y disciplinas atléticas (Lempart, citado en Adolph, 1979, 17)

      En la búsqueda de talentos debe tenerse en cuenta varios condicionantes o factores de rendimiento que ejercen una influencia sobre el talento deportivo (cf. Hahn, 1982, 85):

      •Condiciones antropométricas como estatura, peso, constitución corporal, proporciones, situación del centro de gravedad del cuerpo.

      •Características físicas como resistencia aeróbica y anaeróbica, fuerza estática y dinámica, velocidad de reacción y de acción, flexibilidad y otras.

      •Condiciones técnico-motoras relacionadas con la capacidad de equilibrio, sensación del espacio, de la distancia, de la velocidad, del balón, del agua, de la nieve, etc., capacidad de expresión, musicalidad y capacidades rítmicas.

      •Capacidad de aprendizaje, reflejada en dotes de comprensión, capacidades de observación y de análisis.

      •Disposición al rendimiento, con cualidades como disposición a la fatiga, tenacidad, constancia en el entrenamiento, tolerancia ante la frustración.

      •Capacidades cognitivas como concentración, inteligencia motora (p. ej., inteligencia de juego), creatividad, capacidades tácticas.

      •Factores afectivos como estabilidad psíquica, disposición a la competición, aguante en la competición y capacidad para dominar la tensión.

      •Factores sociales como asunción de papeles, espíritu de servir al equipo, etc.

      El problema de los dictámenes de pronóstico acerca de un “talento” radica en la estabilidad de las características observadas. La cuestión de la estabilidad de las características humanas en el transcurso del desarrollo del niño y el joven ocupa, por tanto, un lugar fundamental en la búsqueda de talentos con rigor científico (cf. Zaciorski y cols., 1974, 240). Sin embargo, éste es el problema que sigue sin resolverse. Como constatan Hommel/Schwanbeck/Steinbach (1977, 1831) –y en torno a esta apreciación apenas se han producido cambios esenciales–, la ciencia del deporte carece casi por completo de criterios “que permitan seleccionar ejercicios de test desde el punto de vista del desarrollo positivo del rendimiento”.

      Como se puede ver en la figura 57, dependiendo del nivel de partida y la etapa de entrenamiento, se plantean diferentes criterios de selección.

      Sobre la selección de niños y jóvenes entre la población no entrenada

      A partir de la edad de

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