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la visión dinámica del talento, éste no se “estructura” a no ser en el transcurso de un proceso activo y dirigido hacia un objetivo (“especificación”), y este proceso es una trasformación que abarca la personalidad en su conjunto (cf. Mühle, 1971, 93; Joch, 1992, 87).

      El concepto dinámico del talento incluye, pues, tres rasgos característicos principales, a saber:

      •el proceso de cambio activo;

      •la regulación mediante el entrenamiento y la competición, y

      •el acompañamiento pedagógico.

      Así pues, el concepto dinámico del talento se puede describir de la forma siguiente, centrándonos en el aspecto del desarrollo y siguiendo a Joch (1992, 87):

      “El desarrollo del talento es un proceso de cambio activo, acompañado de una pedagogía y regulado de forma selectiva por el entrenamiento, y constituye la base de un nivel de rendimiento (deportivo) elevado que se podrá conseguir posteriormente.”

      Basándose en estos intentos de definición estática y dinámica, Joch (1992, 90) define el talento de la manera siguiente:

      Tiene talento, o es un talento, aquella persona que, sobre la base de sus condiciones, su disposición para el rendimiento y las posibilidades de su entorno vital real, consigue resultados de rendimiento superiores al promedio de su edad y susceptibles de desarrollarse (a ser posible, además, acreditados en competición); dichos resultados son producto de un proceso de cambio activo, acompañado de una pedagogía, regulado de forma selectiva por el entrenamiento y orientado con perseverancia hacia un nivel de rendimiento (deportivo) elevado que se conseguirá posteriormente.

      Esta definición integradora del talento que plantea Joch nos parece más acertada que los diferentes enfoques estáticos o dinámicos actualmente en curso.

      Así pues, por talento deportivo entendemos la totalidad de las condiciones del niño o del joven que le habilitan para conseguir y desarrollar rendimientos deportivos. El nivel y las posibilidades de desarrollo de estas condiciones de rendimiento están determinados por las predisposiciones y por el proceso de la actividad. Así pues, la aptitud se ha de entender como un resultado de la confrontación activa de la personalidad con el entorno (cf. Thiess/Schnabel/Baumann, 1980, 63).

      Según Ulbrich (1974, 285), el 6 % aproximadamente de todas las personas, dentro de una distribución normal en la población, presenta un valor elevado, por encima del promedio, de algún rasgo característico.

      De acuerdo con los estudios de Joch (1992, 206), los talentos múltiples aparecen sólo en un 3 % dentro de un colectivo considerado como grupo de talento.

      Así pues, un talento deportivo en una disciplina individual, y en mucho mayor medida un talento deportivo con varias cualidades destacadas, supone una variante extrema en la distribución de rasgos característicos relevantes para el deporte (cf. Ulbrich, 1973, 374).

      La expresión búsqueda de talentos se utiliza en el sentido de selección de talentos deportivos para su promoción, efectuada por diferentes instituciones en diferentes niveles (cf. Rothig, 1983, 314).

      Por selección entendemos la decisión sobre la formación y el ingreso en la competición de un deportista en una determinada modalidad o disciplina, en un determinado momento y durante un determinado período (cf. Hofmann/Schneider, 1985, 45).

      La calificación de aptitud y la decisión de seleccionar constituyen una unidad.

      Por promoción del talento entendemos una serie de medidas selectivas para el desarrollo de las capacidades y destrezas específicas de una modalidad, sobre todo en deportistas jóvenes y dotados (cf. Rothig, 1983, 313).

      Existen, según Joch (1992, 64), métodos muy diferentes para promocionar a jóvenes talentos:

      •“Dejar crecer”

      El juego en la calle se considera la reserva de talentos propiamente dicha, por ejemplo, en fútbol, baloncesto o voleibol; el natural encuentro diario con las condiciones ambientales de nieve y hielo se considera la mejor cantera en modalidades como patinaje y hockey sobre hielo; en estos planteamientos subyace la idea básica del “dejar crecer” (cf. Joch, 1992, 65). En el juego, los niños y jóvenes perfeccionan sus capacidades específicas de la modalidad de una manera a veces increíble: pensemos, por ejemplo, en los jóvenes virtuosos del monopatín y similares.

      •“Reducción de los grados de libertad”

      Como ejemplo se cita aquí el principio, aplicado a menudo en los países del antiguo bloque socialista, del inicio lo más temprano posible y de la carga máxima posible.

      Mocker (1988, 79/80) justifica de la manera siguiente esta reducción de los grados de libertad:

      “Un inicio lo más temprano posible debería provocar que el desarrollo biológico se asociara (y no precediera) a una carga elevada, con lo cual una capacidad de carga elevada durante toda la vida de rendimiento deportivo se convertiría en un hecho natural, incluso en una necesidad (“impronta” del deporte de rendimiento); asimismo, debería favorecer un aumento prolongado del volumen de entrenamiento y, partiendo de éste, de la intensidad (que implica riesgo de lesiones y consumo de sustancias); supondría también aprovechar la “mejor edad de aprendizaje motor” para la adquisición de técnicas complejas específicas (!) de la modalidad (especialización temprana), y aprovechar la desinhibición infantil para el aprendizaje de dificultades pronunciadas (p. ej., en gimnasia, salto de trampolín, etc.).”

      •“Multilateralidad intencional”

      Con esta expresión nos referimos al intento de desarrollar el rendimiento deportivo partiendo desde la actividad multilateral (v. el tratamiento específico del tema en pág. 579) y llegando a la especialización, desde la formación general amplia hasta los contenidos de entrenamiento específicos (cf. Thiess, 1976, 515).

      El camino hacia el éxito se encuentra necesariamente en una mezcla óptima de estos planteamientos sobre la promoción de talentos.

      Basándose en un largo período de estudios, Joch (1992, 317-327) resume la problemática de la promoción de talentos en 21 tesis, que presentamos seguidamente en una formulación lo más concisa posible:

      1.La noción principal en el tema del talento es la promoción de talentos. “La búsqueda, el reconocimiento, la selección y la conservación de talentos son conceptos que sólo adquieren su validez especial, su significado y su eficacia práctica asociados con el aspecto de la promoción” (Joch, 1992, 317).

      2.El reconocimiento de talentos es un proceso dinámico que se plasma en el entrenamiento. “Los talentos se reconocen en el entrenamiento sistemático y por lo general no se encuentran a través de procedimientos diagnósticos –tests u observaciones– realizados una única vez, ni se reclutan a través del sistema de competición por equipos cuando dicha competición se utiliza como instrumento único de diagnóstico” (Joch, 1992, 317).

      3.El carácter de pronóstico inherente al tema del talento se resume en la idea de que la prioridad corresponde al rendimiento final posible, no al rendimiento inicial (juvenil).

      La relación entre ambos –el rendimiento final y el iniciales menos estrecha de lo que comúnmente se supone (Joch, 1992, 318).

      En este contexto hemos de señalar la escasa validez del test para registrar los talentos en las modalidades de esprint (v. pág. 422).

      4.El entrenamiento es un componente irrenunciable de la promoción de talentos.

      5.La

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