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mediático para no despertar sospechas, Esperanza. Hoy la gente viaja mucho y el virus, tal cual se había previsto, fue transportado por la propia gente, generando rapidísimas reacciones en cadena.

      »Pero en tiempo récord los chinos y los rusos patentaron su vacuna, lo que nos obligó a acelerar la promoción de la nuestra en Inglaterra antes que en Estados Unidos y que Inglaterra la pudiera sacar al mercado, todo por esperar demasiado. Así que perdimos la oportunidad del gran negocio y, para variar, China en poco tiempo volvió a hacerse con las riendas.

      –Volviendo al punto, señor Bauer, si me dan este nuevo encargo y llego a aceptar esta empresa, tendrán mi total dedicación, porque para mí supondría satisfacer la curiosidad y el interés de saber más y comprender mejor Egipto y esa parte de la historia planetaria. Pero necesito que confíen en mí y acepten mi forma de trabajo, aunque me vean coqueteando con el peor de sus enemigos. Debo actuar como espía doble para poder tener a mano toda la información que manejan ambos bandos.

      »Sé que no estaré libre de su control y de una súper-vigilancia, pero denme los recursos y déjenme trabajar a mi estilo. No negarán que hasta ahora he sido eficiente.

      »¡Ah!, y cuando los necesite o se ponga en riesgo mi vida, ayúdenme.

      –¡Muy bien! ¡Cuente con nuestro apoyo, protección y recursos sin restricciones, doctora! –intervino Bauer.

      –Ahora le diremos que sospechamos que la puerta, por su importancia y trascendencia, está en la Gran Pirámide de Keops, pero sabemos que la línea recta no es necesariamente la distancia más corta entre dos puntos, por lo que no consideramos que se tenga que ir directamente a Gizeh y ya; seguro que debe haber otros pasos previos y conectados entre sí. Además, necesitamos reunir los cuatro cristales verdes para abrir la puerta en Egipto y un disco de oro traslúcido como el que encontró en Paititi.

      »¿Usted qué piensa? ¿Cómo propone realizar el viaje? ¿Irá directamente a Egipto o no? ¿Consultará con otros investigadores? ¿Irá a otros lugares previamente? ¿Dónde podría encontrar los otros tres cristales verdes y el disco?

      –¡Caballeros, calma! Considero que debo empezar el viaje en Roma; allí iré a ver la Piedra de Palermo, donde se menciona a los reyes predinásticos de Egipto. En ella puedo encontrar claves para la localización del disco. Luego iría a Torino o Turín, la importantísima ciudad del norte de Italia, capital de la región de Piamonte, donde se encuentra uno de los mejores museos egipcios del mundo y en cuyas instalaciones se halla el Canon de Turín, una genealogía de los reyes egipcios que incluye también épocas legendarias en las que gobernaron los dioses y semidioses, que no serían otros que los mismos extraterrestres afincados en este planeta. Creo que tengo que empezar por ahí buscando pistas de los cristales y el disco.

      »Y pienso, siento e intuyo que una cosa me llevará a la otra…

      –¿Qué es esa Piedra de Palermo, doctora? –preguntó con inquietud Weishaupt.

      –Es el mayor fragmento de una losa de piedra de basalto como de unos cuarenta y tres centímetros de altura por unos treinta centímetros de ancho, que tiene grabados en lengua jeroglífica sucesos desde la época predinástica hasta la dinastía V. Pero lo más importante es que incluye listas de reyes y faraones. Cuantas más pistas haya de los antepasados más remotos, más nos encaminaremos en localizar el portal y sus herramientas.

      »Y lo más seguro es que de Italia vaya a Rusia y a Irlanda a por los cristales verdes.

      –¡Estupendo, doctora Gracia; veo que ahora sí vamos a entendernos a las mil maravillas! No nos deje de avisar de cada logro y paso que vaya a dar.

      »¡Charles! Ya puedes pasar; brindaremos con la doctora y luego disfrutaremos de una muy agradable cena –dijo, bastante satisfecho, Aaron Bauer.

      Mientras cenaban Esperanza aprovechó para dar rienda suelta a los temas que había investigado previamente.

      –¿Sabían, caballeros, que los antiguos egipcios extraían el peridoto u olivino, esto es, los cristales verdes, de una isla del Mar Rojo llamada Zabargad? Ellos llamaban la «Joya del Sol». Su relajante color verde amarillento hace que sea una gema muy apreciada. Cleopatra tenía especial predilección por estos cristales como joyas.

      »El peridoto u olivino también es mencionado en la Biblia con el nombre hebreo ‘Pitdah’, y estas gemas eran usadas en los petos de los sacerdotes levitas. Los templarios las trajeron a Europa y hasta Napoleón le regaló una grande a Josefina. En Rusia también se encuentran entre las joyas de los palacios. Algunos de estos peridotos u olivinos son de origen meteórico. Los de Rusia por ejemplo son de un meteorito que cayó en 1749 en Siberia. Por eso me interesaría ir a Rusia antes que a Egipto.

      »Volviendo al tema de Egipto, en la cosmogonía de Heliópolis se habla de la Montaña primordial que surgió de Nun, en la que el dios creador Atum se generó a sí mismo y a la divina pareja.

      »En los textos de las pirámides, línea 1587, se hace referencia al dios creador ‘Atum’ como ‘colina’, y se dice que se transformó en una pequeña pirámide, situada en el Annu, lugar donde residía.

      »A esa pirámide primordial la llamaron ‘Piedra Benben’, que podría significar ‘radiante’. Era una piedra sagrada venerada en el Templo Solar de Heliópolis, sobre la ‘colina de arena’, que era el templo donde el dios primordial se manifestaba, y adonde llegaban los primeros rayos de sol al amanecer. El mismo culto se celebraba en Napata y en el oasis de Siwa, donde la piedra era cónica y se la comparaba con el ombligo.

      »La ‘Piedra Benben’ fue modelo de referencia de muchas estructuras arquitectónicas como los obeliscos, los piramidiones y las pirámides. La forma original cónica se fue transformando más tarde por requerimientos funcionales y arquitectónicos en una pequeña pirámide de base cuadrangular, cuya cúspide estaba recubierta por una lámina de oro y plata.

      »Existe otro mito vinculado que es el del Ave Bennu, que vendría a ser la mítica y fabulosa Ave Fénix. Se decía que esta ave se posaba en el Templo de Heliópolis sobre la Piedra Benben.

      »En un texto tebano del dios Jonsu se hacía referencia a la ‘Piedra Benben’ como la primera colina, que se formó de las gotas del semen de Atum, que cayeron en el océano primordial y se solidificaron formando el primer túmulo de tierra que contenía dentro de sí el espíritu del dios.

      »Hay investigadores que han relacionado la Piedra Benben con un meteorito de composición ferrosa (siderita) que cayó en tiempos prehistóricos y que simboliza la Creación, que se renueva y recicla.

      »La Piedra Benben también era llamada la ‘Piedra del Destino’, y tenía la capacidad de iluminar a la persona que llegaba hasta ella con mente y corazón abiertos, despertando potenciales místicos.

      »¡Señores! Considero que la Piedra Benben y el cristal verde peridoto u olivino son una misma cosa vinculada a la regeneración de la vida en este planeta. Y después de que las retiraran de las cúspides de las pirámides se las veneró en diversos puntos.

      –¡Muy interesante, doctora! –dijo Weishaupt, ya más relajado.

      –¡Muy ilustrativo, diría yo! Nunca deja de sorprendernos con su sapiencia –comentó Bauer.

      »Aprovecho la oportunidad para decirle que necesitamos que lleve el cristal verde con usted en su viaje. Puede mandarlo a Egipto al hotel donde se va a alojar. Y que localice los tres restantes para que estén todos cuando nos juntemos con usted ante el portal, una vez que lo haya localizado.

      –¿Nos ha entendido, doctora Esperanza Gracia?

      –¡Claramente, señores!

      –¡Ahora pongamos fecha para su viaje y manos a la obra!

      »Viajará a Roma desde Nueva York dentro de dos días. Alójese en el Marriot de Nueva York y mañana mismo por la tarde recibirá en el hotel un maletín con dinero en efectivo y tarjetas de crédito con disponibilidad ilimitada. Y anote este teléfono de una agencia de viajes para que le facilite los pasajes en primera clase que necesite, adonde los necesite,

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