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puede considerar la estructura del juego de contraataque o ataque súbito, realizado de inmediato al recuperar el balón del adversario desorganizado y que no tiene tiempo de organizarse ni puede decidir cómo volver a jugar al ataque.

      En todo proceso de aprendizaje procuraremos realizar ejercicios sencillos de asimilación y de aplicación de nivel básico. A veces se presentan algunos ejercicios de análisis (como propuesta para progresar en el juego global competitivo) sin menoscabar la presentación de la teoría con la práctica del contraataque establecido, procurando que se entienda el concepto y se aplique según las posibilidades de cada grupo de trabajo, de acuerdo con el objetivo del partido, puesto al alcance competitivo de todos los participantes, y teniendo en cuenta sus cualidades físicas y su óptima preparación para el mundo futbolístico del ataque o contraataque.

       Primera parte

      Todo entrenador que se precie tiene en su mente la elaboración de un sistema de juego cuyo resultado le sea beneficioso. Este sistema se asienta tanto en su evolución y capacidad creativa como en la percepción de cada uno de los componentes que lo integran; por lo tanto, ha de definir bien cada una de las líneas y los hombres que las integran para poder estructurar el esquema final del juego individual y colectivo con la idea de incrementar el resultado. Entonces, nos preguntamos: ¿debemos saber de qué líneas hablamos y de qué tipo de juego elaboramos mejor para incrementar el resultado? ¿El tiempo de juego del sistema se identifica más por el juego de ataque o por el juego del contraataque? ¿Sabemos cómo elaborar y estructurar una línea y quiénes la componen? ¿Y puede haber un único jugador para integrarla? ¿Qué estrategias se han de indicar a quien se inicia y perfecciona su juego? Y si es así, ha de tener su explicación teórica y práctica.

      De este modo, en esta primera parte procuraremos desarrollar estratagemas que se plantean como situaciones límite que conviene recalcar y plasmar de forma progresiva en su desarrollo para ver si mejora el rendimiento del equipo.

      No es habitual que el guardameta abandone su portería y su área, recorra noventa metros y se plante en el área adversaria para ayudar a finalizar el juego colectivo. Ante esta situación, si el adversario recupera el balón, entonces es cuando se puede presenciar una de las situaciones límite a que aludimos con el contraataque (1 contra 0, 2 contra 0 y 3 contra 0). Se observa con frecuencia que el entrenador desde el banquillo solicita al guardameta —que está libre de marcaje— que se incorpore en apoyo de sus compañeros en una falta o saque de esquina cuando el tiempo de juego está a punto de finalizar y el resultado es adverso. Si logra el objetivo deseado, es motivo de celebración; pero, si no lo consigue, sabe que el contraataque del adversario será inmediato y muy difícil de atajar debido a esa peculiar disposición desequilibrada del sistema, la arbitrariedad posicional y los desajustes técnico-tácticos y estratégicos tanto individuales como co-lectivos de que dispone el rival directo para beneficio propio al contraatacar o atacar según cómo se apodere del balón y de la iniciativa del juego.

      Por ello, esta obra empieza con estas situaciones límite que todo jugador ha de analizar y percibir para la elaboración de respuestas ofensivas y defensivas, y que debe entrenar a fondo. Así, ¿se debe entrenar y analizar al ofensor lejos de adversarios y de la portería para que finalice? ¿Se han de situar obstáculos de ángulo de visión de la línea de portería adversaria para que logre su objetivo de obtener el gol? ¿Se ha de saber distinguir si el obstáculo más inmediato al poseedor del balón es un jugador de campo o el guardameta? ¿Hemos de canalizar y distribuir las funciones a sus respuestas diversas, individuales y colectivas, sean ofensivas o contraofensivas? De este análisis dependerá la correcta progresión en el juego. Esta debe ser nuestra prioridad, así como canalizar su representación gráfica en la ubicación del balón en el terreno de juego y del adversario directo con el fin de ir desgajando los aspectos técnicos y tácticos determinantes del juego. A cada respuesta que realice el portador del balón, el adversario directo debe responder con su oposición táctica o técnicamente, de modo que cualquier planteamiento teórico o práctico diseñado para el 1 contra 1, 2 contra 1, 1 contra 2 y hasta llegar al 3 contra 3, tanto para uno como para otro equipo, ha de quedar así reflejado para llevar a cabo cualquier contraataque. El análisis de los resultados obtenidos en defensa u ofensivamente (ataque y contraataque) y de sus variantes servirá al jugador u hombre principal de cada línea (portero, libre, central, lateral, pivote o punta), individualmente y colectivamente, para encadenar la estructura de las diversas líneas que integren un sistema de juego equilibrado y definido. De este análisis y de su valoración depende el resultado de los ejercicios elaborados en el entrenamiento programado del fútbol competitivo.

       La ficha y su contenido

      Es importante recoger información del entrenamiento físico, técnico, táctico y estratégico diario para cotejar y ver su evolución durante la temporada de un equipo. La ficha es una herramienta ideal para ello. Por lo tanto, hemos diseñado un modelo de ficha útil y sencillo, donde se exponen los objetivos y se describe la ejercitación que el entrenador o seleccionador se plantee como prioritaria para su correcto desarrollo, que sirva para valorar luego el rendimiento de los jugadores cuantificando su volumen e intensidad (repeticiones, series, intervalo o pausa). En esta ficha también se recogen otros datos, como el grado de dificultad del ejercicio, el número de jugadores participantes, el material necesario para su ejecución y el espacio imprescindible, adecuado a su capacitación, para realizarlo de forma correcta. El control de cada ejercicio o gráfico planteado es fundamental y permite constatar las mejoras o no de los objetivos expuestos aquí con el juego de defensa, ataque y contraataque, ajustándose toda práctica a los sistemas de juego actuales.

       CAPÍTULO

      En la actualidad ha ido cobrando importancia que el rendimiento del jugador individual no prime sobre el rendimiento del juego colectivo, y así cualquier técnico que recoja datos del juego deberá saber cómo ha de adaptarse el individuo al equipo para que rindan ambos. Luego, deberá sopesar estos datos e integrarlos en el entrenamiento programado del sistema elegido por el equipo técnico. Solo así los resultados pueden ser satisfactorios. El contraataque no puede ser menos. Es posible desarrollar puntualmente un contraataque por un jugador, como mínimo; pero la creencia habitual es que para realizarlo con reiteración y eficacia no se requiere que participen todos los jugadores pero sí algunos, según sean sus funciones y posiciones en el sistema de juego.

      Este tipo de funciones, que lleva a cabo sobre todo el jugador más cercano al balón según el sistema de juego defensivo, obliga al resto de componentes del equipo a situarse en sus posiciones para desarrollar los conceptos tácticos defensivos con el fin de recuperar el balón con precisión en el lugar que nos interese, que es la razón por la cual se ha diseñado y he entrenado el contraataque. Y una vez que el equipo tenga la posesión del balón, son los conceptos tácticos ofensivos los que se plantean, aunque existe siempre la posibilidad de intervención del rival y que sus respuestas defensivas alteren la secuencia correcta de las acciones ofensivas. Estas acciones (desmarques, apoyos, profundidad, desdoblamiento, creación de espacio, rotación o basculación), pese a estar ensayadas, deben ejecutarse en un mínimo tiempo para que se conviertan en una “contra” con éxito. Además, por supuesto, tendremos que analizar cada una de las respuestas al sistema de juego rival. Tras estas consideraciones, podremos adaptar los ejercicios o tareas de acuerdo con los objetivos establecidos en el análisis de los principios tácticos y los conceptos técnicos desplegados en el juego colectivo en el campo futbolístico; así, se deberá:

      • Adaptar la técnica defensiva individual o colectiva.

      • Aplicar la táctica defensiva individual o colectiva según el sistema de juego elegido

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