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del rodado. El original 20 deja la raya escasa y el 49 sobrada.

      Todas las gráfilas son simples, excepto esas intermedias de 19, dobles. Las de 17 están muy perfiladas. En la parte superior de la orla 51 hay trazas de dos arcos, quizá ensayos o titubeos de compás o plantilla.

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      Las cruces campales se asemejan mucho a M-V, pero con los brazos más finos y sin inscribir otra. Gonzalo Martínez asume los bullones braquiales de Pascasio y, en 49 y 51, les añade un cabillo que ignoran las copias 52 y 53.27 En 49 ensaya un arito en cada vértice.

      Más desentona 20, que, a partir de un solo bodoque aplastado en cada brazo, agiganta el patado. Y solo aquí recupera Gonzalo el festón lobulado junto a la gráfila que habían empleado él mismo en 9 y su colega Juan de Haza en 4 (sospechoso) y 12. Agotado el campo, pone como asta, ya en plena orla, un triángulo invertido de cuyo vértice arranca la raya que parte ambas orlas. Las de las copias 52 y 53 están un poco desplazadas hacia abajo (no así la del original 51 que reproducen), pero sin llegar al extremo de M-XX.

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      La leyenda principal, que falta en la inacabada 49, sigue la disposición habitual. 51 añade al final del texto una F entre puntos altos28 que podría resolverse como fecit, tomando el polisémico verbo en el sentido de otorgó, pues todo muestra la mano de Gonzalo. Se trata de una singularidad ajena por completo a cualquier otra rueda de Fernando III o sus antecesores.

      Las características gráficas no discrepan de las ya expuestas para Gonzalo Martínez en M-I: signum con U, nexos aN en Ferrandi (17, 20 y 51)29 y ON en Legionis (20), abreviación yuguiforme montada (17, 19 y 20) y escritura completa de et sin asomo de nota tironiana. En 51, la I de Toleti va encerrada en la segunda T, cuya base hubo que modificar y prescindir de la habitual duplicación del trazo vertical; las copias 52 y 53 lo imitan, pero dejan una T normal y reducen la I. Solo interpunge los finales apilando aritos: dos punteados en 17, tres en 19 y punto en 20; nada en 51 y sus copias.

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      La vacante de mayordomo entre octubre de 1231 y febrero de 1232 determinó que Gonzalo Martínez distribuyera en 20 la ratificación del alférez por todo el anillo prolongando las eses de Lupus y rregis y la t de confirmat y dejando amplios huecos entre palabra y palabra. Igual que en M-I, sigue sin tratar de domini al rey en los casos de confirmación del mayordomo.

      Pablo Sánchez es el autor de 21 y, probablemente, del mutilado 22, que no conserva la cláusula corroborativa, así como de 23, reproducción poco fiel.30 Su aspecto es muy parecido a M-V, salvo por su menor tamaño, amenguar el patado de la cruz campal y limitar las abreviaturas de la leyenda principal a la nota tironiana.

      Miden entre 68 y 69 mm Ø, y las dos orlas tienen pareja anchura en los originales (32-29 y 30-31 % Ø), mientras que la exterior se dilata en la copia (20-28 %). Las gráfilas son sencillas, muy finas las de 22 y 23.

      No hay otra diferencia apreciable entre las cruces de Pascasio de Soria y Pablo Sánchez salvo que las del segundo apenas abocinan los brazos, mientras que las del primero son claramente patadas; de ahí la atribución a Pablo del deteriorado 22. El facsímil 23 la hace latina y prescinde de adornos extremos y del asta.31

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      Todas las orlas son continuas. Las únicas novedades de la leyenda están en la copia 23, que, en vez de hacerlo abajo, desplaza el arranque a sudoeste; la encabeza sigillum32 (con U, igual que el signum de los originales) y prescinde del et habitual entre Legionis y Gallecie. No hay nexos ni más abreviaturas que la nota tironiana: 21 solo en el primer et, solución presumible en 22, que ha perdido ese fragmento, y en el único de 23. Idénticas interpunciones a M-V, que, en 23, se omiten entre et y Toleti. También en 23 vemos sendos circunflejos sobre las íes de sigillum, al otro lado de la gráfila, dentro ya del campo.

      La leyenda secundaria sigue sin mayordomo y extiende a todo el aro la fórmula del alférez, como en 20 de Gonzalo Martínez (M-VI).33 Los originales consiguen cerrar el anillo alargando las letras finales de Lupus, alferiz, rregis y confirmat, y 21 añade un garabato. La copia 23 opta por dejar amplios huecos entre palabras, sobre todo en la mitad izquierda.

      Los originales 25, 26, 28, 29, 32, 40, 43 y 59 son obra de Pedro Martínez de Aguilar, y muy probablemente, aunque sus corroborativas lo ignoren, 24, 27, 31 y 37; eran suyos, además, los que sirvieron de base a las copias coetáneas 4834 y 6035 (sacada de 59).

      El tamaño va de 43 a 88 mm Ø, y su única orla ocupa entre el 40 y el 55 % Ø (en 31, 32 y 37 se dispara hasta el 73, 68 y 63 %; en la copia 60 baja al 24 %), circuye todo la leyenda de mayordomo y alférez; 24 incorpora una fimbria en el borde del signo. Todas las gráfilas son simples; 27, 31, 37 y 48 tienen sutiles desajustes, y en 25 son muy irregulares y excéntricas, como hechas a ojo;36 las de la copia 60 también parecen de mano alzada, pero con mucha mayor precisión.

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      Las cruces son de dos tipos:

      — Patadas que agotan el campo (24, 25, 31, 37, 40, 43, 59 y 60); 27 y la copia 48 acortan algo los brazos y los dotan de largas potenzas rectas que tocan la gráfila.

      — También patadas, pero permitiendo unos remates con potenzas undosas de centro angulado (26, 28, 29 y 32); carecen de asta. Suelen inscribir otra cruz hueca, de brazos rectos (26) o en forma de báculo (28 y 29); 32 es maciza, quizá por su reducido tamaño.

      Un modelo y otro pueden llevar anillo central (24, 25, 26, 28 y 29).

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      La orla es continua, salvo en 28, dividida mediante rayas finas onduladas en nueve sectores irregulares, cada uno de los cuales contiene una palabra. El texto, amoldado a costumbre, prescinde de nexos o notas tironianas. Sí son corrientes las interpunciones, encabalgando entre cinco y once puntos tras cada palabra en 24, 25, 26, 27, 29, 32, 48, 59 y 60, y limitadas a un punto final en 31, 37, 40 y 43; huelgan en 28. Hay letras encajadas en 25, 27, 31, 37, 43, 48 y 59. Signum se escribe siempre con U.

      El 29 de junio de 1236, Fernando III había tomado posesión de Córdoba,37 que entra a la intitulación en el siguiente documento registrado por Julio González, la copia de un privilegio del 20 de julio: ego Ferrandus, Dei gratia rex Castelle et Toleti, Legionis et Gallecie et Cordube;38 dentro del signo rodado no lo detecta hasta el 9 de septiembre, en el primer original posterior a la conquista.39 Aquí figura por primera vez en dos diplomas de la siguiente Nochebuena: 58 de M-XVIII y este 59 (y en su copia 60). Los tres cuentan con un tercer et antes de Córdoba, como la intitulación, y abrevian el topónimo: signum Ferrandi regis Castelle et Toleti, Legionis et Gallecie et Cord(ube), y 59 contrae Gall(eci)e.

      La confirmación exterior se anilla abrochada. 28 sobrealarga el travesaño de la N del segundo confirmat.

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      Distinto es el caso de la copia 60, cuya ratificación de mayordomo y alférez ocupa los flancos para no solapar arriba y abajo los renglones del privilegio, que llegan a ras de la gráfila, a diferencia de lo hecho en 17, 20 y 45, donde rueda y texto se imbrican.

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      En

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