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que parece explotar en la canasta. Sus dos siguientes pasos son grandes y le permiten elevarse bien. Suele acabar con un mate.

      Sin embargo, no es la longitud de sus pasos ni la altura de sus saltos lo que diferencia a Wade en su juego de pies cuando tiene el balón. Su enorme fuerza al dirigirse al aro está en su capacidad para cambiar de dirección y de ritmo como si corriera hacia atrás. El mejor término que se nos podría ocurrir para describir su juego es ritmo explosivo.

      Ejercicios para el juego de pies

      ¿Recuerdas cuando tuviste que aprenderte las tablas de multiplicar? No era muy divertido, ¿verdad? Pero pronto sí comenzó a ser entretenido poder resolver complejos problemas matemáticos. No podemos olvidar que el haber memorizado las tablas nos ayudó a resolver los problemas más complejos.

      Nada puede sustituir a los ejercicios y las repeticiones cuando se trata de aprender los juegos de pies. Una mejora significativa suele requerir muchísimas repeticiones de la misma maniobra. El jugador tiene que tener fe. El entrenador tiene que prestar atención a los detalles y ser paciente, además de animar al jugador para que siga adelante y sepa que el esfuerzo merece la pena.

      Parada en un tiempo y pivote de reverso

      El jugador comienza justo bajo la línea de fondo, donde se juntan la línea de la zona y la línea de fondo. Cuando el entrenador lo ordene, el jugador corre por el área hacia la intersección de la del vértice de tiro libre (ver figura 3.7). En ese punto, el jugador hace una parada en un tiempo manteniendo el equilibrio adecuado. A la siguiente orden del entrenador, el jugador hace un pivote de reverso para ponerse de cara a la línea de fondo (ver figura 3.8a). Al hacer el pivote, el jugador tiene que mantener bajo el centro de gravedad con las rodillas flexionadas, la espalda recta, la barbilla elevada, las manos un poco más arriba de la cintura y los pies algo más separados que los hombros. A la última orden del entrenador, el jugador corre hacia el punto inicial; justo antes de llegar a la línea de fondo, cambia el ritmo y la dirección cortando explosivamente por la zona (ver figura 3.8b). Este ejercicio funciona mejor cuando lo realizan varios jugadores; inmediatamente después de que el primer jugador realice el corte, el entrenador puede ordenar al siguiente jugador que empiece.

      Figura 3.7. El jugador corre por el área y hace una parada en un tiempo en el vértice de la botella.

      Figura 3.8. (a) En el vértice de la botella, la jugadora hace un pivote de reverso hacia la línea de fondo. (b) La jugadora vuelve a la línea de fondo y hace un corte cambiando el ritmo y la dirección.

      Parada en un tiempo y pivote anterior

      En competición, el pivote de reverso suele emplearse cuando el ataque hacia la canasta es el principal movimiento. Por el contrario, el pivote anterior se utiliza cuando el jugador ve que puede hacer un tiro en suspensión inmediato. Por lo tanto, en el ejercicio anterior, cuando los jugadores hacen pivotes de reverso, tienen que mantenerse agachados con la pelota agarrada para prepararse a entrar a canasta. En este ejercicio, el procedimiento es el mismo que en el anterior, pero cuando se hace el pivote anterior, el jugador comienza a subir el balón para el tiro en suspensión. El pivote anterior se realiza alejando el pie que no pivota del defensor.

      Giro para la parada en un tiempo

      El jugador puede comenzar desde cualquier parte de la cancha. Coge el balón y adopta una posición baja y equilibrada, como si se estuviera preparando para un movimiento de poste bajo. El entrenador juega detrás del jugador y se apoya contra su espalda, ligeramente hacia uno de los dos lados. El jugador se apoya hacia atrás para mantener el equilibrio y gira inmediatamente, botando el balón con la mano apropiada; el jugador realiza una parada en un tiempo y, de nuevo, adopta una posición equilibrada (ver figura 3.9).

      Figura 3.9. El jugador hace un movimiento de giro y recupera el equilibrio.

      El entrenador inmediatamente vuelve a hacer presión contra la espalda del jugador, ligeramente hacia uno de los dos lados. El jugador reacciona y gira igual que antes. La secuencia se repite para que el jugador aprenda a leer la defensa más rápidamente, major la velocidad de su movimiento de giro y aprenda a recuperar antes el equilibrio.

      Conclusión

      Mantener el control cuando se juega dentro de la zona depende de un buen juego de pies. Con “buen juego de pies” nos referimos a un juego de pies que permita al jugador moverse de forma efectiva en cualquier dirección sin pensarlo. Al igual que el equilibrio, el juego de pies se desarrolla con la práctica repetida y ejercicios con ambos pies hasta que el juego de pies se aplique a todas las acciones interiores del baloncesto.

      Por lo tanto, el juego de pies ha de ser parte fundamental del programa de entrenamiento. El entrenador ha de dar importancia al juego de pies adecuado y corregir lo que sea necesario. Este capítulo sólo presenta las bases del juego de pies. A medida que vayamos progresando en las recepciones, los movimientos en el perímetro y la ejecución de los movimientos del pívot, el juego de pies se irá integrando en las acciones reales del baloncesto y, por lo tanto, será más complejo. Los fundamentos descritos en este capítulo no son suficientes para asegurar que un juego avanzado de pies se ejecute correctamente. Las repeticiones de toda la temporada y la retroalimentación detallada del entrenador ayudarán a los jugadores a desarrollar esta habilidad. El fruto de este trabajo se obtendrá al final de la temporada, y después, los jugadores tendrán menos probabilidades de cometer pasos y podrán actuar más rápidamente.

      Todos hemos visto alguna vez a un jugador de baloncesto perder el balón en una competición. Por ejemplo, un jugador alto recibe el balón a tres metros de la canasta y acaba haciendo pasos porque nunca se ha visto en esa situación. O piensa en sobrepasar al defensor y penetrar. El que tiene el balón lo ha recuperado y se ve de cara a todos los defen-sores de camino a la otra canasta para finalizar una entrada. Desde ese punto de vista, es como un ejercicio de entradas en dos líneas que se hace todos los días en los calentamientos. Fácil, ¿verdad? El jugador no se mueve en línea recta hacia la canasta, coge el último bote mien-tras pisa con el pie que lo levantará del suelo, da uno o dos pasos más y realiza la entrada. Pero puede que llegue alguien a fastidiarlo todo cuando se realizan estos mecanismos tan sencillos. Durante las entradas anteriores al partido, los jugadores corren a velocidad baja o media y no hay defensa. Cuando un defensor los alcanza, los jugadores con poca experiencia suelen moverse a velocidades que sobrepasan sus capacidades. ¿Qué ocurre? Los movimientos de las manos que botan y los pies que corren pierden coordinación y sincronización, el balón comienza a descontrolarse y el jugador pierde el equilibrio. Esto suele provocar que el jugador pierda el balón, tropiece o intente hacer una entrada poco ortodoxa. Cuando un jugador se mueve tan rápido que pierde el control, ha excedido su velocidad de acción personal.

      Se observan muchos ejemplos de jugadores que sobrepasan sus velocidades de acción durante los partidos de baloncesto de formación, sobre todo si un equipo está presionando en toda la cancha. En estos partidos, la acción suele consistir en que un jugador bota, otro le roba el balón y corre hacia el otro extremo, sólo para que otro jugador le dé un manotazo al balón por su lado ciego. Después otro jugador recoge el balón y corre hacia el otro lado, y así continúa el círculo.

      La capacidad para maniobrar con control a gran velocidad es necesaria para todos los jugadores. En algunos programas de baloncesto, es algo imperativo. Algunos entrenadores crean partidos con ritmo rápido

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