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como seres humanos, no lo sabemos todo y que una de las razones por las que estamos aquí es buscar las respuestas a ciertas preguntas, incluidas aquellas que parecen imposibles de responder. La religión es una de las formas en que muchas personas dan salida a sus inquietudes espirituales, pero no es la única.

      Encontrar el propio camino

      La espiritualidad se puede recorrer a través de múltiples senderos. Quienes optan por la brujería verde suelen sentir una fuerte conexión con el mundo natural. Es posible que se sientan más en paz en un bosque o junto a un cuerpo hídrico, tal vez disfruten cuidando un jardín o quizá se consideren amantes de los animales o ambientalistas. Estas personas entienden que están profundamente conectadas a la tierra sobre la que caminan y que todo lo que ven también lo está. El camino de la brujería verde puede atraer de un millón de formas diferentes a los individuos que tienen inclinaciones espirituales, si están a la escucha y atentos a recibir la invitación. Esta invitación puede ser una caída de hojas mientras están meditando, la aparición de alguna hierba medicinal sorprendente en su jardín, el susurro de sonidos mágicos del viento al pasar entre las hojas… El mundo natural nos habla de maneras que son a la vez sutiles y contundentes.

      Si sientes curiosidad por la brujería verde o te estás iniciando en ella, tienes abundantes recursos a tu disposición. En Internet hay muchísima información, y tal vez encuentres libros como este en una biblioteca o librería de tu localidad. Y hay tiendas esotéricas que ofrecen clases y espacios de encuentro para quienes se hallan en un mismo camino espiritual. Para aquellos que prefieren aprender por su cuenta, el mundo natural dispone de todas las herramientas y materiales necesarios para impartir sanación y generar magia a partir de las propias investigaciones y la propia intuición. Una vez que te hayas decidido a seguir el camino de la bruja verde, una lujosa alfombra de este color se desplegará ante tus pies.

      La brujería verde

       a lo largo de las épocas

      Bruja es una palabra que contiene una gran carga. A lo largo de los siglos, las personas que se referían a sí mismas como brujas o brujos, e incluso algunas que no lo hacían, fueron juzgadas y ejecutadas como blasfemas y herejes. No es de extrañar que muchas optaran por otros nombres, como comadrona, mujer u hombre sabia(o), curandera(o), herborista, chamana o chamán, boticaria(o) o mujer u hombre medicina. En algunos lugares y épocas, ni siquiera había una palabra equivalente a bruja o brujo, porque lo que actualmente llamamos magia popular no era más que una práctica doméstica habitual. Quienes vivían con la «brujería» incorporada a su vida eran los antepasados espirituales e históricos de la bruja verde moderna. Aunque este tipo de prácticas eran muy distintas según los lugares, todas esas curanderas y curanderos estudiaban las plantas y los alimentos locales y sus efectos en el cuerpo, la mente y el alma, y a menudo se les podía pedir consejo espiritual. Al aprender sobre estos antepasados, las brujas verdes se hacen una idea del lugar que ocupan en un linaje ancestral que ha aprovechado el poder de la tierra para sanar el cuerpo, la mente y el alma. Hoy en día, las vías más similares a la brujería verde son la brujería de cocina y la brujería de cerco (ver glosario). Las tres tienen en común la conexión con la tierra y el hecho de que se enfocan en usar elementos del mundo natural para promover la sanación. Mientras que las brujas verdes son las más conectadas con las plantas, las brujas de cocina incorporan a su práctica cualquier elemento disponible en el hogar y las brujas de cerco pueden incorporar los viajes oníricos y astrales en su arsenal de herramientas.

      Aunque la brujería y la ciencia pueden parecer opuestas, muchas personas que están en el camino verde han descubierto que la tecnología constituye, para ellas, un recurso excelente para ponerse en contacto con el mundo natural. Puedes utilizar herramientas tecnológicas para llevar un diario de tu trabajo con las plantas, identificar la flora y la fauna salvajes, y acceder con un simple clic a una información que te habría llevado años recopilar. Y la tecnología ecológica, como la que produce energía solar y eólica, puede conectarte con la energía de la tierra mientras trabajas para proteger el medioambiente. Esto, para mí, es magia.

      Actos de magia

      La magia es el arte de generar el cambio en uno mismo y en la propia vida a través de actos de intención y a través de la conexión espiritual con todos los elementos naturales y sobrenaturales. Esta magia no es ilusionismo. Su objetivo no es engañar a nadie, sino proporcionar otra forma de ver el mundo.

      La magia consiste en aprovechar la energía natural que está a nuestro alrededor y en nuestro interior. Con este tipo de energía, la magia no proporciona electricidad a nuestros hogares, sino que potencia nuestros sueños y aspiraciones. Es la energía de la imaginación, la inspiración y la intuición. Esta energía no pasa por cables ni por los filamentos de las bombillas, sino que la hacemos pasar por nuestras manos, nuestra mente y nuestro corazón cuando lanzamos hechizos.

      Si prestaste atención en la clase de ciencias, sabes que todo lo que existe está hecho de energía, y que esta nunca se puede crear o destruir; solo se puede reciclar. Cuando hacemos magia, estamos redirigiendo la energía disponible para un propósito específico; la estamos reciclando, de alguna forma. A veces, los hechizos no funcionan porque la energía necesaria no estaba disponible. Este es el sentido de los sacrificios: al ofrecer algo, estamos haciendo que su energía pase a estar disponible, y cuanta más energía invertimos, más recuperamos. Dado que nuestros pensamientos, palabras, sentimientos y actos son energía, un sacrificio que podemos ofrecer es una canción o un baile. Y como la materia está hecha de energía, alguna comida que hayas preparado, ciertas hierbas que hayas recolectado o cultivado, o incluso una barra de incienso que hayas encendido, pueden constituir sacrificios. Aunque estos actos puedan parecer triviales, la intención puede convertirlos en herramientas de la práctica mágica.

      Encontrar la armonía a través de la brujería verde

      Si estás leyendo este libro, es probable que ya sientas una fuerte conexión con la naturaleza. La práctica de la brujería verde consiste en crear una relación armoniosa con la tierra y, por tanto, con todas las criaturas con las que compartimos este planeta. Todos los seres humanos mantenemos algún tipo de relación con la tierra, porque la necesitamos para sobrevivir, pero en una relación saludable y armoniosa, ambas partes dan y reciben por igual; es decir, las dos prestan apoyo y, por consiguiente, lo reciben: no solo están muy cerca, sino que cada una constituye una parte fundamental de la vida de la otra. Cuando vivimos en armonía con la tierra, por un lado esta nos apoya, nos ayuda y nos necesita, y por otro, nosotros, los humanos, la necesitamos, ayudamos y apoyamos.

      Esta relación con la tierra hace que ir por el camino verde sea una experiencia inigualable, puesto que las personas que lo recorremos estamos siempre conectadas a la energía del mundo natural. No es necesario vivir en una cabaña en medio de un bosque denso para cultivar esta relación. Cuando aprendemos a vivir en armonía con la tierra, cada espacio se convierte en un lugar sagrado. Tanto si vives en un apartamento con un pequeño balcón en una jungla de asfalto como si vives en una gran reserva natural, la tierra está ahí para ti. En un mundo en el que a veces es difícil obtener el equilibrio, encontrar la armonía con la tierra ofrece una base para la sanación y la magia.

      Dado

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