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a las cerezas o las manzanas silvestres), trababa amistad con los animales del vecindario y criaba renacuajos hasta que se convertían en ranas en una vieja bañera con patas que había en el patio trasero. Vivía en el centro de la capital de la automoción de Canadá y me tumbaba en el pasto, y mientras veía pasar los autobuses de la ciudad, soñaba con el día en que estuviera capacitada para conducir mi propia «carroza de diosa adolescente» hasta la escuela. Explico esto porque existe el mito de que todo aquel que ama la tierra o conecta con ella vive en una granja o en medio del bosque, pero no es cierto. Cualquiera puede cultivar una relación con la tierra, sin que sea relevante en qué parte de ella se encuentre en ese momento.

      Una de las primeras cosas que aprendí sobre la verdadera hechicería fue que es un camino para quienes quieren vivir en armonía con la tierra –aquellos que desean cultivar y cosechar plantas para obrar magia y con propósitos medicinales, y para mostrar respeto al espíritu de los árboles, los animales e incluso las rocas que los rodean–. Supe de inmediato que ese camino era el mío.

      Si has llegado hasta este libro, imagino que has sentido la misma llamada de la tierra: la de reducir la velocidad y escuchar lo que tiene que enseñarte. Tal vez siempre has tenido un gran talento natural para el cuidado de las plantas, o siempre has querido aprender a usar la medicina natural, o tal vez te has dado cuenta hace poco de que necesitas establecer una conexión espiritual más significativa con la tierra.

      Brujería verde es una guía para que puedas establecer una relación con todos los elementos naturales y sobrenaturales y aprovechar esta energía para canalizarla en tu vida diaria. Los usos medicinales y las connotaciones místicas de muchas de las plantas, flores, piedras y otros elementos que encontrarás en este libro se remontan a épocas antiguas, pero todos los ejercicios están concebidos para ser de utilidad en el mundo moderno.

       1parte

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      La tradición de la brujería verde

      La brujería verde es una práctica y un estilo de vida. Es también una forma de relacionarte íntimamente con la tierra. La tierra te sostiene, te provee y te cura, y tú respondes de la misma manera. Cuanto más te esmeras en tu relación con la tierra, más sacas de ella. Al estudiar y trabajar con elementos naturales –como las plantas, el clima y los cristales– y con el cosmos, las brujas sintonizan con los ciclos del crecimiento, la evolución, la armonía, la vida y la muerte. La sabiduría de la tierra es infinita, y también lo es el proceso de aprendizaje en el que se deleitan las brujas.

      Si te ocupas de investigar sobre la brujería, es posible que encuentres información sobre tradiciones establecidas o incluso religiones que incorporan la práctica en su sistema de creencias. La religión basada en la brujería más popular es la wicca, y hablo de ella un poco más adelante, en el apartado «Espiritualidad y brujería». Sin embargo, en sí misma, la práctica de la brujería verde no es una religión. Es un camino abierto a personas de todas las religiones y culturas. La puedes compatibilizar con cualquier religión de tu elección, o puede constituir toda tu práctica espiritual.

      Si aún no estás segura de si la brujería verde es para ti porque tu aspecto no se corresponde con la imagen de la bruja típica que tienes en la cabeza, no hagas caso de esta imagen, porque la verdad es que cualquiera puede ser una bruja. Sé que la palabra bruja contiene mucha carga y es posible que incluso te asuste, así que disipemos algunos de los mitos y conceptos erróneos sobre las brujas verdes.

       «Me gusta vivir en la ciudad, trabajar en un edificio de oficinas, maquillarme y llevar tacones altos o traje». El ámbito de la brujería ha cambiado mucho desde los tiempos de Hansel y Gretel, en que las brujas habitaban en bosques profundos y oscuros. Actualmente, personas de todos los ámbitos de la vida, de todos los orígenes y con todo tipo de intereses se han implicado con la brujería y la magia, porque estas conforman un camino espiritual que les permite establecer las reglas de su propia vida.

       «Creo en la ciencia y la medicina occidental». Creer en el poder de la naturaleza y creer en el poder de la humanidad no son dos opciones mutuamente excluyentes. Puedes protegerte tanto con vacunas como con una ramita de ruda colgada sobre la puerta de tu casa.

       «No se me dan nada bien las plantas. Se me mueren todas». Este es un argumento muy habitual. Hay muchas maneras diferentes de trabajar con las plantas, y cultivarlas tú misma es solo una de las posibilidades. Todos tenemos habilidades distintas. Puede que se te mueran todas las plantas que traes a casa, pero quizá realices dibujos hermosísimos de las plantas vivas que encuentras, o tal vez dirijas una organización que trabaja para combatir el cambio climático.

       «Soy una cristiana convencida y me enseñaron que la brujería es maligna». La brujería y la magia no son malignas, y la gran mayoría de las brujas modernas que conoces no son satánicas, ni siquiera anticristianas. Tal vez te sorprenda saber que hay brujas cristianas, como las hay judías, musulmanas y ateas. Si tu religión enriquece tu vida y te proporciona consuelo y una forma mejor de comprender el mundo, no hay ninguna razón para que la abandones, ni debes pensar que la brujería está en contradicción con ella.

       «Solo las mujeres pueden ser brujas». Este es, sin lugar a dudas, el concepto erróneo que más detesto sobre las brujas. ¡También están los brujos! No hay ningún conjunto de reglas que determine quién puede ser una bruja o un brujo, * ni qué aspecto debe tener, cómo tiene que vestirse o cómo debe amar.

      Dado que la brujería verde no es una religión o tradición en sí misma, no hay ningún proceso de iniciación ni ningún organismo rector que puedan situarte en este camino. Lo cual no significa que no haya nadie de quien puedas aprender. Es tan importante comprender los usos cotidianos, la composición química y los ciclos de crecimiento de las plantas y los minerales como lo es entender sus usos mágicos y sus energías. Puedes inscribirte en cursos que enseñan herbología, botánica, geología, medicina tradicional china y agricultura en muchas facultades y universidades de todo el mundo, o puedes aprender de los cuidadores de un huerto ­comunitario local o de un grupo de recolectores de plantas silvestres. Mira el capitulo de Recursos en el que encontrarás material que puede ayudarte a descubrir los secretos mágicos y mundanos de la magia natural.

      La religión occidental más popular que incluye la práctica de la brujería es la wicca, una religión moderna creada en la década de 1940 en Inglaterra por un hombre llamado Gerald Gardner, y que se dio a conocer al público en general en la década de 1950. Muchos de los conceptos y estructuras de las prácticas de las brujas modernas provienen de Gardner y su primer aquelarre.

      La wicca es una religión para personas de mentalidad abierta que defiende puntos de vista positivos sobre la sexualidad y los derechos de la mujer, y está centrada principalmente en la comunión con la tierra y el servicio a esta. En lugar de adorar a un dios, los seguidores de esta religión suelen adorar a un dios y a una diosa, o incluso a muchos dioses y diosas. Desde los inicios de la wicca, la cantidad de personas que la están practicando o que están encontrando su camino espiritual a través de la brujería ha crecido exponencialmente. En la actualidad, la brujería es el movimiento espiritual que se está extendiendo con mayor rapidez en América del Norte.

      La espiritualidad, como la brujería, es un componente fundamental

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