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Una historia popular del fútbol. Mickaël Correia
Читать онлайн.Название Una historia popular del fútbol
Год выпуска 0
isbn 9788416537976
Автор произведения Mickaël Correia
Жанр Сделай Сам
Серия Mecanoclastia
Издательство Bookwire
Por otra parte, el contexto social de los años 1920-1921 se muestra favorable a la emancipación femenina. Aunque en 1918 el parlamento había votado el Representation of the People Act, que autorizaba a las mujeres casadas de más de treinta años a votar, y aunque en 1919 Nancy Astor se convirtió en la primera mujer en formar parte del Parlamento, un soplo reaccionario y patriarcal cruza la sociedad británica. Es verdad que la participación de las obreras en los esfuerzos de guerra ha conseguido que se tambaleen durante un tiempo los cimientos de la rígida división por sexos. Pero la aparición en las metrópolis inglesas del movimiento de las «Flappers», jóvenes libertarias que reivindican la sexualidad libre, los cabellos cortos y el consumo de tabaco y alcohol, genera un verdadero huracán de pánico moral.
En este contexto, el fútbol femenino empieza progresivamente a aparecer como vector de una crisis de identidad de género y como cuestionador del papel procreador asignado a la mujer. A principios de 1921, una carta acusatoria supuestamente dirigida por una mujer a su hermana menor, futbolista, aparece en el Blaydon Courier:
Apelas a la sagrada causa de la caridad. Pero ¿acaso la caridad es lo único sagrado? ¿Es que no existe una hermosa flor llamada modestia? ¿No tienes ningún respeto por tu sexo? Querida y amable Jennie, ¿acaso no sabes que cada vez que entras en los vestuarios y abandonas tu atuendo femenino por una camiseta y un pantalón de fútbol masculino no solamente te deshonras, sino que rebajas tu sexo a los ojos de todos aquellos que tienen un mínimo de decencia?160
En una entrevista publicada el 21 de abril de 1921, el conocido atleta Walter Goodall George declara, a propósito del fútbol femenino: «Tenemos que tener en mente nuestras necesidades futuras en términos de maternidad y, como nación, reflexionar si los esfuerzos físicos inherentes al deporte femenino y asociados a una nueva mentalidad son beneficiosos o perjudiciales. A este respecto tiendo más bien a pensar que es necesario que las altas instancias médicas lleven a cabo una investigación oficial bajo la supervisión del Gobierno».
El retorno al orden patriarcal al que aspiran los hombres pasa pues por un retorno al orden futbolístico, y es la federación inglesa quien lo pita brutalmente el 5 de diciembre de 1921, al prohibir de manera oficial a los clubes afiliados a ella que presten sus terrenos a equipos femeninos, vetándoles también cualquier asistencia técnica o arbitral. Tras haber sancionado duramente al Winchester City FC por haber puesto su estadio a disposición de los equipos femeninos de Plymouth y Seaton, estipula que «el fútbol no está adaptado a las mujeres y nunca se las debería alentar a su práctica».161 Además, la Football Association justifica a medias su decisión apoyándose en acusaciones de malversación del dinero recaudado para obras de caridad. Es probable que los beneficios engendrados por estos partidos hubieran podido aguzar el apetito financiero de los mánager de equipos femeninos. Sin embargo, aunque, como en los albores del fútbol profesional masculino, las jugadoras recibían discretas remuneraciones para compensar la pérdida de sus jornadas de trabajo, los promotores de estos encuentros estaban movidos más por el deseo de desarrollar un fútbol femenino de alta calidad deportiva que por preocupaciones puramente mercantiles.162
Con respecto a la fulminante decisión de la Football Association, el célebre tennisman e impulsor de la educación física Eustace Miles aprueba: «Creo que el fútbol es un juego inadaptado para las mujeres, sobre todo si no han pasado antes por un examen médico […]. Al igual que el físico de una mujer es más redondeado que el de un hombre, sus movimientos deberían ser más curvos y menos angulosos».163 El discurso oficial de la federación de fútbol es retomado asimismo por los directivos de distintos clubes profesionales. Peter McWilliam, entrenador del Tottenham Hotspur FC, dice en las páginas del Hull Daily Mail: «He presenciado uno o dos partidos femeninos que me han convencido de que el juego solo puede tener consecuencias nefastas para las mujeres». Mismo discurso por parte del entrenador del arsenal, Albert Leslie Knighton: «Cualquiera que conozca la naturaleza de las lesiones sufridas por los futbolistas masculinos no puede evitar pensar, viendo jugar a las chicas, que si recibieran golpes y contusiones similares sus futuros deberes de madre quedarían gravemente comprometidos».164 El mensaje político enviado por las autoridades deportivas es diáfano: los estadios de fútbol han de seguir siendo el templo de la masculinidad y el deber de las mujeres es consagrarse a la regeneración de la nación.
Una de las primeras consecuencias directas de esta resolución radical es que un gran número de encuentros femeninos programados para la temporada son anulados por falta de estadios disponibles. Asimismo, de los ciento cincuenta equipos censados a finales de 1921, tan solo una veintena consiguen seguir practicando el fútbol, no sin grandes dificultades, durante los años siguientes.165 Gozando aún de su fama deportiva, las Dick, Kerr Ladies se embarcan en septiembre de 1922 para una gira trasatlántica. Tras una serie de partidos contra escuadras masculinas en Baltimore, Washington y Nueva York, reciben estupefactas la noticia de que los partidos programados en Canadá han sido anulados por decisión de la Federación Canadiense de Fútbol. Desencantadas, las futbolistas regresan a Liverpool el 17 de noviembre de 1922. Un comité de bienvenida oficial, formado por varios ediles regionales, recibe a las jugadoras a su descenso del transatlántico. Sin embargo, los brindis a la gloria del fútbol femenino suenan irremediablemente falsos a los oídos de las Dick, Kerr Ladies. Continúan disputándose algunas competiciones esporádicas, pero los encuentros Francia-Inglaterra de 1922 y 1923 atraen a mucho menos público. Y, de hecho, los diarios nacionales como el Manchester Guardian, el Daily Mail o el Times, que antes anunciaban y reseñaban los distintos partidos, prácticamente dejan de hacer referencia al fútbol femenino a partir de 1922.166
La memoria colectiva del entusiasmo popular británico por el esférico femenino y sus obreras futbolistas decae progresivamente en favor de un fútbol exclusivamente masculino. En 1926 las Dick, Kerr Ladies se ven despojadas hasta de su nombre, después de que su patrocinador industrial se desentienda financieramente del equipo. Se rebautizan como las Preston Ladies, pero la gloriosa escuadra femenina desaparecerá definitivamente en 1965. En cuanto a la resolución del 5 de diciembre de 1921, habrá que esperar cincuenta años exactos para que la Football Association revoque la expulsión de las mujeres del fútbol inglés…
131. Citado en Hesketh Pearson, Oscar Wilde. His life and wit, Harper & Bros., Londres, 1946, p. 147.
132. Claude Boli, Football. Le triomphe du ballon rond, Les Quatre Chemins, París, 2008, p. 123.
133. Jennifer Hargreaves, Sporting females. Critical issues in the history and sociology of women’s sports, Routledge, Londres, 1994, pp. 88-111.
134. Tim Tates, Girls with balls. The secret history of women’s football, John Blake Publishing, Londres, 2013, p. 9.
135. The Manchester Guardian, 22 de junio de 1881.
136. James Walvin, o. cit., p. 69.
137. Kathleen. E. McCrone, Sport and the physical emancipation of English women 1870-1914, Routledge, Londres, 1988, p. 201.
138. Citado en Quel Corps?, n.º 12-13, 1979.
139. James F. Lee, «The lady footballers and the British press, 1895», Critical Survey, vol. 24, n.º 1, 2012.
140. Paisley and Renfrewshire