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o puede ocurrir cuando los grupos armados se enfrentan cerca de zonas habitadas.16 Cualquier “daño colateral” ocasionado por esas confrontaciones constituye violencia indiscriminada, porque los civiles no son los destinatarios intencionales de la misma. Con frecuencia, la violencia que tiene lugar durante una guerra civil es descrita de esa forma por los observadores. En 2008, el New York Times informó que el LRA (Lord’s Resistance Army, o Ejército de Resistencia del Señor) masacró a cientos de personas en el Congo sin motivo alguno (Gettleman 2008). En su Informe Global (Global Overview) de 2009, el Centro de Monitoreo del Desplazamiento Interno –CMDI– (Internal Displacement Monitoring Centre –IDMC–) mencionó que en Yemen “en el apogeo de la contienda en 2008, 130.000 personas supuestamente habían sido desplazadas en el marco de un conflicto que había incluido bombardeos a zonas habitadas por civiles, detenciones arbitrarias, desapariciones forzadas y presunto reclutamiento de menores por parte de todos los bandos” (IDMC 2010). Jason Lyall (2009) consideró que los ataques con misiles lanzados por soldados rusos en Chechenia fueron fortuitos y que se debieron a una borrachera.

      La identificación de objetivos militares colectivos se refiere a la violencia o a las amenazas de violencia contra los miembros de un grupo debido a su pertenencia al mismo.17 Es decir, la pertenencia a un grupo es “integral más que fortuita” para la definición de objetivos militares (Brubaker y Laitin 1998, 428). La identificación de objetivos militares colectivos se diferencia de circunstancias tales como estar atrapado en medio del fuego cruzado entre grupos armados en combate, ser puesto en un punto de mira indiscriminado junto con los demás civiles o terminar convertido en objetivo selectivo por no haber cooperado o por ser traidor. Para inferir si la población está respaldando a un adversario, los grupos armados (al igual que los civiles) emplean las filiaciones que los civiles expresan con respecto a ciertas colectividades. La filiación puede estar relacionada con la vecindad, el origen étnico o con algún atributo que sea revelador sobre la “circunscripción social” de un grupo armado (Schubiger 2015). Cuando un civil es puesto en el punto de mira debido a un rasgo específico que genera sospecha acerca de la pertenencia a un grupo, esa persona tiene una probabilidad mayor de experimentar los embates de la violencia que un civil que carece de sus características. El origen étnico es un criterio relacionado de manera frecuente con la identificación de objetivos militares. Bosnia, Croacia, Sri Lanka, Chipre y Sudán han pasado por situaciones de confrontación y limpieza étnica. En Uganda, los acholi fueron desalojados de sus aldeas y enviados a campos de reasentamiento (Branch 2006). En Costa de Marfil, los adeptos al gobierno fueron acusados de “asesinatos y violaciones ejecutados por motivos étnicos en Abidjan” (IDMC 2012a). En otros conflictos, los tipos de organizaciones u oficios en los que las personas están circunscritas se convierten en criterio para la identificación de objetivos militares. El Centro de Monitoreo del Desplazamiento Interno consideró indiscriminada la violencia ejercida por insurgentes en Tailandia, a pesar de que solamente algunos tipos de personas fueron convertidas en objetivo: “representantes y símbolos del estado tailandés, incluyendo profesores y escuelas” (IDMC 2014a). Stepputat (1999a, 62-63) sostiene que en Guatemala, en lugar de una contrainsurgencia relacionada con estrategias de “tierra quemada”, parece que los insurgentes y el ejército, de hecho, presionaron a los líderes comunitarios para que optaran por un bando antes de poner a los poblados en el punto de mira. En efecto, las aldeas fueron, en esa medida, vinculadas con uno u otro bando.

      El ataque contra objetivos militares selectivos, indiscriminados y colectivos da cuenta de la variación de las formas de violencia que la población civil padece durante las guerras civiles. Este libro sostiene que las reacciones de los civiles frente a la violencia –incluido el desplazamiento– dependen de cuáles de esas formas experimentan.

      Reacciones de la población civil y formas de desplazamiento: huida, reubicación y limpieza

      ¿Qué deben hacer los civiles cuando quedan expuestos a la violencia? ¿Cómo pueden reducir el riesgo de morir que corren junto con sus seres queridos? Para la población civil, la mejor manera de proceder depende del tipo de mira que desde el cual son observados.18 La manera en la que reaccionan, a su vez, crea diferentes tipos de desplazamiento: la huida individual, la deserción masiva y la limpieza política. La Tabla 1.1 sintetiza los tipos de desplazamiento de acuerdo con el punto de mira empleado por los grupos armados y con las reacciones de los civiles.

      Los civiles están expuestos a un riesgo mayor cuando se convierten en objetivos militares colectivos, lo cual implica que un grupo armado está persiguiéndolos específicamente. Aquellos que son observados desde un punto de mira selectivo poco se inclinan a permanecer en una comunidad señalada por otros tipos de objetivo militar, porque si se quedan corren un alto riesgo de padecer las consecuencias de la violencia directa y letal. Como resultado, la identificación de objetivos militares selectivos tiende a acarrear una huida individual, si es que la persona que ha sido puesta en el punto de mira descubre el riesgo a tiempo. Dentro de las guerras civiles, los ejemplos abundan: las personas que son denunciadas de actuar como cómplices pueden ser alertadas y escapar, en el límite, de sus posibles asesinos. Un profesor de escuela en la región de Casamance, en Senegal, fue alertado por un inspector escolar de que tenía que escapar, debido a las amenazas de los rebeldes (Evans 2007, 69). En Colombia, una mujer a la que entrevisté describió cómo doce combatientes de las FARC rodearon su casa. Su esposo los vio desde lejos y se escondió en las montañas cercanas, hasta que pudo asegurarse de que podía salir de la región. Ella y sus hijos lo siguieron, transitaron con cuidado cientos de kilómetros a través de ríos hasta ponerse a salvo en la Costa Caribe.19 En otros casos, la militancia en una organización puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte, o la huida. Kaplan (2013) ha documentado la forma en que miembros de una comunidad de paz bien organizada se enteraron de las amenazas que se cernían en su contra y escaparon antes de ser víctimas de la violencia, cuando la organización no pudo intervenir de manera exitosa en su defensa. Por esta razón, puede resultar más seguro estar relacionado con grupos armados, pues estos tienden a conocer información privilegiada y pueden estar en capacidad de facilitar el escape (Kalyvas y Kocher 2007).20

      En casos en que los objetivos militares son indiscriminados, evitar la violencia depende de su intensidad y frecuencia. Si es poco frecuente, los civiles pueden decidir que el riesgo de padecer sufrimientos en el futuro es relativamente bajo si se compara con los costos de reasentarse. Si la confrontación o la violencia es constante e intensa, reasentarse se convierte en una alternativa más favorable, hasta que el peligro disminuya. Debido a que la violencia está relacionada con su ubicación, no por ser quienes son, los civiles pueden hacerse a un lado, lo cual puede llegar a ser imposible para quienes están siendo observados desde puntos de mira colectivos y selectivos. En la Guerra Civil española, algunos habitantes de las ciudades atacadas por bombardeos aéreos buscaron resguardarse en el campo. El Consejo Noruego para Refugiados/Centro de Monitoreo del Desplazamiento Interno (Norwegian Refugee Council/Internal Displacement Monitoring Centre –NRC/IDMC–) indicó en su Informe Global (Global Overview) de 2012 (IDMC 2013) que cientos de israelíes fueron desplazados de modo temporal con el fin de evitar los ataques de carácter indiscriminado con cohetes lanzados por grupos armados palestinos hacia Israel. Al inicio de la guerra civil siria, el Consejo Noruego para Refugiados/Centro de Monitoreo del Desplazamiento Interno reportó que los DI y los refugiados estaban “regresando a sus hogares después de que las fuerzas de seguridad leales al gobierno se habían ido” (IDMC 2011), como si se hubieran marchado de forma temporal para evitar la violencia generalizada. Algunas comunidades indígenas en Colombia instituyen “zonas humanitarias”, en donde sus miembros se reubican cuando la violencia de los grupos armados acecha. Melander y Oberg (2007) han podido establecer que la intensidad de la contienda, medida con base en la cantidad de muertos en combate, no es un buen indicador

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