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La madre de todas las crisis

       La tormenta

       Mi norte: el amor incondicional

       La decisión de vivir sola

       La separación

       Dios cierra una puerta y abre un portal

       Los primeros años

       Recursos de partida en la madre de todas las crisis

       Los recursos intelectuales

       Los recursos materiales

       Los recursos sociales

       Los recursos emocionales

       Ungüentos para curar el dolor

       La música y el silencio

       El desarrollo de los sentidos

       La naturaleza y sus contrastes

       El valor de la vida cotidiana

       7. Operación baldeo: del desorden al orden

       Las grandes preguntas

       Las respuestas procedentes del entorno

       Operación baldeo: construir de forma sólida

       El despertar de los recursos espirituales

       La verdad: el fiel de la balanza

       En busca de respuestas sólidas y definitivas

       La fuerza de las Escrituras

       La nueva toma de decisiones

       La reconstrucción identitaria

       Matrimonio civil y Matrimonio religioso

       La fidelidad

       Una única vida y una única persona

       «Dios existe: yo me lo encontré»: el sentido de misión

       Del desorden al orden

       8. Obstáculos en mi camino

       Sacar adelante un matrimonio atípico

       La reconstrucción familiar

       Una bajada masiva de brazos: «¡Es lo que hay!»

       «Rehaz la vida»

       «A rey muerto, rey puesto»: la plaga de los «ex»

       El revoloteo de los buitres

       La incomprensión del entorno

       La entrada del buenismo en la Iglesia

       La defensa del amor incondicional, ¿una provocación?

       Saltando sobre las olas

       Libre, por fin

       9. El cambio de tendencia: educar para el amor incondicional

       Las baldosas de Barberà

       ¿De dónde partimos para conseguir el cambio a mejor?

       Conocer el pensamiento caótico contemporáneo

       Cómo ayudar: uno a uno

       La ausencia de límites

       La anarquía en el «amor»: la desprotección de los débiles

       La quiebra de las relaciones familiares

       Historias de amigas

       Nada nuevo bajo el sol: las nuevas viudas del siglo XXI

       Redes

       Las dificultades para educar hijos después de una separación

       Muchos padres quieren recuperar su sitio

       Enseñar a amar

       Enseñar a perdonar

       Distinguir entre persona y comportamiento

       Llamar a las cosas por su nombre

       10. El esplendor, a la carrera

       El Centro Internacional Trabajo y Familia

       Women’s lobby

       Mi llegada al IESE

       Desarrollo de la misión profesional y personal

       Los nuevos recursos intelectuales

       Los nuevos proyectos

       Hacia un nuevo feminismo

       La ONU

       11. El futuro

       De nuevo en la clínica

       Diferencias entre las dos crisis

       El tiempo, a la carrera

       Afrontar las crisis y su repercusión en la biografía de uno mismo y de otros

       EPÍLOGO

       OTROS LIBROS RIALP

       FOTOGRAFÍAS

      MARUJA EN MI VIDA

      Siempre dicen que lo difícil es cómo empezar a contar una historia, y puedo corroborar que así es. Mi especial conexión con Maruja no se debe precisamente a mis vivencias junto a ella, durante su vida. De hecho, el libro que tienes en tus manos me sirvió para descubrir al verdadero personaje en toda su grandeza.

      Mi nombre es Xavi y soy amigo de los hijos de Maruja. Conocí a Joan, el hijo mayor, hace 25 años en un antiguo gimnasio que ahora ya no existe. Juan era y sigue siendo una persona muy extrovertida que fácilmente entabla conversación con la gente. Si no hubiera tomado la iniciativa para presentarse hace 25 años, nada de esto hubiera ocurrido. Parece increíble cómo pequeñas situaciones pueden tener una influencia tan grande en nuestras vidas.

      Joan me presentó a sus hermanos, Ignasi y Xavi, quien ha acabado convirtiéndose en mi mejor amigo y a quien quiero como a un hermano. En esa época teníamos 19 años y los encuentros en casa de los hermanos “Sanmi” eran frecuentes los fines de semana. Sus padres se iban a Bolvir y ellos tres se quedaban “solos” en su casa, o, mejor dicho, bien acompañados:

      mañana, tarde y sobre todo noche, la casa se llenaba de amigos, y montábamos unas fantásticas fiestas que aún recordamos con nostalgia.

      A Maruja tardé tiempo en conocerla. Fue seguramente algún día entre semana, cuando quedábamos para estudiar en casa “Sanmi”. Dentro del grupo de amigos de sus

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