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en el Museo Capitolino de Roma. En pintura son conocidos los cuadros: Apolo y las Musas en la Galería de Arte Moderno de Milán y Dafne y Apolo en la Pinacoteca de Brera en Milán. En general, Apolo ha sido siempre motivo de inspiración para los artistas.

      APSIRTO

      Hijo de Eetes y hermano de Medea, asesinado por esta, que lo cortó a trozos y lo arrojó al camino para retardar la persecución de su padre mientras huía con Jasón.

      AQUELOO

      El más importante de los ríos griegos, actualmente llamado Aspropótamo. Nace en Peristeri, cruza, formando un amplio valle, la región del Pindo y desemboca en el golfo de Patrás en el mar Jónico. Hijo de Océano y Tetis, diosa del mar, se le consideraba el rey de los ríos y era bastante venerado. Adopta diversos aspectos: de leopardo, de serpiente y de toro. En su figuración de toro luchó contra Heracles por la posesión de Deyanira, pero fue derrotado.

      AQUEO

      Hijo de Juto y de Creúsa, sobrino de Héleno, fue el fundador de los aqueos.

      AQUERONTE

      Nombre antiguo de algunos ríos de Grecia. El más conocido, el actual Mecropótamo del Epiro, tiene un curso salvaje, en parte subterráneo, y forma la mefítica laguna de Aquerusia. Considerado el mayor de los cinco ríos infernales, daba acceso al Hades. Las almas de los muertos, al ser incinerados o inhumados, eran admitidas en la travesía utilizando la barca de Caronte. Aqueronte fue personificado como hijo de Deméter y transformado en río como castigo por haber ofrecido agua a los Titanes cuando escalaron el cielo.

      Aquiles

      AQUILES

      El más célebre de los héroes legendarios de Grecia. Hijo de Peleo, rey de los mirmidones de Tesalia, y de Tetis, una de las Nereidas. Su madre, para hacerlo invulnerable, lo sumergió en la Estigia, sujetándolo por el talón, por lo que este resultó ser el único punto vulnerable de su cuerpo. Su educación y adiestramiento se los confió al centauro Quirón y a Fénix. Para impedirle participar en la guerra de Troya, donde sabía que estaba destinado a morir, su madre Tetis lo ocultó, disfrazado con vestiduras femeninas, en la corte de Licomedes, rey de Esciro. Descubierto por el astuto Ulises, partió con él en la expedición de Troya, en la que pronto se reveló como el más eficaz defensor de los griegos contra los troyanos. Pero su ira era tan implacable como valeroso, insuperable y feroz era en la batalla. Irritado contra Agamenón, que le había obligado a cederle la esclava Briseida, en sustitución de Criseida, que el mismo Agamenón había restituido a su padre, el sacerdote Crises, airadamente se negó a combatir, a pesar de los reveses sufridos por los griegos. Sólo la muerte de su amadísimo Patroclo, a manos de Héctor, despertó de nuevo su furia guerrera y vengadora. Revestido con nuevas armas, resplandecientes y poderosas, que Tetis había encargado expresamente a Hefesto, Aquiles empezó a causar estragos entre los troyanos, luego se enfrentó con Héctor y lo mató. Maltrató repetidas veces el cadáver en presencia de los propios troyanos y de Príamo y Hécuba, padres de Héctor. Su afán de venganza se aplacaría tras las solemnes honras fúnebres tributadas a Patroclo. Posteriormente, demostraría una piedad profunda y pensativa – presagio de su inminente fin– hacia Príamo, el anciano rey, que le suplicaba que le devolviera el cadáver de su hijo. Aquiles, lleno de dignidad, se lo concedió. Lloran juntos, el anciano, de pesar por la muerte de su hijo Héctor; el héroe griego, de dolor pensando en su viejo y lejano padre, a quien no volverá a ver. Aquiles actuó en adelante presintiendo su fin inminente; poco después moriría, efectivamente, en manos de Paris. El hijo de Príamo (precisamente en los instantes que preceden a la ruina de su ciudad, arrasada y devastada por los griegos) lo herirá en el talón con una flecha provocándole la muerte.

      AQUILÓN

      Viento del nordeste, llamado también Bóreas, divinizado, como los otros vientos, por la fantasía de los griegos.

      ARACNE

      Muchacha lidia. Aprendió de Atenea el arte de tejer y alcanzó tal pericia que se jactó de haber superado a la propia diosa. Esta, celosa de su superioridad, habiéndola oído, la visitó en figura de anciana rugosa y, revelando ser la diosa, la desafió a un concurso de destreza. Aracne aceptó. Atenea representó sobre la tela con la aguja y con lanas de colores el esplendor del Olimpo y de los dioses; Aracne, en cambio, representó con riqueza de matices y de tonalidades los amores de los dioses, resultando su obra tan perfecta que la propia Atenea, viéndose igualada, en ímpetu de envidiosa irritación destruyó la tela, rompió el telar y transformó a la muchacha en araña, condenándola por toda la eternidad a tejer finísimas e iridiscentes telas.

      ARARACO

      Hijo de Tros y de Calírroe, de quien desciende la familia real de los troyanos. Araraco, por su parte, gobernó en Dardania y engendró a Capis, cuyo hijo fue Anquises, padre de Eneas. Tuvo dos hermanos: Ilo y Ganimedes, que por su belleza fue arrebatado al Olimpo.

      ARCADE

      Hijo de Zeus y de la ninfa Calisto. Se le considera el progenitor de los arcadios. La leyenda dice que el joven, valiente cazador, estaba a punto de matar por ignorancia a su madre, transformada en osa por la celosa Hera. Los gemidos de la fiera lo detuvieron; Zeus intervino transformando a Arcade en oso que, junto con su madre, fue trasladado al cielo, donde ocupa un lugar entre las constelaciones (Osa Mayor y Osa Menor).

      AREÓPAGO

      La colina de Atenas consagrada a Ares, de quien deriva su nombre. Este lugar llegó a ser, tras algunos acontecimientos míticos – el juicio de todos los dioses acerca de Ares y el de los Areopagitas, es decir, los miembros del Areópago, al que fue sometido Orestes después del parricidio–, la sede del más antiguo y del máximo tribunal de Atenas, que juzgaba los delitos de sangre. Más tarde, al parecer a raíz de las reformas de Solón, el celebérrimo legislador ateniense, el Areópago desempeñó las funciones de suprema vigilancia, incluso sobre las actividades administrativas y religiosas de la ciudad-estado. Los miembros celebraban sus sesiones de noche, al aire libre, y su juicio era inapelable.

      ARES (MARTE)

      Ares

      Hijo de Zeus y de Hera. Considerado el dios de la guerra en su aspecto más belicoso, gozaba con la vista de la sangre y de las cruentas matanzas. Tenía una figura gigantesca y una potente voz. Llevaba coraza y yelmo con cimera rojiza; iba armado con una lanza o espada y, a veces, se le veía guiar un carro, cuyas ruedas estaban armadas con hoces cortantes. Le acompañaban dos demonios de rostros lívidos, que le servían de escuderos: Deimo y Fobo (es decir, la personificación del espanto y del temor), que llevaban látigos hechos de serpientes. También iba junto a él su hermana Eris, la Discordia, y Enyo, diosa de las matanzas, que bebía la sangre de los caídos y despedazaba sus miembros. A menudo, los griegos se complacían en representar a Ares vencido, con su fuerza brutal contenida y engañada por el valor más inteligente de Heracles (Hércules) o por la sabiduría de Atenea, que hizo que Diomedes le hiriera ante los muros de Troya. Otra vez, combatió contra Heracles llevando la peor parte.

      El héroe había matado a su hijo Cicno y Ares intervino para defenderlo, pero fue herido en el muslo y tuvo que retirarse de la lucha. Las leyendas con referencias al dios Ares no son numerosas y su culto no estaba muy difundido en Grecia. Era venerado especialmente en Tebas, donde tuvo un manantial custodiado por un dragón, hijo suyo. Cuando Cadmo llegó a Grecia, procedente de Siria, quiso coger agua de dicha fuente para celebrar un sacrificio, pero el dragón trató de impedírselo. Cadmo lo mató, pero en expiación tuvo que servir a Ares como esclavo durante siete años. Al fin de este periodo obtuvo como esposa a Harmonía, hija de Ares y de Afrodita. A esta unión se remonta el origen de la familia real tebana. En Atenas existía un lugar que llevaba el nombre del dios: el Areópago o colina de Ares. A sus pies corría un manantial,

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