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descendiente de Perseo. Se casó con Alcmena, hija de Electrión y nieta de Perseo. Anfitrión mató al padre de su mujer y tuvo que huir de Tirinto, su ciudad natal, para escapar de la venganza de Esténelo, hermano de Electrión. Halló refugio en Tebas, donde fue bien recibido por el rey Creonte. Desde allí emprendió la guerra contra los Teleboides o Tafios, reos de la muerte de los hermanos de Alcmena. Durante su ausencia, esta recibió la visita de Zeus, que tomó la figura de su marido, y dio a luz a Heracles. Anfitrión murió más tarde en la guerra contra los minios de Orcómeno.

      ANFITRITE

      Una de las Nereidas, hija de Nereo y de Dóride, y esposa de Poseidón. Narra la leyenda que el rey del mar la vio danzar con sus hermanas en la isla de Naxos y se enamoró hasta el punto de raptarla. Según otros, la diosa había huido, se ocultó en el monte Atlante o en alejadas profundidades marinas, pero fue descubierta por el delfín de Poseidón y devuelta al dios. Su culto no se introdujo en Roma, donde la mujer de Neptuno se llamaba Salacia.

      ANGERONA

      En la mitología romana, divinidad de la discreción y del silencio que deben acompañar a los actos del amor satisfecho. Se representaba, generalmente, como una mujer joven, desnuda y con un dedo en los labios para indicar silencio. Todos los años se le dedicaba una fiesta el doce de diciembre. Su estatua estaba en el templo de Volupia, divinidad romana con la que a menudo era confundida.

      ANICETO

      Hijo de Heracles y de Hebe. El héroe legendario lo engendró cuando fue transformado en inmortal, por Zeus, y lo acogió en el Olimpo.

      ANNA PERENNA O PERANNA

      Divinidad romana, simboliza el año que siempre se renueva. Se la invoca para obtener una larga vida, felicidad y abundantes cosechas. Según la tradición, se identificó a la diosa con la hermana de Dido, quien, después del suicidio de esta, se refugió en Malta, en la corte del rey Bacto, para huir de su hermano Pigmalión. Más tarde se embarcó de nuevo, pero un naufragio la obligó a llegar hasta las costas de Lacio. Allí, acogida cortésmente por Eneas, despertó los celos de su esposa Lavinia. Recibió una advertencia en sueños de Dido (exhortándola a abandonar el palacio de Eneas), y así se arrojó a las aguas del río Numicio, que la ocultó entre sus fragosidades. Numicio, divinizado, se convirtió en su esposo.

      ANQUÍNOE

      Hija del Nilo. Este nombre significa «fuente de agua corriente». Se casó con Belo, rey de Egipto e hijo, a su vez, de Libia y Poseidón, y después dio a luz a Egipto y a Dánao.

      ANQUISES

      Príncipe de la familia reinante de Troya, hijo de Capis. Fue amado intensamente por Afrodita, de la cual tuvo a Eneas, que había de ser después el iniciador de la gloriosa historia de Roma. Se cuenta que lo cegó un relámpago precisamente en el momento en que se jactaba de su unión con la diosa.

      En la trágica noche del incendio de Troya, el anciano Anquises fue salvado azarosamente por su hijo, que huyó llevándolo sobre sus hombros. Murió en Drepano (Trapani).

      ANTEA

      Esposa de Preto, llamada también Estenebea por los trágicos. Sintió un violento amor por el joven Belerofonte, que había sido acogido por Preto en la corte de Tirinto. Por no querer el héroe corintio ceder ante sus seducciones, lo acusó de haber atentado contra su virtud. Preto respetó las leyes de la hospitalidad, pero con el fin de vengarse envió al joven a casa de su suegro Yóbates para que lo mandase matar. Belerofonte, informado de la maquinación infame, quiso vengarse. Volvió a Tirinto, donde fue acogido afectuosamente por Preto, consiguió hacer revivir en el corazón de Antea su antigua pasión y la convenció para que le siguiese a su nuevo reino. Una mañana, huyeron montados en el mítico caballo Pegaso; pero, durante el viaje, Belerofonte lanzó el caballo a un galope desenfrenado y, al aproximarse al mar, la mujer cayó de la silla estrellándose contra las rocas.

      ANTEO

      Hijo de Poseidón y de Gea (la Tierra). Este mítico gigante reinaba en Libia y obligaba a todos los que pasaban por su territorio a luchar contra él. Le bastaba tocar con los pies la tierra, que le había dado el ser, para resultar invulnerable. Durante la empresa de los bueyes de Gerión, Heracles pasó por Libia y el gigante lo desafió. Para deshacerse de él, lo mantuvo levantado del suelo y lo asfixió con la poderosa fuerza de sus brazos mientras lo mantenía en el aire.

      ANTEROS

      Hermano de Eros, dios del amor. Era venerado como dios del amor correspondido, como su nombre indica. Otros lo consideran una personificación del dios enemigo del amor.

      ANTICLEA

      Hija de Autólico, a su vez hijo de Hermes. Poseía naturaleza divina. Se casó con Laertes y dio a luz al héroe griego Ulises. Durante una de las etapas de su largo peregrinar, este llegó hasta las puertas del Hades y tuvo ocasión de ver a varios difuntos conocidos; habló también con su madre, que le dio noticias de Laertes, de Penélope y de Telémaco.

      ANTÍGONA

      Hija de Edipo y de Yocasta. Delicada jovencita, de ánimo generoso e inclinado a la piedad. Siguió y cuidó a su padre ciego en su peregrinar hasta Colona, donde murió. Después de la muerte de Edipo, sus hijos Eteocles y Polinice se pusieron de acuerdo para reinar por turnos durante un año en Tebas, pero uno de ellos no respetó el pacto. Combatieron en duelo y se mataron mutuamente. Cuando su tío Creonte llegó a ser rey de Tebas, ordenó que el cuerpo de Polinice, que había sido el primero en sitiar la ciudad, sirviese de pasto a los perros y a los buitres. Antígona trató de oponerse al impío y, siguiendo sus impulsos compasivos, dio secretamente sepultura al cadáver de su hermano. Condenada, como castigo por su desobediencia, a ser enterrada viva, se ahorcó.

      ANTÍLOCO

      Guerrero griego, hijo del sabio Néstor y amigo íntimo de Aquiles. Participó valerosamente en diversas empresas durante la guerra de Troya; allí lo mató Memnón, rey de los etíopes; lo enterraron en un túmulo junto a Aquiles y Patroclo.

      ANTÍNOO

      El principal y el más audaz de los Procios, pretendientes de Penélope durante la ausencia de Ulises de Ítaca. Cuando este hubo superado la prueba impuesta por Penélope – ensartar los doce anillos de las segures plantadas en el suelo con el viejo arco del propio Ulises–, dirigió el arco contra Antínoo atravesándolo y dando así la señal para comenzar la matanza.

      ANTÍOPE

      1. Véase Hipólita.

      2. Descendiente de Cadmo e hija del rey de Tebas Nicteo y de Polixo. Famosa por su deslumbradora belleza, impresionó a Zeus. El dios, enamorado de ella, la sedujo tomando la figura de un sátiro. Tuvieron dos hijos, Anfión y Zeto. Antíope huyó de la cólera de su padre, que había descubierto sus amores furtivos con el rey de los dioses, y encontró asilo junto al rey de Sición, Epopeo, que, aun sabiendo que estaba embarazada, no vaciló en casarse con ella. Estalló una guerra entre Epopeo y Nicteo, en la que ambos murieron. Lico, hermano de Nicteo, se encargó de devolver a su patria a Antíope, que durante el viaje de regreso dio a luz en el Citerón a los dos gemelos hijos de Zeus. Al llegar a Tebas, Lico se casó con Antíope, a la que, sin embargo, repudió más tarde para casarse con Dirce. Esta la convirtió en su esclava. Cuando pudo huir con la protección de Zeus, Antíope se reunió con sus hijos en el Citerón y, revelada su personalidad, pidió que la vengasen. Tanto se exaltaron que, tras reunir un ejército, conquistaron Tebas, mataron a Lico y, después de atar a Dirce a los cuernos de un toro, la condenaron a un suplicio atroz y mortal. Según otra leyenda, Dirce se encaminó al Citerón para tomar parte en una celebración en honor de Dioniso y allí encontró

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