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1. Las pestes nunca han matado por igual

       2. Desigualdad, pobreza, autonomía y vulnerabilidad

       3. El mundo que recibió la pandemia: la normalidad de injusticia y desigualdad

       4. El mundo transcurriendo la pandemia en la vida de las mujeres

       5. Pandemia y calidad de vida de las mujeres: la nueva normalidad que es la injusticia de siempre

       ALGUNAS REFLEXIONES A PARTIR DEL CONTEXTO ITALIANO: DIFERENCIA DE GÉNERO Y RELACIONES DE TRABAJO EN ÉPOCAS DE PANDEMIA

       Luciana Guaglianone Natalina Stamile

       1. Introducción

       2. Inclusión en el trabajo: medir la brecha de género en Italia

       3. Inclusión y segregación horizontal: foco en la digitalización

       4. Las diversas facetas del trabajo a distancia en Italia (teletrabajo; trabajo “ágil”, smartworking) ¿herramientas para clausurar la brecha de género o para profundizarla?

       5. Cómo se fortalece la brecha de género. El trabajo a distancia como test de resistencia del principio di igualdad

       6. Las mujeres y el falso tejido arqueológico de la historia: ¿la pandemia replicará las desigualdades existentes e incluso las agravará?

       Bibliografía

       LA HONESTIDAD COMO PROBLEMA POLÍTICO

       Leo Zaibert

       1. La fragilidad de la verdad

       2. Una (modesta) súplica por el perfeccionismo

       3. Liberalismo, libertad de expresión y deshonestidad

       4. Una coda sobre trazado de líneas y asignación de riesgos

       SOBRE LOS AUTORES

      Nota de presentación

      La pandemia como una “lupa” sobre nuestras sociedades

      1.

      La pandemia ha sido y está funcionando como una lupa sobre nuestras sociedades. Una sociedad humana que comparte —no obstante diferencias tal vez relevantes— muchos hábitos perniciosos por la misma especie humana. ¿Una paradoja de su evolución?

      En las contribuciones aquí recogidas se ofrecen reflexiones en varias direcciones que nos permiten poner en luz los puntos críticos y la complejidad de nuestra evolución social. Aunque el discurso mediático con frecuencia pretenda la simplicidad de las soluciones para todo lo que afecta o puede afectar a nuestra realidad, la contemporaneidad ha desarrollado una complejidad enorme, tan grande que incluso con la inteligencia artificial no se logra comprender.

      Las contribuciones toman en consideración aspectos distintos que, sin embargo, todos juntos forman un cuadro bastante exhaustivo y también dramático de las faltas políticas de nuestra modernidad, al menos con una mirada hacia el mundo occidental. No hay una mirada asiática, lo que ciertamente es una falta que debería ser solucionada.

      En el punto de partida podemos ubicar el texto de Massimo La Torre, quien intenta ubicar al COVID y sus estragos en el contexto de la historia; el rezago de un siglo de autodestrucción y enajenación como fue el siglo XX, de guerras y excesos industriales. El planeta es frágil, la vida es frágil. En nuestra vida acelerada por el consumo, hemos olvidado tal fragilidad y nuestra misma condición de seres vivos, junto a todas las demás especies, incluso junto a la plaga del COVID. Ahora nos aislamos y pareciera que nos asustamos de nosotros mismos: Noli Me Tangere (“No me toques”) expresa temor y lejanía al mismo tiempo. Parece el triunfo de una autonomía que triunfa en medio de una desgracia humana. No obstante, “no me toques”, puede ser también leído como un “no me toques porque es mejor para ambos por ahora”. Además de expresar responsabilidad, también permite que surja un principio fundamental: la solidaridad. “Este es el principio que nos salva de la plaga, y lo que realmente ésta nos enseña”, concluye La Torre.

      2.

      A nivel político y democrático, la preocupación sobre la que muchas y muchos se han cuestionado a nivel planetario, eso sí, ha sido recogida en esto volumen por Ferrer MacGregor, Landa y también Sarlet y Schier quienes reflexionan sobre el tema de las restricciones de los derechos que se han determinado con las políticas de contraste a la pandemia en todo el globo. Evidentemente, frente al discurso ya tradicional de la expansión e intensificación de los derechos, con la pandemia nos hemos encontrado en un caso completamente contrario y a nivel mundial. Aunque los derechos ya no se consideraban cartas de triunfo y se ponderan en una danza incierta, las limitaciones puestas en marcha para contrarrestar la difusión de la infección alarmaron en modo distinto de lo normal y nuevamente se discutió bajo distinta luz el tema de la excepción política.

      Se trata de límites a los derechos muy discutidos, por cierto, y en algunos casos sin duda legítimos; Ferrer MacGregor recuerda el Pacto de San José y la cláusula del límite por “justa exigencia del bien común”. Claramente se trata de ver que contenidos articulan y permiten las palabras “justa exigencia”, además de definir el sentido de “bien común” que, nuevamente es cierto, en muchas experiencias no ha sido tanto común. Quizás en la época del constitucionalismo y de los derechos humanos, el bien común se pueda identificar genéricamente con las condiciones que sustentan el desarrollo de cada persona a su máxima posibilidad, no tanto tomando en consideración el contexto, sino en modo más abstracto (aunque no ideal). En caso contrario, por ejemplo, obviamente, en cada contexto económico, se limitan las posibilidades de desarrollo de mi personalidad frente a las de quien ya tiene muchos más recursos, el riesgo, al final, sería tener el resultado de una adaptación a un tipo de producción de preferencias adaptativas. La preocupación de Ferrer MacGregor, sin embargo, se centra sobre el tema democrático e intenta enfrentarse con las dificultades de control del poder, que legítimamente limita los derechos, con un test democrático interamericano, que pueda bajar el arbitrio de los específicos gobiernos. La voz con autoridad de la Corte Interamericana de Derechos Humanos sirve para dar sustancia al test mismo, considerando quién se queda al margen (se recuerdan entre otras la Resolución 1/2020 de la Comisión Interamericana y el dictamen de la Corte 340/2017).

      Ingo Sarlet y Paulo Schier, analizan las medidas gubernativas tomadas en Brasil. La fragilidad institucional aparece como una variable importante en este análisis. La inestabilidad política y el enfoque del Gobierno, que asumió un papel abiertamente contrario a las medidas dictadas por Naciones Unidas, muestran una preocupante tendencia a aumentar la fragilidad de los más vulnerables. Un elemento que debe valorarse positivamente en este contexto es el papel de los jueces en el control de las políticas públicas frente al COVID. Desde las competencias del poder central hacia la periferia, pasando por la protección de los derechos, la actuación de los jueces y, en particular, del Tribunal Supremo Federal, muestran la importancia del control judicial durante la Pandemia. La protección que brinda el Tribunal Supremo Federal a los grupos en situación de vulnerabilidad resulta también de especial importancia. La decisión estructural para atender a los pueblos indígenas durante la pandemia o la atención a las personas privadas de libertad, ponen en evidencia situaciones que, aún cuando estuvieron siempre presentes, el COVID los pone en la agenda pública con urgencia.

      El texto de César Landa se ocupa del estatus constitucional de las vacunas frente al COVID. El punto de partida es el derecho a la salud como derecho universal. El derecho a la salud tiene como parte de su contenido constitucionalmente protegido el acceso a

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